El cantautor catalán Jaume Pla, Mazoni, despertó sonrisas abiertas y, con sus canciones, aplausos cerrados en un concierto que contó con la colaboración especial del también catalán Guillamino que le acompañó al piano.
![]() Jaume Pla, Mazoni.
© Josep Maria Hernández Ripoll
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Tal vez sea por la falta de costumbre, pero en la mayoría de los conciertos programados en la I Muestra de Cultura Catalana en Uruguay, se da la coincidencia de que los momentos más distendidos en los que se unen los lazos entre artista y público, llegan en el momento de la presentación de las canciones.
Por este motivo se puede decir que Mazoni ofreció dos recitales en uno: el de sus canciones y el de sus intervenciones. Si el primero triunfó por la contundencia de sus letras y sus ritmos, el segundo cautivó a los presentes por su naturalidad humana.
Jaume Pla, que es el alma del proyecto Mazoni, es un artista contradictorio según se desprende de sus composiciones. Sus letras tienden a un pesimismo latente y, en cambio, sus músicas invitan al optimismo. Melodías coloristas que se enganchan en el subconsciente, en contraposición que unos textos con mensajes en blanco y negro. Un equilibrio interesante que el catalán ejecutó con voz y guitarra.
De esta manera, el viernes por la noche en la sala Experimental de Malvín, se escucharon piezas cómo El riu, S’em moren les plantes, Gised, Apocalipse now, que contó con la participación coral del público asistente, No tinc temps, Eufòria, su particular visión de la Caperucita Roja en Caputxeta, así como la versión de
La granja de la Paula i el Here comes the sun, de los Beatles, este último ya en la tanda de bises.
El músico de La Bisbal, contó con la participación especial de Guillamino, que aprovechó la circunstancia de que había un piano en el escenario, para acompañarlo en la interpretación de Ei, que surt el sol. Una colaboración inaudita, dado que ninguno de los dos artistas catalanes había compartido escenario anteriormente el uno con el otro. Un buen broche final para cerrar la presencia de la Muestra en la sala Experimental de Malvín.
La ciudad de Barcelona rinde tributo al cantautor Luis Eduardo Aute con una pieza artística instalada en la plaza Rovira i Trias del barrio de Gràcia, lugar donde el artista pasó parte de su infancia y al que dedicó una canción en 2010.
La cantautora colombiana presenta un nuevo trabajo grabado en vivo en un patio de San Telmo, como homenaje íntimo a la ciudad de Buenos Aires, donde interpretó cinco canciones en formato acústico junto a un trío de músicos.
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