Trío Enserie, el reencuentro

El Trío Enserie en el Tinta Roja de Barcelona. © Xavier Pintanel

Es una pena que una formación como ésta se haya desintegrado por razones de las que no vamos a hablar aquí, pero el caso es que de los tres componentes del trío, solo Roly Berrío sigue en Cuba, los otros dos, Levis Aliaga y Raúl Cabrera están afincados en las Islas Canarias.

Ahora Roly Berrío anda por Europa y después de su exitoso y sorprendente concierto en el pasado abril en el festival BarnaSants ha tenido la ocasión y la fortuna de encontrarse de nuevo con su compañero de fatigas Levis Aliaga primero y más tarde con el tercero en discordia: Raúl Cabrera.

Y yo que llevo tantos y tantos años escuchando música de autor, de cantautor, de trova (pongamos el adjetivo que queramos) me he vuelto a maravillar de nuevo ante lo distinto, lo insólito, lo inesperado: Trío Enserie en estado puro.

Bueno, debo confesar que no les había visto nunca y la situación parecía que no tenía mucha solución por su separación geográfica, pero hoy me siento afortunado y feliz de haber podido degustar uno de esos conciertos que recordaré durante muchos años con emoción y cariño.

Son tres trovadores cubanos, de Santa Clara concretamente, ciudad donde decidieron unir sus vidas profesionales y juntar sus talentos para hacer algo que me parece simplemente magnífico. Que sean cubanos o no deja de ser trascendente porque lo que hacen estos tres artistas con sus voces, con sus guitarras, con sus gestos, con su interpretación va mucho más allá de las fronteras de su isla querida. Lo que hacen es para Cuba, para España, para Argentina o para cualquier país de lengua hispana o no.

Debo decir que me entristece profundamente que una formación así no haya tenido la posibilidad de mantenerse unida y crear esa magia especial con la que pueden llenar cualquier auditorio. El concierto de Barcelona, junto con el que darán en los próximos días en Ginebra (Suiza), es sólo un accidente, una casualidad, azar hermoso, pero azar a fin de cuentas.

Fui a verles con expectación porque ya conocía a dos de ellos pero faltaba saber como sonaban juntos, sobre todo después de 6 años de separación forzada. Pero no se notó en absoluto esa inactividad: hubo compenetración, estilo, personalidad y mucha, mucha química.

No son nada convencionales y quizás por eso sorprenden más aun. Y por eso mismo entiendo también su universalidad.

Con la guitarra Roly Berrío es simplemente brillante. Las voces, juntas o por separado suenan más que bien. Raúl, además de una bonita voz solista es capaz de hacer mil instrumentos con su boca. Levis, mas serio, compone canciones hermosas y con sus dos amigos se agiganta. Roly es la parte mas lúdica y en esa teatralidad pone mucho de su invención. A Roly no se le puede dirigir ni explicarle qué debe hacer o decir, porque eso mata mucha de su desbordante imaginación. No hay dos conciertos en los que él diga las mismas cosas porque las inventa en el momento, con gracia, con estilo propio, con acierto a veces y otras no tanto, pero eso es por culpa del directo y de la falta de un guión que nunca ha llevado ni llevará.

En ese ir y venir de voces, de guitarra, de canciones propias y de amigos se crea una magia con el público que va entrando pronto en ese juego sonoro que nos lleva desde la seriedad de canciones intimistas, a media voz, hasta el paroxismo de la locura desenfrenada. Lo que me gusta es que todo eso tiene una dosis bastante equilibrada y que acaban demostrando lo buenos músicos que son, las voces que tienen separadas y juntas y su teatralidad al servicio de un espectáculo francamente bueno.

La amistad de tantos años y el cariño entre sus componentes hace el resto. Cuando se juntan tres talentos como esos, cualquier cosa que se haga desde el escenario tiene dos objetivos: uno egoísta (pasarlo bien ellos mismos) y el otro espléndido, que es hacer disfrutar a los demás.

Más que un Trío Enserie me ha parecido un Trío Enserio: fantásticos.

Roly Berrío © Xavier Pintanel

Raúl Cabrera © Xavier Pintanel

Levis Aliaga © Xavier Pintanel