La compositora catalana Maria Rodés lanza esta semana un nuevo álbum, Maria canta copla, con el que da un abrupto giro a su trayectoria para fijarse en un género que a priori no tiene demasiado que ver con sus anteriores trabajos, enmarcados dentro de la música independiente y underground. "Pero no estoy tan lejos de ser una coplera actual", asegura.

EP - "Lo que más me llamó la atención fueron las letras. Estaba en crisis porque quería huir de mis letras dramáticas, y escapando de eso justo fui a parar a una exageración de eso, al dramatismo puro, algo que me sirvió para reconciliarme con mi forma de escribir, porque inspirarse con la pena y la frustración es algo que se ha hecho siempre", reflexiona.
En esta línea, Rodés recalca que es "bonito darse cuenta de ese vínculo" y constatar que ella no está "tan lejos de ser una coplera actual", aunque la forma final de sus canciones "sea muy distinta".
Aunque inicialmente su intención era hacer un disco de versiones de grandes clásicos del cine estadounidense, Rodés acabó enredándose con este "experimento puntual" (su intención es retomar pronto su carrera como compositora) al encontrarse con unas canciones "tratadas con tanta solemnidad", con la intención de "desnudarlas un poco".
"Hay algo en un principio que tira para atrás, porque hay una estética que la rodea que no es muy afín conmigo, cierto histrionismo y exageración, pero realmente si le quitas eso... escuché Pena penita pena y me di cuenta de que había un temazo a nivel de letra y de canción", subraya.
En esta búsqueda, Rodés fue "metiendo poco a poco la nariz, investigando, viendo películas y preguntando a expertos", adentrándose así en una parte fundamental de la música popular española. "Muchos miramos hacia fuera, a grupos americanos, y tenemos tendencia a imitarles, pero últimamente intento mirar más a lo que tengo cerca, lo local, el folclore", apunta.
Ahora Maria se preparada para presentar en directo este "experimento", con unos primeros recitales en Barcelona (14 de marzo en el Palau de la Música) y Madrid (27 de marzo en el Teatro del Arte).
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