Insinúa mi buen amigo Fran Espinosa en el tercer capítulo de este largo culebrón sobre corridas y trovadores que en CANCIONEROS.COM se selecciona a los trovadores en función de su lugar de nacimiento. El amigo Espinosa intenta hacerme entrar en un jardín donde no pienso poner los pies. Sus insinuaciones son autocontestadas con la suficiente contundencia tan sólo observando la nómina en el apartado cancioneros y añadiendo los que están en construcción. Perder 10 segundos más en este tema es perder más tiempo de lo que el tema merece.
Sí le voy a dar la razón cuando se queja del mal trato por parte de la prensa catalana —la prensa en general— que ha recibido Serrat con respecto a Sabina. Pero es normal que sea así. Sabina nos tiene acostumbrados a los actos un tanto canallas: abrazar a Jesús Gil, casarse con la hija de un ministro ex-franquista de UCD, invitar a cenar a su casa al príncipe borbón, frecuentar la compañía de mujeres de labios que mienten al besar, ingerir sustancias de todo tipo preferentemente ilegales y aspirar el humo en combustión de cualquier vegetal. ¿Cómo nos va a sorprender que eleve la sangre, la tortura y la muerte a la categoría del arte, la cultura y la tradición? Al fin y al cabo a Sabina le pedimos lo que le pedimos a cualquier trovador: que haga buenas canciones, buenos discos, buenos conciertos y que nos mienta poco, y que cuando lo haga, al menos que lo haga con una sonrisa. Una sonrisa para la gente sensible es como la vaselina para los habitantes de Sodoma.
Pero Serrat es otra cosa. De entrada, la principal diferencia entre Serrat y Sabina es que Serrat es Serrat y Sabina no. Y Serrat nos tiene muy mal acostumbrados y por eso le pedimos más. Le exigimos que esté a la altura de su obra. Y que, de tanto en tanto, cometa algún error para que no vaya por ahí atufando tanto a dios.
El músico, compositor y cantor argentino César Isella, creador de clásicos como Canción con todos y Canción de las simples cosas, y quien a lo largo de su trayectoria integró el legendario grupo Los Fronterizos, murió este jueves a los 82 años como consecuencia de un problema cardíaco.
El pasado 30 de enero de 2021 en el Palau de la Música Catalana y en el marco del 52 Voll-Damm Festival de Jazz de Barcelona, Sílvia Pérez Cruz presentó su nuevo disco Farsa (género imposible) completamente sola, un formato inédito que delató la grandeza de la artista.
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