La Sala se llenó ayer hasta los topes para escuchar las opiniones del cantante Lluís Llach. Cientos de personas asistieron a la charla que mantuvo con el escritor Antoni Dalmau, a quien le reconoció que, en vista de la situación actual del país, “la única salida que veo es la independencia (de España)”. Llach y Dalmau empezaron así la primera de las ”Conversaciones en La Sala“, que también llevarán a Igualada (Barcelona) al presidente del Barça, Joan Laporta.
Publicado en anoiadiari.cat
Llach trazó un paralelismo entre él mismo y el filósofo Xavier Rubert de Ventós, de quien dijo que, tras años de intentar hacer pedagogía, llegó un momento en que se declaró partidario de la independencia. “Tengo 60 años, sólo me quedan 10 para ver resultados”, dijo. A pesar de confesarse de tradición ácrata y reconocer que se mira las estructuras estatales con cierta prevención, opinó que, si Cataluña quiere continuar existiendo, ya no tiene espacio dentro del Estado español, sino que se ha de construir uno propio. Opina que la transición fue una magnífica oportunidad, la primera en un puñado de años, para que los diferentes pueblos del estado compartieran un proyecto ibérico común, pero la oportunidad se perdió.
Criticó el conjunto de la clase política actual, a quien considera incapaz de reconducir la situación de Cataluña, pero también dijo que renunciaba a entrar en política (“soy demasiado primario”, declaró). En todo caso, no cerró la puerta a colaborar en nuevos proyectos que considere positivos para el país. Asimismo, se lamentó que, en su juventud, podía acusar a los partidos socialdemócratas de “reformistas”, mientras que ahora ”ya no sirven ni para reformar, como mucho para gestionar“.
Llach dijo sentirse conmocionado “de asistir al derrumbe del sistema” neocapitalista actual. Señaló los tres personajes que, desde su punto de vista, han sido los responsables de la situación actual de crisis económica, política y moral: Reagan, Thatcher y Juan Pablo II. Desde su punto de vista, los tres se encargaron de aniquilar el sistema social surgido tras la II Guerra Mundial. Pero no los culpa sólo a ellos, sino que también opina que la izquierda no estuvo a la altura de las circunstancias cuando le tocó tomar el relevo: desde el socialismo griego a los casos de corrupción de Felipe González, la izquierda europea no supo responder como hubiera sido necesario. Esto hizo que al poco tiempo resurgiera la derecha más dura, que ha llevado al conjunto de la sociedad occidental a un punto de no retorno.
El cantante de Verges reiteró que no volvería a los escenarios. Dice que se retiró para poder vivir “con plenitud” la última etapa de su vida, disfrutando de “la normalidad” y sin la “coraza” del éxito; explicó ampliamente su experiencia como viticultor del Priorat y evocó multitud de recuerdos de su vida (los conciertos en el Olympia de París, la colaboración en una película de Mastroianni, su infancia en Verges y el contraste con la llegada a la Universidad...).
La cantautora Judit Neddermann y el guitarrista Pau Figueres presentan un nuevo álbum conjunto, con doce canciones en castellano, catalán, portugués y francés, grabadas en directo en estudio. Entre ellas, una nueva versión de Vinc d’un poble con Joan Manuel Serrat y temas originales que combinan pop, folk, jazz y música popular brasileña.
El cantautor chileno Patricio Anabalón lanza el single Danza con la participación de Silvio Rodríguez, en una obra producida por Javier Farías y enriquecida con los aportes del Cuarteto Austral, Felipe Candia y otros destacados músicos e ilustradores; en un encuentro generacional de la canción de autor.
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