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Novedad discográfica

Suburbano presenta «33»

REDACCIÓN el 07/11/2012 

El dúo Suburbano, formado por Luis Mendo y Bernardo Fuster y autores de canciones como La puerta de Alcalá presentarán el próximo 13 de noviembre su próximo disco 33.

Portada y contraportada de «33» de Suburbano.

 

El 6 de mayo de 1979 nacía Suburbano en la sala de teatro independiente El Gayo Vallecano de Madrid. Mantenerse en activo 33 años en la escena española es para, antes que nada, quitarse el sombrero, y si esa trayectoria está acompañada por la dignidad musical, ya son palabras mayores. De aquella primera formación se mantienen al frente del grupo Luis Mendo y Bernardo Fuster, almas de Suburbano, con el saxofonista Lorenzo Solano casi siempre en sus filas. Los tres están en su nuevo álbum, de título tan sencillo como significativo, 33, que Suburbano presenta en concierto el 13 de noviembre la sala Galileo Galilei de Madrid.

 

El tándem Mendo-Fuster es uno de los pocos ejemplos de colaboración músico-letrista que se dan en la música española con semejante permanencia en el tiempo. Luis Mendo pone música a las letras de Bernardo Fuster y así ha sido a lo largo de más de tres décadas, lo que ha creado un estilo Suburbano que se ha reflejado desde aquellos comienzos en los que la banda lanzaba un folk evolucionado hasta ahora, en el que se mueve claramente en el terreno del pop, siempre con el aliento de la música popular detrás.

 

Suburbano siempre se ha caracterizado por los sonidos limpios, las canciones bien estructuradas, con cierto sentido clásico, frecuentes inspiraciones en estilos diversos y letras impecablemente elaboradas que miran de frente la realidad sin escabullirse del compromiso. Su nuevo álbum, uno de los mejores y más sólidos de su carrera, lleva el título de 33, sus años en el escenario, y es un estupendo ejemplo de lo que es Suburbano. Bernardo Fuster es uno de los letristas más inspirados de la música en español y en este álbum alcanza muchos de sus mejores momentos. Como cantante, ha conseguido crear un estilo propio que en 33 se evidencia con más brillantez y claridad que nunca. Luis Mendo es un músico referencial, clave en la historia de la música española, guitarrista, productor, arreglista y compañero de fatigas muchos años de artistas como Luis Eduardo Aute o Pablo Guerrero , y con un sentido lírico y melódico a la hora de componer que encaja como guante de seda en los textos de su colega Bernardo. Si la música popular son canciones, 33 es un álbum lleno de buenas y variadas canciones, algo en lo que Suburbano siempre ha ejercido magisterio. Vamos a ellas.

 

El álbum se abre con El sueño de un fugitivo (“Aprendiste paso a paso a rescatar sentimientos, del fracaso hiciste viento, de la pena resistencia, de la urgencia un sedimento de alegría y disidencia”) se envuelve en un aire melancólico, casi abolerado, a lo que ayuda el acordeón y la guitarra de 12 cuerdas sonando portuguesa. Después, Ayer (“Vagabundos por cien mundos, mil fronteras; pasajeros en paisajes siempre andados, prisioneros del mercado y sus banderas… y sin historia”) es puro pop lírico, con ese sentido de himno que Suburbano inyecta a algunos de sus estribillos. Sigue María (“No hagas caso, María, y da de lado, a esos que dicen ser la voz de la decencia, y hacen doctrina del miedo y del pecado para vendernos paraísos e indulgencias”), que se mueve en terrenos del blues-rock con un swing muy bien balanceado.

 

Ciudades en la memoria (“Siempre quedan ciudades en nuestra memoria que guardan su historia en cada rincón, son ciudades que saben, más allá de la gloria, revivir su latido en una canción”) es un recorrido por Berlín, París, Lisboa y Madrid en la canción más folkie del álbum, mientras Diosa Diana (“Vamos Diana, a qué esperas; líbrate de tus temores que en la tierra llueven flores a ritmo de primavera”) es un medio tiempo claramente pop-rock. Con música de Imanol sobre un poema de Lope de Vega, Ausencia (“Arder como la vela y consumirse, haciendo torres sobre la tierna arena, caer del cielo y ser demonio en pena, y de serlo jamás arrepentirse”) es una gran canción que refleja esa capacidad de Suburbano para recrear una melodía fronteriza (que podría leerse como ranchera), envolverla en pop y ofrecer un estilo único y diferente.

 

Menos tiempo para verte (“Me asusta dormirme a veces, estar tumbado, cerrando en lucha mis ojos sin ti a mi lado, no quiero que el tiempo pase sin tu latido, y en un silencio prestado vivir perdido”) es otra estupenda canción, emocionada, que enlaza con Ausencia por su aliento fronterizo ambientado esta vez con un sutil y elegante aroma de bolero. Alzo mi copa (“Porque nadie nos mande, por vivir siempre al día, por cantar lo que quiero y quizá no debía”) mezcla a ritmo bailable América Latina y África en una canción luminosa, y Todo lo que nos falta (“El silencio recita un poema que apenas entiendo y un estruendo de imágenes blancas me envuelve y te invita”) refleja el lado más íntimo de Suburbano en una de las canciones más oscuras del disco.

 

En la recta final del álbum, Se amaron con locura (“Y se amaron con locura, con la pasión desbocada, como el hereje ama la duda, como el secreto a la almohada, como el suicida a la altura, como el reo a su coartada”) es la delicadeza hecha canción; El loro de Mozart (“El loro de Mozart escuchaba en su rincón como el maestro tocaba el piano, hasta que un buen día pensó que podía ser como su amo y escribir una canción”) es un sarcástico divertimento sobre los medios-de-comunicación-basura a ritmo de rock cajun, y Tres mujeres (“A las diez, como siempre, se van al país del que nunca han salido al rincón donde saben que están los sueños perdidos”) es el retrato poético de lo que pasa en la acera de cualquier ciudad. Rumbo sur (“Si la tristeza es un color por definir, si aburrido el porvenir sueñas silencios frente al mar, es mejor despertar, decidir rumbo sur, rumbo sur y escapar”) cierra el álbum con una canción de desengaño, ventana abierta a la esperanza, otra estupenda letra y elegancia en el tratamiento del pop pensado como música popular.

 

Variedad de estilos, de sonoridades, de historias… En definitiva, canciones, algo tan fácil de decir y tan difícil de encontrar. Todo está dentro de 33, un álbum producido por Luis Mendo y Bernardo Fuster en el que han trabajado Bernardo Fuster (voz, percusión, programaciones), Luis Mendo (guitarras, bajos, programaciones, coros, arreglos), Lorenzo Solano (saxo, flauta), Javier Palancar (acordeón), Mikel Ferrer (batería en Ausencia) y Nacho Sáenz de Tejada (dobro en María).

 

Es la continuación de la carrera de Suburbano, que publicó su primer disco en 1979 producido por el portugués Fausto. Después siguieron álbumes como Marismas (1981), Danzas rotas (1983), Calendario (1987), Fugitivos (1993), Ya no puedo parar (1995), De cine (1997), 20 años y un día (2000), Los delirios del pirata (2003) y Sisa y Suburbano cantan a Vainica Doble (2006). En esta trayectoria (en la que han pasado por el grupo más de 25 músicos), con la libertad creativa por bandera y siempre a contracorriente, Suburbano ha buceado en el folklore, derivó al jazz-rock, se instaló en la canción de autor, ha sido el grupo de acompañamiento de Luis Eduardo Aute y Luis Pastor , ha pisado escenarios de toda España y Europa…

 

Suburbano también ha compuesto bandas sonoras para películas de Emilio Martínez Lázaro (Sus años dorados, El otro lado de la cama), Juan Caño (Caso cerrado), Montxo Armendáriz (Las cartas de Alou), Julio Sánchez Valdés (La fuente de la edad), Carlos Suárez (Makinavaja), Luis García Berlanga (Todos a la cárcel, París-Tombuctú), Manolo Matji (Mar de luna), Chus Delgado (La niña de tus sueños), Azucena Rodríguez (Entre rojas, Puede ser divertido, Atlas de geografía humana), Adolfo Aristarain (La ley de la frontera), Manuel Iborra (El tiempo de la felicidad), María Ripoll (Lluvia en los zapatos), Luis Oliveros (Pata negra), Manolo Iborra (Clara y Elena)… Para televisión, Suburbano ha compuesto para Fernando Trueba (La mujer inesperada), Álvaro del Amo (La mujer perdida), Eva Lesmes e Imanol Arias (Delirios de amor), Jaime Chávarri (La mujer duende), Fernando Colomo (Chicas de hoy en día), Carlos Suárez y José Luis Cuerda (Makinavaja, la serie), Luis García Berlanga (Blasco Ibáñez), David Trueba (El peor programa), las series Colegio Mayor, Pepa y Pepe, Ni contigo ni sin ti… Y también música para teatro para Álvaro del Amo (Geografía); para cortometrajes Chus Delgado (La viuda negra); para documentales (Primarias para Canal )…

 

De Suburbano salen canciones como La puerta de Alcalá (más de 15 versiones sólo en Latinoamérica y México), Arde París (éxito en la voz de Ana Belén) o Makinavaja, entre muchas otras que han interpretado artistas como Víctor Manuel y Ana Belén, Javier Gurruchaga, Luis Pastor, Nacho Campillo, Pablo Guerrero, Luis Eduardo Aute, Amaya Uranga, Dúo Dinámico, Sergio y Estíbaliz, Paco Bello, Lucía Caramés… Canciones, canciones, canciones. Suburbano es 33 años de buenas canciones.







 
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