El trovador catalán Lluís Llach, que acaba de publicar en castellano su primera novela Memoria de unos ojos pintados, ha opinado hoy, en una entrevista con Efe, que está "asistiendo al fracaso del Estado español como proyecto de futuro" debido, principalmente, a una lectura "cretina" de la Constitución.
![]() Lluís Llach bajo una foto con el poeta Miquel Martí i Pol
© Xavier Pintanel
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EFE/Irene Dalmases – Lluís Llach, con unas ideas independentistas que nunca ha escondido, mantiene que a consecuencia de "una lectura políticamente cretina y sin ninguna visión de lo que es la España de verdad, se ha acabado haciendo inviable el Estado español".
"El problema ahora —ha proseguido— es qué somos. ¿O constitucionalistas o demócratas? No hay color. Somos demócratas. La constitución debería ser una herramienta a nuestro servicio, de lo contrario no sirve de nada. Se ha acabado. Con tanques o sin tanques, muchos seguiremos pensando esto", ha apostillado.
El músico, asimismo, lamenta que en el debate surgido en las últimas semanas, especialmente tras la manifestación independentista del día 11 de septiembre en Barcelona, no se estén pronunciando los intelectuales españoles progresistas.
"Me cabrea mucho —asevera— que en vez de buscando soluciones estén encerrados en casa, dimitiendo de lo que es su función social. O tienen miedo o han perdido la cabeza".
En cambio, cita al filósofo Xavier Rubert de Ventós para recordar que ha dedicado muchos años de su vida "como tantos centenares e incluso miles de catalanes a explicar a España cómo podíamos convivir todos juntos".
Sin embargo, "a pesar de los esfuerzos ingentes de pedagogía hechos desde Cataluña, el Estado fracasa. El problema es suyo, porque nosotros entendemos lo que nos ocurre".
Preguntado sobre si teme que con este discurso su novela no llegue al lector español, Llach rememora que durante sus cuarenta años como cantante actuó en los teatros de todas las capitales de provincia, "y siempre estaban llenos".
A su juicio, hay en España "mucha gente con absoluta complicidad con los valores humanos esenciales, mientras que también hay una España que siempre ha estado dramáticamente enfrentada y que apoya unas opciones muy difíciles de aceptar en el siglo XXI".
Cuando el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se pregunta en voz alta por qué después de cuarenta años hay todavía mucha gente en Cataluña y en Euskadi que no quiere la unión de todos, Llach indica: "señor Rajoy, coja el espejo en el que se mira y déle la vuelta, mire lo que tiene delante".
Respecto a la posibilidad de que Cataluña acabe convertida en un nuevo estado europeo, Lluís Llach es de los que lo ve "difícil, pero no imposible" y agrega que, de todas maneras, "lo más importante es que se tenga el derecho a decidir". "Y si ganan los que no son independentistas, "chapeau", yo seguiré viviendo y hablando con mis vecinos. ¿Qué se han pensado?".
Incidiendo en esta idea, subraya que un "país como Cataluña, no basado ni en razas ni en conquistas, quien lo va a salvar no van a ser ni políticos, ni presidentes, ni escritores, ni cantantes. Es el país el que se salva a sí mismo. Es el que ante una necesidad crea sus órganos".
A pesar de esta vertiente política, Lluís Llach no se olvida de tratar sobre su nueva faceta como novelista, con una historia de amor entre hombres libres, que se inicia en los años veinte del siglo pasado en el barrio de la Barceloneta, donde cuatro amigos, dos chicos y dos chicas, crecen juntos y empiezan a descubrir el mundo.
Durante tres años de su vida, el artista ha tecleado ante el ordenador este relato, que ahora publica en castellano Seix Barral, con el que dice haberlo pasado muy bien y haberse divertido mucho. "He aprendido con mis personajes, que, a la vez, me han utilizado".
Sin embargo, advierte que nunca se ha querido traicionar a él mismo y que, por ejemplo, le ha interesado incluir una historia de amor homosexual con "sentimientos fuertes y positivos, nada que ver con un laberinto de remordimientos".
La cantautora Judit Neddermann y el guitarrista Pau Figueres presentan un nuevo álbum conjunto, con doce canciones en castellano, catalán, portugués y francés, grabadas en directo en estudio. Entre ellas, una nueva versión de Vinc d’un poble con Joan Manuel Serrat y temas originales que combinan pop, folk, jazz y música popular brasileña.
El cantautor chileno Patricio Anabalón lanza el single Danza con la participación de Silvio Rodríguez, en una obra producida por Javier Farías y enriquecida con los aportes del Cuarteto Austral, Felipe Candia y otros destacados músicos e ilustradores; en un encuentro generacional de la canción de autor.
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