El pianista sevillano David Peña "Dorantes" está empeñado en derribar muros, por eso en su tercer disco pone insólitas armonías en el tren sin fronteras en el que viajan Enrique Morente y Miguel Poveda pero también Noa y la atonalidad.
EFE/Concha Barrigós - Sin muros! es el resultado de más de dos años de un trabajo inusual y "honesto al máximo", en el que los colaboradores de Dorantes han puesto la voz "a capella" para sumarle una música que se adentra en el flamenco, en el jazz y en las formas clásicas, explica el lebrijano (1969) en una entrevista con Efe.
Cree que de todos los temas de Sin muros! los tientos Refugio, que grabó con Morente, "quedará en el recuerdo".
"Lo hicimos en su casa de Granada y fue lo primero que grabé, poco antes de que se pusiera enfermo -Morente falleció el 13 de diciembre de 2010-. Es un tema muy contemporáneo y elegante, como él", al que ha metido tambores daiko japoneses para darle su especial "latido", relata.
No le acompaña, explica, sino que va en paralelo a su voz, como si Morente pusiera "la mirada" y él "el paisaje desde el tren".
Sus otros "pasajeros" en este disco, en el que la voz sigue la melodía tradicional y el piano trabaja otros caminos tímbricos, son su prima Esperanza Fernández, con la guajira Atardecer; Carmen Linares, con la granaína Entre rejas; su padre, Pedro Peña, con la seguiriya Aliento; Miguel Poveda con las alegrías Caracola y Arcángel, con la malagueña Una Voz en Alto.
Con José Mercé interpreta los tangos Errante, del que la Agrupación Musical Nuestro Padre de la Salud de Sevilla estrenó una versión en la Madrugá de la pasada Semana Santa, acompañando al Cristo de los Gitanos.
Junto a la cantante israelí Noa, canta la nana de Manuel de Molina Al calor de la manta duerme que duerme, extraída de un directo que hicieron ambos en Barcelona y que luego él arregló en su estudio.
Los temas instrumentales son las bulerías Sin muros ni candados, en las que le acompaña el contrabajista Renaud García-Fons, y Cuatro leguas de amor, con el bandoneista Marcelo Mercadante, y la suite en cuatro movimientos Ante el espejo.
El disco, subraya, es un juego con las armonías y el concepto de "paralelo" entre voz y acompañamiento, "los silencios y la nota precisa".
Contiene, dice, muchos poemas, pensamientos y frases suyas nacidas de la "impotente y enrabietada" contemplación de las injusticias y la marginación y la opresión, conjugados en el tiempo de la música que le sale "a la vez" del corazón y la cabeza.
El pianista, compositor y arreglista, es de saga "aristocrática flamenca" porque no solo es nieto de María "La Perrata", sobrino de Juan Peña "El Lebrijano" y pariente de Fernanda y Bernarda de Utrera, sino que ya en 1700 había mujeres guitarristas en su familia.
Con esos "blasones" afirma que "el flamenco de fatiguitas" estará siempre "ahí" pero que "no pasa nada" por dejar espacio también a otros universos creativos.
"Me considero un músico del mundo. Me contagio de lo que me entusiasma, me enriquezco con las armonías de todas partes, de lo que me llega al alma", remacha el artista, que en julio clausurará el Festival Internacional de Jazz de Montreal.
La cantautora Judit Neddermann y el guitarrista Pau Figueres presentan un nuevo álbum conjunto, con doce canciones en castellano, catalán, portugués y francés, grabadas en directo en estudio. Entre ellas, una nueva versión de Vinc d’un poble con Joan Manuel Serrat y temas originales que combinan pop, folk, jazz y música popular brasileña.
El cantautor chileno Patricio Anabalón lanza el single Danza con la participación de Silvio Rodríguez, en una obra producida por Javier Farías y enriquecida con los aportes del Cuarteto Austral, Felipe Candia y otros destacados músicos e ilustradores; en un encuentro generacional de la canción de autor.
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