Cuarta noche del Festival de Jesús María. La fiesta de la juventud alegre

Néstor Garnica. © Carlos Paul Amiune

Con la consigna de que sería "la noche de los jóvenes", la cuarta de Jesús María entregó una cartelera musical acorde a su título, aunque la suma de edades entre público y músicos no coincidiera con el mismo. Néstor Garnica, el virtuoso violinero santiagueño cuya fiesta incluye buen gusto en la interpretación y a la vez un repertorio que pasea entre el folklore más criollo, el clásico y las nuevas formas y que logra desde hace algunas temporadas encender las luces y las ganas del festival abriendo la cartelera oficial, tuvo otro luminoso encuentro con el Anfiteatro José Hernández.

Mechando entre jineteada y escenario, la cuarta noche del festival de Jesús María viajó irremediablemente hacia el número central, que llegaría pasada la una y media de la madrugada de la mano de Los Tekis y su maquinaria explosiva de norte y rock.

Antes, sobre el escenario Martín Fierro, actuaron los músicos de 5 Sentidos, como también lo hicieron dos de los conjuntos norteños más promocionados del momento: La Cantada de Jujuy y Los Izkierdos de la Cueva de Salta.

Los primeros presentaron a su mascota La Llama, y el pasito que por estos días una radio de Córdoba puso en el tapete. Independientemente del repertorio del grupo, parejo en cuanto a sonoridad y letras, parece ser que La Cantada tuvo su noche consagratoria en el festival gracias a una mascota de peluche. Cosas que pasan en el folklore "de proyección" que bautizan los que todavía no encuentran un lugar donde proyectar sus dudosos talentos. Se entiende que el espíritu popular y fiestero de Jesús María hace que estos grupos se consagren con estos estilos. Es parte de la esencia de un festival que contrariamente a otros como Cosquín, se permite generar grandes momentos con verdaderos artistas como Néstor Garnica.

Los Izkierdos de la Cueva, en cambio, entregaron un set prolijo, acorde a la carrera que llevan desde hace años, parte como músicos y parte como compositores. El dúo dejó el escenario ovacionado por sus propios méritos musicales, sin mascota de por medio.

Con puntualidad, Los Tekis encendieron las luces del escenario que se tiñó de rojo furioso para recibirlos. Sobre las tres enormes pantallas de led, gotas de pintura de colores regaban una escena monumental y de engranaje perfecto. Para estas horas, la gente ya había colmado el espacio donde antes la doma fue protagonista, y la fiesta se daba por partes iguales arriba y abajo del escenario. Clásicos como Pensando en ti, Lágrimas, Cómo has hecho, Vienes y te vas, Siguiendo la luna sumados a parte del último trabajo discográfico de los jujeños Rock and Tekis: Marcha de la bronca, Arde la ciudad y Pupilas lejanas sumaron a un show cuya fuente de energía es la imagen y el sonido.

Cerca de las tres de la mañana, el conjunto cordobés Tru la la pondría la parte popular a la velada "joven" cerrando así la cuarta noche de Jesús María, con entradas vendidas en un ochenta por ciento.

Sobre el campo

La noche comenzó tranquila y sin novedades, aunque en la última parte de la jineteada ocurrieron varios accidentes que involucraron a jinetes. Temprano en la tarde, el juez de Control de los Tribunales de Jesús María, Oscar Patat, rechazó el recurso de amparo contra el Festival que iniciaron los defensores de derechos animales para impedir las jineteadas, logrando así, el alivio de la comisión y los responsables del espectáculo de campo, que este año les ha traído no pocos problemas. En la cuarta noche también hubo una demostración de juegos gauchos y rastrín, previo a la actuación de Los Tekis.