Quico Pi de la Serra, 70 años y un día

Francesc Pi de la Serra posando junto al cartel del concierto «70 anys i un dia». © Xavier Pintanel

Quico Pi de la Serra celebrará con un recital antológico el próximo 6 de noviembre en la sala barcelonesa Luz de Gas, sus 70 años de vida y 50 de carrera artística.

En este concierto de aniversario, con dirección musical de Amadeu Casas, Quico contará con un puñado de amigos e invitados de diferentes generaciones y estilos, en una muestra de la versatilidad y la amplitud de miras del artista a la hora de relacionarse con personas y músicas de cualquier procedencia, como Javier Krahe, Miquel Gil, Marc Parrot, Roger Mas, Laura Simó, Carme Canela, Carles Sanjosex, Cesk Freixas, Josep Maria Borràs, el payaso Tortell Poltrona y el mismo Amadeu Casas.

En cuanto a la banda, Amadeu Casas (guitarra) estará acompañado por Joan Pau Cumellas (armónicas), Toni Pagès (batería y percusiones) y Matías Míguez (bajo eléctrico).

Quico representa para muchos, tanto a nivel artístico como humano, la libertad de actuación. Siempre, sin embargo, partiendo de la coherencia con la propia forma de ser. Es por eso que no deja a nadie indiferente. Nadie podrá decir que no se trate de una persona extraordinaria con un legado musical indudable — al que todavía le queda mucho por hacer— ni negar que sea una referencia ineludible para la canción de autor europea.

Setenta años no son nada, y son mucho. Pero se han de celebrar. Quico, artista incombustible e indomable, llega con una carrera musical de 50 años, con más de una veintena de discos propios editados y cientos de conciertos por todo tipo de escenarios.

Allí arriba es donde podemos ver su dominio musical, vocal y al mismo tiempo la inmensa capacidad de conectar con el público.

Francesc Pi de la Serra (Barcelona, 1942) es uno de los más veteranos cantautores catalanes. Pero es también uno de los que transmiten un espíritu más joven con sus canciones, que alrededor del mundo han fascinado compañeros de oficio de un gran prestigio, desde Caetano Veloso hasta Paolo Conte, pasando por Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, a parte de varios discípulos, entre ellos Joaquín Sabina, que lo reconocen como uno de sus principales maestros.

Desde 1962, año en que se incorporó a Els Setze Jutges, colectivo del que fue el primer cantante profesional, y preparó la fundación de Els 4 Gats, el primer grupo de rock en catalán, Pi de la Serra ha compuesto una larga serie de piezas que lo han consolidado como uno de los cantautores europeos que han sabido encontrar un discurso artístico más personal e independiente, con un gusto literario que entronca con el surrealismo y las otras corrientes de la gran tradición de las vanguardias de la década de 1920.

Ajeno a las modas y los condicionamientos de la industria musical, Pi de la Serra mantiene un compromiso social insobornable en su ejercicio de la canción, que entiende como una disección crítica de la realidad desde una mirada poética, a menudo teñida de un humor muy sutil e inteligente.