El festival BarnaSants presentó este miércoles otra arriesgada pero interesante apuesta.
Rimbaud suena a priori como un pretencioso pseudónimo. Pero en realidad Jean-Philippe Rimbaud es el nombre real de este representante de las nuevas generaciones de chansonniers, nacido en la localidad francesa de Montpellier.
Presentó su nuevo CD Ni même en Sibérie (Ni siquiera en Siberia. Warm up, 2008), planteado como una suerte de road movie, donde la atracción de los viajes se ve obstaculizada por la necesidad de echar raíces. Musicalmente, se aparta del tono sombrío y grave de su anterior CD Le jour de l'explosion (El día de la explosión. Warm up, 2006) para volver a una canción más inventiva e imaginativa, donde guitarras acústicas y eléctricas se superponen y complementan.
La música de Rimbaud está a mitad de camino entre la Chanson y el rock anglosajón elegante. Usa y a veces abusa de las secuencias pregrabadas y loops, lo que le da un cierto tono previsible. Pero esta ausencia de sorpresas se ve compensada por la cuidada puesta en escena en donde las canciones se mezclan con proyecciones basadas en su propia experiencia como director de cortometrajes y video.
Hay que seguir de cerca la propuesta de Rimbaud que puede o no puede gustar, pero que no deja en ningún caso indiferente.
La cantautora Judit Neddermann y el guitarrista Pau Figueres presentan un nuevo álbum conjunto, con doce canciones en castellano, catalán, portugués y francés, grabadas en directo en estudio. Entre ellas, una nueva versión de Vinc d’un poble con Joan Manuel Serrat y temas originales que combinan pop, folk, jazz y música popular brasileña.
El cantautor chileno Patricio Anabalón lanza el single Danza con la participación de Silvio Rodríguez, en una obra producida por Javier Farías y enriquecida con los aportes del Cuarteto Austral, Felipe Candia y otros destacados músicos e ilustradores; en un encuentro generacional de la canción de autor.
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