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Detalles de su trayectoria

Ana Belén: El valor de un canto

por Carles Gracia Escarp el 24/05/2013 

La crónica del concierto de Sant Cugat con “A los hombres que amé me ha llevado hasta este otro artículo con el apunte de algunos detalles alrededor de las cosas de Ana Belén. No muchos artistas alcanzan a recorrer un camino que permita apreciar el valor de un canto a lo largo, el canto de toda una vida.

Ana Belén

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En estos tiempos del todo con prisa y fácil, de artistas de quita y pon, de canciones de usar y olvidar, sería justo reconocer el mérito de la fértil trayectoria musical de largo recorrido de Ana Belén. Para afinar su perfil y darle el valor que merece a su canto mejor que revisar un trabajo en concreto es interesante observar en panorámica el conjunto de sus propuestas desde sus inicios hasta la actualidad. 

Nada mejor para ver reflejada su obra que una visita a su discografía completa en su Cancionero, aligerando algunos pasajes de aciertos menores y deseables olvidos, ¿quién no cometió errores? En conjunto en ella queda reflejado el buen criterio en la elección general de su repertorio, ahí es donde reside parte de su secreto musical, siempre rodeada de buenas influencias, la magia añadida es fruto de su innegable personalidad como artista, gracias a su estilo inconfundible y a sus maneras interpretativas que le dan carácter propio a su expresión y que hacen que escucharla se convierta en un pequeño e íntimo placer para el oyente.

Próxima parada: su trayectoria

La biografía musical de Ana Belén se inicia en 1965 y en ella encontramos discos fundamentales en su camino como La paloma de vuelo popular (1976), De paso (1977), Con las manos llenas (1980), Ana en Río (1982), Géminis (1984), Para la ternura (1986), A la sombra de un león (1988), Rosa de amor y fuego (1989), Veneno para el corazón (1993), Mírame (1997), Peces de ciudad (con el que estuvo nominada a los Grammy Latinos 2002 como Mejor Solista Femenina), Viva l’Italia (2003), Una canción me trajo aquí (2005) o Anatomía (2007, también nominado a los Grammy Latinos como Mejor Álbum de Pop Femenino). Ana Belén fue galardonada con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2007, galardón que concede el Ministerio de Cultura a aquellas personas que destacan en los diferentes campos artísticos.

Hace pocos días que Ana Belén acaba de llegar de una gira junto a Víctor Manuel por diversos países de América Latina tal y como hemos ido siguiendo en diversos artículos publicados en Cancioneros, y ya en este mes de mayo ha seguido en solitario con el colofón de la gira en la que ha ido presentando “A los hombres que amé”, un disco que fue editado a finales de 2011 con producción y arreglos de David San José y que por ahora es su última obra musical, es posible que pronto tengamos a Ana Belén embarcada en alguna otra aventura pese a las dificultades del momento.

A los hombres que amé” está compuesto por catorce canciones que rompían un silencio discográfico de cuatro años, en los últimos tiempos sus producciones discográficas se han ido espaciando, con pocas novedades a sumar en su más reciente repertorio, sus ritmos de grabación han ido cambiando a la par que la industria del disco iba también menguando sus ventas vertiginosamente, intercalando su trayectoria musical con otras actividades artísticas.

En su último trabajo discográfico la artista ha querido hacer un pequeño homenaje a algunas de las voces masculinas que la han acompañado en su vida, artistas a los que le unen afectos y complicidades, de los que admira su obra y de los que toma prestadas ahora algunas canciones representativas de sus respectivos repertorios para recrearlas y hacerlas suyas, seguramente le hubiera gustado componerlas, ¿y a quién no? El caso es que finalmente ya son suyas y nuestras.      

Un apunte personal

Personalmente venía siguiendo la trayectoria de Ana Belén desde la adolescencia, casi la de ambos; su figura artística e icónica forma parte del paisaje cotidiano cultural hispano desde los años 70, también del de parte de América latina.

Como parte de mi propia biografía a lo largo del tiempo he disfrutado de sus directos en diversos escenarios de Barcelona y en los veranos de la Costa Brava, mito de juventud del que iba coleccionando emociones, discos y canciones. Recuerdo especialmente algunos momentos, algunas noches de agosto en conciertos en Sant Feliu de Guíxols (Girona), o un momento inolvidable en el estreno de su película La pasión turca en Barcelona o también en la presentación de la gira El gusto es nuestro (Ana Belén, Serrat, Sabina, Miguel Ríos) en un acto para la prensa en el Ayuntamiento de Gijón (Asturias), personales instantes luminosos cerca de la artista. Como documento de interés dejo una foto que tomé ese 8 de agosto de 1996 en Gijón, seguiría el primer concierto de la gira al día siguiente. 

Presentación de la gira El gusto es nuestro - Ayuntamiento de Gijón (Asturias), 8 de agosto de 1996.   © Carles Gracia Escarp
Presentación de la gira El gusto es nuestro - Ayuntamiento de Gijón (Asturias), 8 de agosto de 1996.
© Carles Gracia Escarp

Un apunte al margen sobre el legado de Joan Baptista Humet

La última ocasión que pude disfrutar de Ana Belén en directo fue puntualmente cantando el tema Clara en el homenaje colectivo que se tributó en Barcelona el 16 de diciembre de 2008 (leer crónica) a la figura del gran Joan Baptista Humet. Permítanme un pequeño apunte intermedio al margen en relación a Humet y a su legado, será porque estuve la pasada semana en su pueblo natal: Navarrés (Valencia).

En esa noche de concierto pasaron por el escenario del Sant Jordi Club de Barcelona los siguientes artistas: Núria Feliu recitando con Francesc Burrull al piano (Que ens vegem un dia); Ana Belén y su hijo David San José (Clara); Víctor Manuel también con David San José (Layetana abajo); Maria del Mar Bonet con Dani Espasa (Si te me’n vas); Joan Isaac con Enric Colomer (Busco una flor); Joan-Eloi Vila, Enric Colomer y Josep Maria Francino, 3 músicos que acompañaron habitualmente a Humet (Solo soy un ser humano), Dyango y Joan Albert Amargós (Que no soy yo); Joan Manuel Serrat y Ricard Miralles (Fulls); Moncho y Antoni Olaf Sabaté (Terciopelo);  Lluís Llach al piano junto a Jordi Batiste (Fins que el silenci ve); Marina Rossell con Eduard Iniesta, Miquel Àngel Cordero y Xavi Llosas al piano (Gemma) y finalmente la banda Pegasus (ClaraGemma...).

Lo detallo porque a pesar de la calidad de los intérpretes quedó lamentablemente inédito el disco que posteriormente se grabó con algunas de esas piezas en estudio en sus voces, esperamos que algún día podamos disfrutar de ese trabajo en honor y reconocimiento a la obra de Humet incluyendo el dvd del concierto que fue grabado para televisión, merecido sigue siendo, reivindicado queda.

Ana Belén en el Homenaje a Joan Baptista Humet. © Xavier Pintanel
Ana Belén en el Homenaje a Joan Baptista Humet.
© Xavier Pintanel

El disco “A los hombres que amé”, una reseña general

Pero sigamos con Ana Belén y con una pequeña reseña informativa a propósito de su último trabajo, empezando con el repertorio del disco "A los hombres que amé": 01 Debajo del puente (Pedro Guerra), 02 No estás sola (Miguel Ríos/Rafael Guillermo), 03 Echo de menos (Kiko Veneno), 04 Las cuatro y diez (Luis Eduardo Aute), 05 Cançó de matinada (Joan Manuel Serrat), 06 A trabajos forzados (Antonio Gala/Antonio Vega), 07 La banda (Chico Buarque), 08 Y sin embargo (Joaquín Sabina), 09 El breve espacio en que no estás  (Pablo Milanés), 10 Razones (Juan Luis Guerra), 11 11 y 6 (Fito Páez), 12 Ojalá que te vaya bonito (José Alfredo Jiménez), 13 Canción para Carito (León Gieco/Antonio Tarragó), 14 Canción pequeña (Víctor Manuel).

El álbum se abre con Debajo del puente, una de las cumbres de la obra de Pedro Guerra (“Me gustaba verle en sus primeras actuaciones en Madrid, con aquella osada timidez y aquellas canciones… Me regaló alguna maravillosa”, explica Ana Belén), para reflejar el preciosismo en los arreglos que recorre A los hombres que amé y la delicada ductilidad de la voz de Ana Belén, capaz de hacer suya la canción respetando el espíritu original. Sigue No estás sola, que lleva la firma de Miguel Ríos (“Hemos compartido tantos viajes, cenas, risas, cabreos y, por encima de todo, escenario, donde él es el rey. Él me ha enseñado a respetar la liturgia de salir a cantar”) y aparece con ambiente nocturno, mezclando aires pop, jazz y blues, para dar paso a Echo de menos de Kiko Veneno (“Kiko era surrealismo puro, esas letras nada impostadas y que tienen que ver con su realidad más descarnada”), que se envuelve de jazz-swing-boogie woogie con aroma años 40, ecos de The Andrew Sisters y excelentes arreglos de metales.

Las cuatro y diez es una de las canciones-icono de Luis Eduardo Aute (“A principios de los 70 tenía un montón de canciones estupendas y diferentes a todo lo que se escuchaba en la radio, estaban esperando que alguien las grabara”) y Ana Belén le da una vuelta enriqueciendo armonías y arreglos. Y un clásico da paso a otro con Cançó de matinada del primer Joan Manuel Serrat (“Hemos compartido tantas cosas… Familias, viajes, bailes, borracheras, escenarios, parrandas…”) en una recreación muy personal y cercana al espíritu serratiano. A trabajos forzados es de Antonio Vega (“Tengo la suerte de haber participado en algunos proyectos en los que él también estaba. Aunque no hemos grabado nada juntos, el hecho de que Antonio estuviese en ese proyecto era como si compartiese algo con él”) con letra de Antonio Gala y una de las canciones más intensas del álbum, magníficamente interpretada por Ana Belén, que tiene su contrapunto en la luminosa agilidad de La banda, una de las canciones más universales de Chico Buarque (“Con Chico Buarque descubrí otra manera de hacer música. Adoré A banda desde que la escuché”) que mantiene su aroma brasileño, festivo y callejero.

Y sin embargo es obra de Joaquín Sabina (“Me ha regalado canciones emblemáticas que llevo marcadas a fuego”) y Ana Belén la lleva a su terreno con agilidad en una estupenda versión, diferente y original. Pablo Milanés (“Nos encontramos en La Habana en 1976, en su casa, alrededor de una botella de ron y compartimos muchos momentos inolvidables con él y su gente”) aporta El breve espacio en que no estás, otra joya que se abre íntima y que Ana borda en una de las grandes creaciones del álbum. Razones es de Juan Luis Guerra (“Fue Camarón, el gran Camarón, quien nos unió a Juan Luis y a mí. Fue para el disco Soy gitano y en la canción Amor de conuco tuve la suerte de cantarles a los dos”) y se sumerge en latinidad personalizada por los arreglos, con Ana Belén en plan sonera y coros muy 4:40.

Embocando el final del álbum, 11 y 6 está compuesta por Fito Páez (“Recuerdo una noche en el Festival de San Sebastián, donde presentaba su primera película como director. Terminamos de madrugada en un salón del Hotel María Cristina, Fito al piano y cantando como posesos”) y Ana Belén consigue que parezca recién estrenada, mientras Ojalá que te vaya bonito lleva la firma de José Alfredo Jiménez (“Todos en casa la cantábamos y qué poco sabíamos del autor de muchas de aquellas canciones. Lástima no haberlo conocido”) y se escapa de la ortodoxia ranchera con un arreglo casi minimalista, imaginativo, mientras Ana la canta dentro de los cánones del género. Una magnífica versión que da paso a Canción para Carito de León Gieco (“León me ha dado tanto con una canción… Solo le pido a Dios es un himno que dice mucho de León, de su compromiso, de su solidaridad”) con inspiración folclórica en algunos pasajes. Y para cerrar, Canción pequeña de Víctor Manuel (“Todo este trabajo y mi carrera musical de tantos años no hubiese existido sin Víctor”), una de esas magníficas canciones escondidas de su autor y uno de los grandes logros del álbum por el acercamiento emocionado de Ana Belén.

Son las canciones de “A los hombres que amé, disco grabado en Madrid con músicos como Ovidio López (guitarras), Javier Saiz (bajo), Ángel Crespo (batería), David San José (producción, arreglos, piano, teclados), Amado Zulueta (percusión), Santi Ibarretxe (flauta), Antonio Ximénez (trompeta, fiscorno), Bob Sands (saxo tenor), Norman Hogue (trombón), Andreas Prittwitz (flautín) y Javier Casado (acordeón).

Para acabar

Los discos de Ana Belén están como hemos destacado marcados por excelentes canciones que ahora tienen su continuación natural en “A los hombres que amé”, porque, como escribe Ana Belén en el libreto del disco, “escuchando este trabajo me asalta la imagen y las palabras de Blanche Dubois en Un tranvía llamado deseo: ‘Siempre he dependido de la amabilidad de los desconocidos’. Yo digo: siempre he dependido de la generosidad de mis hombres”.

Y yo añado para acabar admitiendo un pequeño placer, el de toda una vida escuchando la música de Ana Belén. Nos reencontramos con ella y sus canciones en 2013 en su recital de Sant Cugat: Los amores de Ana, sumando afectos.






 
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