El pasado 12 de abril en las Cotxeres de Sants, el genial Javier Krahe se presentó una vez más en el Festival BarnaSants.
![]() Javier Krahe en las Cotxeres de Sants.
© Laura Camps/BarnaSants
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La facilidad que tiene Krahe de conectar con el público, independientemente de que lo conozcan o no lo hayan visto en su vida, es absolutamente increíble. Es que hombres y mujeres, no importa la edad, nos vemos identificados en sus canciones. Y si no que levante la mano quien se haya librado de hacer alguna escabechina emocional, que lamente no haberse tomado antes un Orfidal.
Krahe nos obsequió a lo largo del recital con algunas canciones inéditas como Mariví, que se burla de la mala memoria, y otra que ha compuesto después de haber sido absuelto el año pasado por el absurdo caso de la receta del crucifijo ("Ni el Señor es mi pastor/ni yo soy un borrego"). Entre las canciones que forman parte de su repertorio discográfico cantó Eros y civilización, Diente de ajo, Kriptonita, ¡…amos, anda! , Zozobras completas, Antípodas, La yeti, ¡Ay Democracia!, En la costa Suiza y Paréntesis.
El humor, la ironía y la inteligencia de cada una de sus canciones confirman el talento de Krahe como letrista, sin duda el mejor que hay en España. Todo esto sumado a las presentaciones que hace Krahe de canciones como El dos de mayo, Mi Polinesia, Vecindario y Como Ulises, logran que durante el concierto a todos los del público se nos pinte una sonrisa en la cara, desdramaticemos, riamos y hasta queramos que nuestros problemas de pareja sean como los que dice Krahe que tiene con su mujer, ¡cómo no! si son problemas que se vuelven canciones y las peleas son de guasa.
Krahe se presentó con su banda, conformada por Javier López de Guereña, guitarra; Fernando Anguita, contrabajo; y Andreas Prittwitz, flauta, clarinete y saxo.
Es un privilegio escuchar a Krahe en directo. Los enamorados, los desenamorados, los contradictorios y los inconformes le debemos a Krahe cuanto ha escrito.
Este concierto ha hecho parte de la recta final de esta edición del Festival BarnaSants. El público que llenó las Cotxeres de Sants despidió de pie a Krahe, con ansias de tenerlo de nuevo en la próxima edición. Todo un lujo.
El cantautor y poeta extremeño Pablo Guerrero, autor de A cántaros, murió a los 78 años en Madrid tras una larga enfermedad; su obra unió canción, poesía y compromiso político durante más de medio siglo.
En un Palau Sant Jordi abarrotado, Joaquín Sabina se despidió de Barcelona con un concierto que fue al mismo tiempo un inventario de vida y un abrazo multitudinario a través de veintidós canciones que, tras más de medio siglo de carrera, ya no le pertenecen solo a él.
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