La cantautora argentina Laura Ros llegó a su nuevo y potente disco, Tres, en el que logra una síntesis musical de una carrera de 10 años, animándose a cantar desde su lado más salvaje y a permitirse "hacer todo lo que quería hacer".
Télam - "En este disco sintetizo esa cosa que tengo de coqueteo con el folclore y el rock. Hice todo sin medir, a partir de una total libertad interior: canté toda mi vida, pero recién ahora pude sacar la loba que hay en mí", afirmó Laura en charla con Télam.
A partir de un sonido acústico y despojado de efectos —un color que la guitarrista buscó especialmente haciéndose cargo de la producción—, Ros aúna una vidala bluseada como A la vera, una canción folk como Correr y caer y una versión de Te'i de olvidar, la vidala de Andrés Chazarreta, en los que explota como nunca su bella voz y su versatilidad como intérprete.
"La unidad pasa porque hasta altura no tengo que dar una explicación de porqué hago una milonga o si hago un blues, soy Laura Ros y si me conocés ya sabés que soy esquizofrénica —apuntó—. Me gusta de todo y quiero expresarme, y no quiero elegir hacer todos los temas más folclóricos para conformar al mercado".
La idea de guiarse por el instinto y de "hacerse cargo", llevada a su máxima expresión en Con lobos —inspirado en el libro Mujeres que corren con lobos de Clarissa Pinkola Estés—, constituyen el corazón de su tercer álbum solista, que Laura grabó junto a sus compañeros de ruta, el guitarrista Roberto Garcilazo y el percusionista Federico Macchi.
"Estoy menos tímida, más jugada, más para afuera. Cuando la timidez no te atrapa te podés expresar. Hay trabas que tenemos las mujeres de esa cosas opresiva, social, que no nos permite del todo expresarnos", expresó la cantante.
Después de grabar Del aire, al que definió como "un digno debut de la mano de un experto como Lolo Micucci; fue en Buri, "donde sentí que tenía que demostrar que no era folclorista" y encauzó su búsqueda y llegó a la "adultez" con Tres, que presentará el viernes 16, desde las 22, en La Peña del Colorado (Güemes 3657, Capital)
Federico Gil Solá, Javier Casalla, Chacho Ruiz Guiñazú, Bárbara Palacios, Tito Losavio, Daniel Patanchón, Lolo Micucci, Juan Martín Medina, Pablo Giménez y Luis Volcoff, aportaron colores a esta nueva producción.
En este disco te hiciste cargo de todo, hasta de la producción.
Eso tiene es lo que soy yo, me cuesta mucho delegar. Estuve un año pensando a quien llamo, pero entre mi amiga Bárbara (cantante y compositora) y Fede (Gil Solá, su compañero en la vida) me convencieron de que lo hiciera yo, sabían que tenía clarísimo lo que quería. Toda la previa fue dificilísima en cuanto a armar mi cabeza para poder sentarme a trabajar, y desde el momento en que decidí que lo producía yo, en cuatro meses lo tenía grabado y masterizado.
El concepto de audio era muy importante...
Sí, yo tenía claro que quería un sonido acústico completamente y muy natural, que sonara bien pegado a la cara. Es novedoso. No quería que sea una cosa amalgamada, quería que cada instrumento tuviera su lugar.
¿Cómo nacieron las canciones?
Son canciones de un mismo momento, aparecieron como borbotones, en este disco trabajé mucho más las letras, las melodías me salen como me salen siempre. Sí tuve una búsqueda más determinada respecto de las letras.
¿Qué fue lo que te impulsó a lograr sacar ese canto más salvaje y demoledor por momentos, sin perder la ternura?
El hecho de estar con Fede, alguien que tiene esa capacidad de transmitirte esa libertad que tiene, me ayudó a ponerle salvajismo a mi orden. Sin su presencia en mi vida este disco no hubiera existido, hubiera sido otro disco.
¿El hecho de cantar de pasar de una chacarera a un blues o de una vidala a un tema country, te abrió las puertas o te acotó en algún sentido?
Pienso que es posible que se me hubieran abierto algunas puertas más pero se hubiera cerrado una que para mí es la más importante: que es la de poder expresarme con lo que tengo ganas. Si voy a Cosquín no voy a hacer un tema rockero porque no soy provocadora. Me siento cómoda en todos los lugares en los que toco, siempre hice temas míos pero fueron creciendo en porcentaje en mis discos, con el tiempo fui animándome a sumarlos y a cantarlos con más convicción. En el ambiente que se armó de "la nueva canción" no me siento parte, yo necesito poder "salvajear" y no tener que cuidarme en los modos.
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