Un año sin las invenciones de Chango Farías Gómez

Télam - Una afección pulmonar fue la encargada de cobrarle a Chango las intensidades de una vida plena en la que se la pasó asumiendo riesgos y poniendo el cuerpo.

“La ausencia del Chango es muy grande y no la estoy viviendo bien, porque fuimos muy unidos y ahora me dejó sola como referente familiar”, confesó su hermana Marián Farías Gómez a Télam.

Tratando de superar el dolor por la pérdida, la cantante subrayó que su hermano “renovó todas las cosas y fue capaz de romper todos los esquemas”.

“Chango —insistió— demostró que no importaba el instrumento que toques sino cómo lo toques y, por ejemplo, podés hacer la música más profunda de la Argentina con un trombón”.

Juan Enrique Farías Gómez, tal el nombre real del artista nacido el 19 de diciembre de 1937 en Santiago del Estero y criado en el barrio porteño de San Telmo, llevó siempre al extremo una búsqueda sin concesiones.

Esa impronta tal vez le impidió alcanzar masividad o disfrutar de las mieles de la fama, pero lo convirtió en un artista profundamente popular y esencial para proyectar la música argentina.

Absolutamente empapado de la hondura de las raíces musicales criollas, pero siempre dispuesto a que ese legado sea un punto de partida pleno de vitalidad, desde mediados de los 60 forjó un par de grupos vocales: Los Huanca Huá primero y el Grupo Vocal Argentino después.

Sin dejar de cantar, hacia 1975 alumbró un magnífico trío junto a Dino Saluzzi y Kelo Palacios pero la dictadura cívico-militar que asaltó el Estado en marzo de 1976 decidió cobrarle esas audacias y su militancia peronista y lo empujó al exilio en España.

El dolor por la lejanía no le quitó fuerza ni alas y a su regreso multiplicó la apuesta al concebir, hacia 1985, la creación de Músicos Populares Argentinos (MPA) junto a Peteco Carabajal, Rubén Mono Izarrualde, Jacinto Piedra y Verónica Condomí, en donde sumó el uso de instrumentos como la batería y el bajo eléctrico que no formaban parte del acervo sonoro del folclore.

De la mano de su adhesión permanente al peronismo, aceptó el cargo de Director Nacional de Música entre 1989 y 1992, pero renunció en desacuerdo con los indultos a los militares dispuesto por el entonces presidente Carlos Menem.

Más tarde, de2003 a2007, se desempeñó como legislador porteño y desde su banca presentó, defendió y logró imponer en 2004 el proyecto de ley que estableció en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires el feriado de lunes y martes de carnaval.

La composición de obras para cine y teatro fueron parte de los nuevos desafíos que luego, y ya en los albores de la década del 90, lo empujaron a seguir innovando y proponiendo, esta vez desde La Manija, la posibilidad de indagar en las raíces africanas e hispanas de la música argentina.

En paralelo, además, exhibió su oído sabio para asumir el desafío de producir artísticamente a nuevos artistas (la cantante folclórica Paola Bernal o el grupo tanguero Buenos Aires Negro, por citar sólo un par de ejemplos) o para comandar el registro de uno de los más logrados discos de Mercedes Sosa como sin dudas fue Corazón libre (2005).

Los últimos años lo encontraron inquieto y vital como siempre haciéndole frente al cáncer que lo aquejaba y dándole forma a una nueva travesura plagada de iguales dosis de juego y compromiso: La Orquesta Nacional de Cámara.

En compañía de Fabián Carier (piano), Rubén Izarrualde (flauta y voz), Néstor Gómez (guitarra y voz), Omar Gómez (bajo y voz), Ricardo Culotta (trompeta y voz), Jerónimo Izarrualde (batería y voz), Cacho Ferreyra (saxo y voz), Bernabé Romero (violín) y Daniel Gómez (bandoneón), tocó regularmente en directo un repertorio que pretendía registrar bajo el título de Música clásica argentina.

A distancia del fallecimiento de su hermano, Marián apuntó que “la verdad es que me sorprendió la cobertura que generó la muerte de Chango y no porque no creyera que se lo merecía sino porque los argentinos a veces y los medios mucho más, suelen ser muy ingratos”.

“Fue muy grato ver que TN le dio tantísima importancia a alguien que estaba en el otro polo y que hacía poco tiempo le había dicho que no a un programa de El Trece. Este respeto por el artista me reconcilió con una rama de los medios de comunicación”, destacó la artista a un año de la muerte de Chango, que fue velado en una dependencia de la Agencia Nacional de Noticias Télam.

Por lo visto, Farías Gómez tuvo más suerte en los medios que en una de las citas principales del folclore como el Festival de Cosquín de este año donde su recuerdo apenas ocupó una mención a través de un material fílmico y no programó ni a la Orquesta Popular de Cámara, última creación de Farías Gómez ahora dirigida por "Mono" Izarrualde, ni a su hermana que el año pasado volvió a grabar después de 23 años y publicó Para ir a buscarte.