El guitarrista y compositor Juan "Tata" Cedrón, eminente cultor del tango plebeyo, aseguró que a través del Cuarteto Cedrón, que celebra 50 años, persiste "una forma de hablar, un sonido y unos acentos olvidados" entre los músicos del género.
Télam - "Los chicos hoy tocan todos con el mismo molde armónico, con los mismos contrapuntos, el mismo color. Es muy bonito aunque los veo como si tuvieran zapatitos de charol, todos con la misma facha y tomando la comunión. Están tocando y es extraordinario pero tienen que ir a recuperar las esencias", reflexionó Cedrón en diálogo con Télam.
El compositor, de 73 años, fundador del cuarteto en 1963, afronta una gira por Rosario, Buenos Aires, Capital Federal y Tucumán, que es acompañada por edición de un disco que contiene un concierto grabado en vivo en el Teatro Olympia de París, en 1988, junto al quinteto de cuerdas francés Abril.
El Cuarteto Cedrón, que también integran Miguel Praino (viola), Román Cedrón (contrabajo) y Daniel Cabrera (bandoneón), ofrecerá un concierto el miércoles 3 de julio desde las 20.30 en el Teatro Nacional Cervantes y el lunes 8 en el Teatro General San Martín de Tucumán.
"EL Cuarteto perduró 50 años y hay que entender que mientras más perduren los grupos, mejor sale la música. Tocamos en conjunto por una cuestión de ideología, de criterio y de conceptos musicales", afirmó el "Tata".
"Tenemos un lenguaje y una manera de hablar que ya casi no se escucha. El sonido es muy especial, casi con un tono de otra época. Y lo extraordinario es el fenómeno que ocurre con el público, sea el que nos conoce desde hace 50 años como el que llegó en el último tiempo", explicó.
Juan "Tata" Cedrón creó su agrupación en 1963 con la forma de trío y un año después el grupo asumió su actual estructura.
Cruzó las formas del género con la densidad textual de la poesía y, en esa tensión, además del tango tradicional, Cedrón musicalizó a Bertolt Brecht, Dylan Thomas, Juan Gelman, Raúl González Tuñón, Julio Cortázar, Oliverio Girondo, Jorge Luis Borges, César Vallejo, Joseph Conrad, Homero Manzi y también poetas lunfardos como Carlos de la Púa o Luis Alposta, entre otros.
¿Cuál es la marca territorial del Cuarteto y cómo evolucionó con la radicación de sus músicos en Francia?
Nosotros ya salimos enviciados y marcados desde la Argentina porque el Cuarteto ya tenía diez años para entonces. Y lo que sí pasó es que nosotros impregnamos a los europeos. Por ejemplo, el punteo de bordonas de la milonga campera fue adoptado por muchos músicos de allá, aunque cantaran baladas.
Hicimos, además, una cosa pedagógica porque en el clima post Mayo del 68 no había mucho interés por lo viejo.
¿Cómo operó el influjo musical de la industria en los 60 sobre nuestra música popular?
Esa penetración cultural hizo que hubiera una forma de tocar el tango más parecida al europeo, más cuadrada. Como si faltara el misterio de la rítmica, el fraseo, el rubato, la forma de arrastrar o de esconder propia del tango.
Esa manera de hablar, ese acento misterioso, medio que se perdió. Y vino un acento que viene del rock, que tiene esa melodía.
Hoy en los Conservatorios te enseñan a Alfredo Gobbi, por caso, pero no es igual al Gobbi que escuchaste. Ahora tocan todos con el mismo molde. Igual es extraordinario que se esté haciendo música argentina; y en definitiva se va a retomar la esencia o se va a crear una esencia nueva. Mi visión puede parecer agria, pero lo digo con respeto, cariño y esperanza.
Hay que unificar las dos culturas que tenemos desde los 60 porque muchos músicos no conocen la etapa anterior y recién ahora se está tomando conciencia de eso.
Nosotros, que venimos de antes, también hicimos una mezcla, pero fue más lenta, menos violenta, no el resultado de una política de penetración. Y su producto fue el tango y el folclore. Una mezcla riquísima.
¿Qué artistas observa en el camino de mezcla con conocimiento de las raíces?
Hay muchos músicos que están tocando y que van forjando un estilo. El estilo es una de los elementos más importantes. Roger Helou tiene un estilo. La Orquesta Fernández Fierro, nos guste o no, tiene un estilo.
Gardel cantaba La cumparsita y Magaldi no la cantaba. Ni Charlo ni Corsini tampoco. Corsini cantó La pulpera de Santa Lucía y Gardel no la cantaba. Cada artísta tenía su hoja. Hoy está todo un poco igualado.
Lo mismo ocurre con el tango para el turista. En las casas de tango se escuchan los mismos tangos de lunes a lunes. Eso es un veneno.
La cantautora Judit Neddermann y el guitarrista Pau Figueres presentan un nuevo álbum conjunto, con doce canciones en castellano, catalán, portugués y francés, grabadas en directo en estudio. Entre ellas, una nueva versión de Vinc d’un poble con Joan Manuel Serrat y temas originales que combinan pop, folk, jazz y música popular brasileña.
El cantautor chileno Patricio Anabalón lanza el single Danza con la participación de Silvio Rodríguez, en una obra producida por Javier Farías y enriquecida con los aportes del Cuarteto Austral, Felipe Candia y otros destacados músicos e ilustradores; en un encuentro generacional de la canción de autor.
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