El universo creativo y emotivo de María Elena Walsh se despliega con solvencia y naturalidad de la mano de María Elena 2, el último tranvía, una notable puesta de Héctor Presa, que los fines de semana se ofrece en los jardines del Museo Larreta (Vuelta de Obligado 2155, Capital).
Télam/Sergio Arboleya - Una María Elena Walsh (asumida por Alejandra Ballve) manipulando trastos en vistas de un inminente viaje, permite que el personaje juegue con la realidad y también con el imaginario de la poetisa y escritora, fallecida el 10 de enero de 2011 a los 80 años.
Pero los movimientos generados en torno al traslado inquietan a sus jóvenes amigos y vecinos (a cargo de Guillermina Gesualdi, Soledad De Pauli, Macarena Ferreira y Sergio Gutiérrez), que van a visitarla para tratar de confirmar la partida y averiguar qué la motiva.
La reunión, atravesada por fragmentos de algunos de sus temas para niños (La mona Jacinta y Canción para vestirse, entre otros esparcidos en la banda sonora de Diego Lozano), sirven para enmarcar un diálogo fluido entre la artista y sus amigos en el que se expresa el espíritu fraterno, aventurero y curioso de la autora de Juguemos en el mundo.
En ese relato cantado y bailado (con una ajustada coreografía de Mecha Fernández), Walsh va repasando aquello que la impulsa a moverse y a regalar y, de paso, tributa a otros grandes citando por el nombre de pila a Leda Valladares, a Juan Ramón Jiménez y a Pablo Neruda.
Entre los aprontes, las visitas previstas y los obsequios, hay eficaces diálogos y demoledoras canciones que el elenco regala con una lucida entrega a la espera del tranvía remolón sobre el que María Elena emprenderá la travesía.
Así esas melodías maravillosas surcadas por trazos notables y los pequeños gags que las hilvanan, construyen una hora de entretenimiento que permite ser disfrutado desde diferentes capas sin perder impacto ni gracia.
María Elena 2, el último tranvía, que completa su ficha técnica con el vestuario de Lali Lastra, asistencia de dirección de Ramiro Bianchi y la técnica de Martín Sampallo, Juan Manuel Orsini y Luis María Bruvera, sube a escena los sábados y domingos a las 16 y, en caso de mal tiempo, muda su sede a una de las salas del Larreta.
La ciudad de Barcelona rinde tributo al cantautor Luis Eduardo Aute con una pieza artística instalada en la plaza Rovira i Trias del barrio de Gràcia, lugar donde el artista pasó parte de su infancia y al que dedicó una canción en 2010.
La cantautora colombiana presenta un nuevo trabajo grabado en vivo en un patio de San Telmo, como homenaje íntimo a la ciudad de Buenos Aires, donde interpretó cinco canciones en formato acústico junto a un trío de músicos.
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