"Rockero jubilado". Así le gusta llamarse a sí mismo a Miguel Ríos. Ahora, tras haber abandonado los escenarios hace ya dos años con un último recital en Guanajuato (México), el artista se ha enfrentado a una difícil misión: la escritura de sus memorias.
EP - El resultado es Cosas que siempre quise contarte (Planeta), un volumen que navega entre la música, el fútbol, la vida, el humor y el amor, y también las drogas y el sexo, aunque "en dosis justas", según ha explicado este jueves Miguel Ríos durante la presentación de este libro.
El cantante admite que dejar la profesión le ha dado "vértigo" y que, tal y como cuenta en este libro, la decisión de abandonar se debe a no querer aparecer caricaturizado en el escenario. "Quizás ya me había visto así en algún concierto", confiesa.
A sus 69 años, y tras toda una vida llena de experiencias, el momento más duro que ha pasado sigue siendo el mes que permaneció en la cárcel en el año 1972 por haber fumado marihuana. "Fue un momento culminante, porque un día te encuentras metido en el sitio al que el franquismo llevaba a la gente que cometía delitos, una especie de mazmorra medieval para la que no estaba preparado ni psíquica ni intelectualmente".
"Allí te trataban como si no fueras nadie, no importaba que media España estuviera pendiente de ti. Perdías toda tu dignidad e identidad. Fue muy duro", recuerda el artista. Ese peso que arrastró durante mucho tiempo tuvo que convivir con la responsabilidad de ser un "héroe cotidiano": la exigencia del rock 'n' roll, ese modo de vida en el que Miguel Ríos militaba desde la adolescencia.
Miguel Ríos no tiene ningún inconveniente en hablar sobre las drogas y afirma: "Tengo la misma relación con ellas que he mantenido con todo en la vida: de respeto y de no perder con ellas". De hecho, admite que su "cortapisa" con ellas siempre fue que le perjudicaran la garganta.
Consumió cocaína, aunque "no mucha", porque quien lo hace, indica, "pierde el timbre". La heroína, en cambio, nunca le interesó: "Era frustrante y nada creativa". Y aunque la marihuana fue "más consustancial", matiza: "Un canuto no hace que tengas una buena canción, te la tienes que currar por otro lado".
"¿Cómo pueden dormir?"
El corazón de Miguel Ríos es de izquierdas, "más de lo que dice la ciencia", y lo que ocurre hoy en día le duele "muchísimo". "Te colocas el corazón a la izquierda y siempre hay alguien que le pega de hostias", lamenta el artista, a quien lo que más le molesta hoy en día es la "desfachatez del poder" y la "escalada imparable de la desigualdad".
"Ante la impunidad contestamos con tímidos escarceos, debería ser una actitud organizada y firme para decir que no hemos votado para que gobiernen los mercados", critica el músico, quien piensa en una canción para hablar de esta situación: How do you sleep?, que John Lennon dedicó a McCartney.
Respecto al ambiente crispado entre el Gobierno Catalán y el central, Miguel Ríos es claro: "A mí las fronteras me dan igual. Si no existieran por mí sería fenomenal. Pero ayer la gente salió a la calle diciendo que quería una cosa".
El trovador cubano Silvio Rodríguez dará inicio a su próxima gira latinoamericana con una presentación pública y gratuita en la escalinata de la Universidad de La Habana, el 19 de septiembre a las 19:00. El histórico enclave volverá a convertirse en escenario de la Nueva Trova, en un evento que marcará el punto de partida de una serie de conciertos por cinco países de América del Sur.
La cantautora mexicana Natalia Lafourcade actuó en solitario ayer domingo en el Liceu de Barcelona en el marco del Suite Festival, en un concierto cargado de emoción radical, depuración estilística, mestizaje sonoro, dramaturgia íntima y canción de autor en estado puro. Sílvia Pérez Cruz fue su invitada en sensible abrazo musical.
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