Teresa Parodi: «Componía canciones mientras lavaba o planchaba»

Teresa Parodi en uno de sus conciertos en Barcelona. © Xavier Pintanel

Teresa Parodi es seguramente —sin el seguramente— la cantautora más reconocida de Argentina en la actualidad.

Esconde una hermosa mirada azul bajo unos lentes gruesos. Habla deprisa y con seguridad. Da la sensación de saber lo que quiere y lo que hace. Es una mujer elegante, en el aspecto y en el gesto. Tanto cuando canta como cuando habla transmite enseñanza, seguramente herencia de aquellos tiempos en los que se desenvolvía como maestra rural.

Es también una mujer comprometida. "Es muy claro el resultado cuando las políticas defienden los intereses de los bancos, de las corporaciones, del poder mundial del dinero en pocas manos", declara.

Y es que Teresa se encuentra en Europa con la gira Contares y cantares donde ha podido constatar de primera mano los resultados de la crisis: "Me impacta ver en España imágenes idénticas a las que vimos entre nosotros en los últimos años del modelo neoliberal que tanto daño nos hizo. Imágenes de familias hurgando en la basura, lavando vidrios de autos en las esquinas, pidiendo y viviendo en la calle en este lugar del mundo, donde esto pudo ser posible solo después de la guerra. Encontrar hoy esta realidad me pone la piel de gallina".

Y comprometida también con las nuevas generaciones. Prueba de ello es ¿Y qué más?..., su nuevo disco presentado esta semana y "hecho a mano y a medida" con la joven trovadora uruguaya Ana Prada.

¿Quién es Teresa Parodi?

Soy cantautora, argentina y latinoamericana. Elegí el camino de la canción para comunicarme con los demás.

Amo la música y siento que la música me expresa y expresa a país y a mi continente. Mi guitarra es la herramienta para ir en busca de esa música y al mismo tiempo mostrarla en otros lugares.

Cinco hijos, trece nietos, más de 400 canciones y casi treinta discos… ¿De dónde saca el tiempo?

¡Ese es un buen tema! Fui madre muy joven, a los veintisiete años ya tenía los cinco hijos. Y yo empecé a ser conocida recién a los treinta y cuatro o treinta y cinco años. Yo siempre canté. En realidad parece como si mi vida hubiera estado programada. Empecé a hacer una carrera más viajada cuando mis hijos eran mucho más grandes. Pero, como toda mujer, te tienes que amañar para todo: hacer las cosas de la casa, atender a los hijos, lavar, planchar, cocinar, ir al mercado y yo qué sé… y trabajar. Para mi trabajar era hacer canciones. Yo grababa en la mañana temprano las canciones sobre las que quería trabajar y entonces mientras lavaba o planchaba o lo que sea, estudiaba, me corregía, pensaba. Componía mientras lavaba o planchaba, lo tuve que incorporar a mi rutina.

Incluso hoy, que mis hijos están casados y ya no tengo ese problema, pero que soy directora de un espacio cultural de las Madres de la Plaza de Mayo, soy miembro del directorio de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC) y de la Asociación Argentina de Intérpretes (AADI) y voy asiduamente todos los días; en todos mis despachos tengo una guitarra. Ya me parece que yo no puedo tener el orden que tienen otros para componer que se tienen que encerrar. Yo ya estoy malacostumbrada.

¿Qué repertorio viene a presentar a Europa?

Acá en esta gira lo que estoy haciendo es recordar a mis maestros y a mis colegas contemporáneos que siguen influyendo en mí, porqué siempre se aprende no solo de los grandes maestros sino de aquellos con los que camina el mismo tiempo y la misma generación. Y también con las nuevas generaciones. Yo aprendo muchísimo de los jóvenes, me gusta mucho compartir con ellos.

De hecho, he hecho conciertos todo el tiempo con gente muy joven que viene haciendo también su camino en la canción. Ahora recientemente he grabado un disco con Ana Prada que es una joven autora uruguaya y que me parece muy buena. Las dos hemos congeniado mucho y hemos escrito canciones conjuntamente.

A pesar de tener usted más de 400 canciones compuestas, en esta gira interpreta básicamente canciones de otros: Atahualpa Yupanqui, María Elena Walsh, "Cuchi" Leguizamón, Ástor Piazzolla, Jorge Fandermole, Raúl Carnota y e incluso de autores no argentinos como Víctor Jara, Violeta Parra o Alfredo Zitarrosa.

Porque son con los que yo me he formado. Zitarrosa fue mi maestro y fue mi amigo personal. Zitarrosa grabó canciones mías. Me hizo ese honor, él que era mi maestro. A Yupanqui lo conocí también, era muy elogioso con mi trabajo. Con Piazzolla canté. No conocí a Violeta ni conocí a Víctor Jara por razones obvias, pero es como si los conociera: están en mi vida.

Yo ahondé en este repertorio de ellos aquí, en esta gira que estoy haciendo por Europa porque me parece que está bueno contar de estos grandes autores y también de gente de mi generación como Jorge Fandermole o Raúl Carnota. Canto también canciones de los que vienen después, los que siguen nuestro camino. Y eso me parece que era bueno para esta gira porque era como explicar de los mucho lugares de donde vengo y cuál es la "marca" de mi canción cuando yo, a su vez, también soy autora.

De dónde he tomado, de qué fuentes he bebido, de qué lugares partió mi canción. A partir de eso mi canción no podría ser otra que la que es. Y me parecía muy bueno contar esos referentes porque además amplía el espacio sonoro de una cultura tan rica como es la latinoamericana.

¿Cómo surge la posibilidad de trabajar con Ana Prada?

Yo escuche a Liliana Herrero —una gran intérprete argentina— cantar una canción de Ana Prada que se llama Tierra adentro y me gustó mucho. Ana todavía no había grabado el primer disco. Un día Ana se presentó en un local de Buenos Aires y Liliana me invitó a verla y todavía me gustó más.

Entonce la empecé a invitar —yo hice muchas cosas en ese tiempo— y en un momento dado surgió un homenaje a Mercedes Sosa, que yo dirigí, que se hizo en Tucumán en el primer cumpleaños que Mercedes ya no estaba. Mercedes no conoció a Ana pero estoy segura de que le hubiera encantado. Ana cantó con nosotros y eso ahondó más nuestra amistad.

Le mandé una letra mía por mail que ella me devolvió con música "a vuelta de correo". Nos entusiasmamos, empezamos a componer e iniciamos un par de conciertos juntas. De esos conciertos surgió la idea de hacer un disco.

Cuéntenos algo de este nuevo disco.

Es un disco muy fresco. Creo que funcionará muy bien en Argentina y que también funcionaría en Europa. Se nota en la ida y vuelta sonora de las canciones. Ni una es totalmente mía ni totalmente de ella. Se produjo una tercera cosa muy interesante, casi como un diálogo de madre e hija —ella podría ser mi hija, de hecho tiene la edad de mi hija— produce un puente de canciones de ida y vuelta. Finalmente no se llama Cosido a mano y a medida —como sí se llamaban los conciertos— porque era el verso de una vieja canción mía que cantábamos en el espectáculo pero que finalmente no aparece en el disco. Entonces le pusimos ¿Y qué más?...

Teresa Parodi, Ana Prada ¿Y qué más? Sugestivo ¿no?

A pesar de ser una de las figuras más reconocidas en su país, no goza en Europa de la misma popularidad; cosa que también sucede con la mayoría de artistas argentinos. ¿A qué cree que es debido?

Yo creo que tiene algo que ver con la arbitrariedad de las compañías disqueras. Creo que hay una idea que cuando una música tiene esta marca folclórica no vende en otros lugares. Hay un preconcepto que dice que la única música universal es el pop y creo que están tremendamente equivocados.

Hay una cosa que no he hecho, pero me hubiera gustado estar en una compañía grabadora grande y ser gerente de marketing para demostrarles que esta música vendería "carradas" en el mundo.