El pasado fin de semana la Orquesta Sinfónica Universidad de Concepción junto a Manuel García interpretaron una selección de las más importantes obras compuestas por este destacado cantautor chileno.
![]() Manuel García con la Orquesta Sinfónica Universidad de Concepción.
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A la salida del teatro escuché que alguien dijo: “Este es el sinfónico más pop de todos”. Y es cierto ese comentario para describir el concierto de Manuel García Sinfónico. El riesgo, la contingencia y la breve discografía del trovador no atentaron en contra. Al contrario. Se abrió así una nueva puerta para el programa de música nacional que realizó la Corporación Cultural de la Universidad de Concepción en conjunto con la Orquesta Sinfónica el viernes y sábado 8 de este mes. Tal vez sus ecos ya se anunciaban el año pasado con el recital del grupo Congreso aunque esos materiales son todavía un punto altísimo.
Esa dirección hacia el pop llegó sin intermedios. ¿Por qué? Porque el legítimo diálogo entre lo popular y lo docto estuvieron más claros que nunca, y lo que es mejor: indican un derrotero futuro para este programa. Además, respaldaron este concierto audiencias juveniles, normalmente separadas del público más habitual de la Sinfónica, pero que a fin de cuentas traducen que la música es una sola y de paso están respaldando a la creación chilena.
Hay méritos compartidos en ello. Carlos Zamora ideó una propuesta sobre recreaciones o versiones y no sobre orquestaciones. Además, las hizo dialogar con algo más que citas de clásicos con acento en lo contemporáneo, sonoridades seguramente familiares al oído de la memoria colectiva. Fragmentos de Piazzolla en Tu ventana, Pañuelí con las sinfónicas quinta y sexta de Beethoven, Alfil y una fuga de Bach, Máquinas y sangre, con la fuerza disonante de Penderecki, Piedra negra con la energía de El holandés errante de Wagner y acentuaciones rockeras, similares a Cangrejo azul con percusiones y bronces de El pájaro de fuego de Stravinsky, entre la docena de canciones del programa. Con esta paleta sonora y aunque parezca contradictorio, este concierto no tiene el espesor, el desarrollo y quizás la gravedad de los sinfónicos anteriores. Claro. Su propósito era otro: darle a estas canciones nuevos colores, ritmos y atmósferas, traducidas en cruces, fusiones, tensiones y acercamientos sonoros en un contexto pop. Quizá, y vale la pena acotarlo, lo más bajo sean la obertura que remite a clichés festivaleros.
En tanto, el director Francisco Núñez aportó una alta cuota de compromiso y empatía al conducir a la Sinfónica universitaria hacia territorios en los que la agrupación orquestal se sintió cómoda, festiva y posicionada. Y Manuel García sorprendió con su oficio y talante para asumir este difícil reto. De paso mostró su arsenal de canciones llenas de poesía, compromiso político, alteridad y sobre todo, belleza, una recogida belleza desde el planeta de la cantautoría. Su mano se notó también, al quebrar, en un guiño deconstructivo, la formalidad del concierto y presentar tres formatos pequeños, íntimos: el dúo con Fernando Saavedra en guitarra con la bellísima Siempre tú serás como tributo al cantautor penquista Daniel Campos, la melancólica Un rey y un diez, para piano (con Lilian Quezada) y voz, cuya tristeza se volvió uno de los momentos más emotivos de la noche. Y Canción y plegaria presentada con un grupo de cámara tal como fue grabada en el álbum Témpera (con arreglos de Javier Bustos) donde se fortalecieron los puentes entre lo popular y lo docto. La puerta de salida hacia algo más alegre se abrió con Queda lo que quema en versión salsera y la carta de presentación del nortino: Gran capital. Era una noche feliz, emocionante, jubilosa. Pero la energía cómplice del público desbordó cualquier compostura. Y el cantautor tuvo que salir cinco veces más hasta que la calma llegara a cero. Al final todo era exultante.
La música chilena más nueva en las canciones de Manuel García y la Orquesta Sinfónica de la U. de Concepción mostraron un nuevo mapa en este magnífico programa. Habrá que dibujar entonces sus señales, alturas y recorridos.
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