El Gobierno español lo ha dejado bien clarito: la música, el teatro o el cine no son cultura, son "entretenimiento" a diferencia de los museos, archivos, bibliotecas y —por qué no decirlo— los toros que sí lo son.
"Hay que distinguir entre productos culturales y productos de entretenimiento" aclaraba el Ministerio de Hacienda de España ante la subida del IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) que entró en vigor el pasado sábado. Y lo decía para justificar la brutal subida del 8% al 21% en los "productos de entretenimiento" —música, teatro y cine— frente a los "productos culturales" —museos, archivos, bibliotecas, centros de documentación, galerías de arte y pinacotecas— que solo sufrirán el incremento en dos puntos.
Los toros, como no, son también un "producto cultural" por excelencia. Así lo demostró el Gobierno español cuando hace un año las competencias en materia de tauromaquia y actividades taurinas fueron asumidas por el Ministerio de Cultura que hasta ese momento estaban en manos del Ministerio del Interior.
Resumiendo: Cervantes es cultura pero Shakespeare no. Cuando Luis Eduardo Aute pinta, culturiza; cuando canta, entretiene. Y seguramente existe más belleza y sensibilidad en la tortura de un animal que en una canción de Silvio Rodríguez.
Inmediatamente lo que queda del sector cultural español ha puesto el grito en el cielo y ha pedido "amparo" al ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert —ese que defiende la separación de sexos en las escuelas o que solo escucha música en inglés—, ignorando que pedirle sensibilidad con respecto a la cultura es como pedirle sensibilidad sobre los derechos de la Infancia al Rey Herodes.
Uno puede tener la tendencia a pensar que el Gobierno se equivoca y que lo está haciendo muy mal. No es cierto: el Gobierno español —como los villanos de Marvel— tiene un plan trazado con precisión quirúrgica.
Es evidente que, estadísticamente hablando, las personas que suelen emplear su tiempo libre sentadas frente al televisor viendo "reality shows" o programas de corazón suelen votar en una dirección y, en cambio, las que suelen frecuentar salas de conciertos, teatros o cines, suelen votar en dirección opuesta.
Un obrero, para votar al PP, debe ser ignorante y no olvidemos que el PP gobierna con mayoría absoluta. Ergo, en España, los obreros ignorantes son legión. Y cuanta más ignorancia, más mayoría.
Ya lo dijo el Che Guevara: “un pueblo ignorante es un pueblo fácil de manipular”. Si es que está todo inventado.
El cantautor cubano Silvio Rodríguez recorrerá Chile, Argentina, Uruguay, Perú y Colombia entre septiembre y noviembre, con diez conciertos previstos y una posible extensión en 2026.
La cantautora mexicana Vivir Quintana lanza Cosas que sorprenden a la audiencia, un disco que recoge diez historias reales de mujeres encarceladas por defenderse de sus agresores, en un giro crítico y profundamente humano del género del corrido.
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