Pensar y escribir este artículo de hoy está siendo y va a ser para mí una experiencia muy hermosa y gratificante; y la feliz culpa de ello la tiene de este "cantautor" gallego.
Se llama Emilio Rúa y acaba de grabar y publicar su quinto disco titulado Destino Sur. Un disco que, al tenerlo en mis manos y al escucharlo, me ha removido muy profundamente y me ha causado una gran alegría. Os cuento:
En primer lugar me ha "encantao" escuchar a un "cantautor gallego" cantando en su propia lengua. Yo a estas alturas de la película de España y de mi vida, sigo reivindicando la importancia de nuestras lenguas como señas de identidad y como riqueza en la diversidad; y además lo reivindico desde este Madrid "cegato" y "ombliguero" donde escuchar cantar en gallego, en catalán o en euskera, hoy por hoy, resulta prácticamente imposible; situación muy distinta a la que vivimos en los años 70 en los que la diversidad lingüística como riqueza cultural nos hacía más humanos y más fuertes por la libertad y contra la dictadura. (Lo del inglés es otra cosa).
No, no penséis que inicio este artículo con la nostalgia de los tiempos idos, ¡no!; lo inicio con la apasionada convicción y reivindicación de unos grandes valores que se van perdiendo o ignorando. Uno de ellos el placer y el enriquecimiento humano que supone el encuentro en la diversidad y el intercambio cultural entre los pueblos y sus lenguas.
Recuerdo perfectamente que yo escuché cantar en gallego por primera vez allá a finales de los 60; fue en la radio —yo vivía entonces en Andalucía— y el que cantaba se llamaba Andrés Do Barro que acababa de sacar un disco con dos temas: O tren y Miña Maruxiña —canción que como luego veremos Emilio Rúa recupera en su nueva obra—.
En aquel momento le escuché a Andrés Do Barro formular las siguientes declaraciones: "Me llamo Andrés Lapique do Barro y os presento unas cuantas de mis canciones. Hoy son en gallego porque así las he sentido y porque quiero colaborar con todo interés y cariño a dignificar mi idioma materno, caído durante muchos años en el más cruel menosprecio".
Poco tiempo después —y bastante al margen del trabajo de Andrés—, cuando empecé a introducirme en el universo de la "canción de autor", volví a reencontrarme con el canto en lengua gallega protagonizado por los componentes de un grupo o movimiento cultural de clara oposición política contra la dictadura franquista, llamado "Voces Ceibes" —grupo que se constituyó en la Navidad de 1968—. Fue entonces cuando, por ejemplo, escuché, también por primera vez, el poema de Celso Emilio Ferreiro María Soliña interpretado por Xavier González del Valle, componente de "Voces Ceibes".
Primeros discos singles publicados por los componentes del colectivo «Voces Ceibes», grabados a finales de los 60 y principios de los 70, por la empresa catalana EDIGSA, con el sello XISTRAL creado para difundir la obra de los cantautores gallegos.
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Pues bien, pasados más de cuarenta años me encuentro con un disco firmado por Emilio Rúa que, me ha hecho evocar todo cuanto antes os he contado y que me ha producido una profunda emoción.
Emilio, en primer lugar, en su disco Destino sur formula "cantando" —y cantando muy bien— una evocación —que percibo y siento como homenaje— a los orígenes de la nueva canción en gallego; gesto en defensa de la memoria contra el olvido que manifiesta incorporando a su grabación el tema Miña Maruxiña, de Andrés Do Barro —dedicado en este caso a su hija Andrea Lapique—, y su personal versión de María Soliña de Celso Emilio Ferreiro, acompañado de Lucía Pérez.
Hay también en el disco un recuerdo para Yip Harburg, compositor y letrista estadounidense de música popular que falleció en 1981, del que adapta al gallego el esperanzador tema titulado Somwhere over the rainbow (Nun lugar do arco da vella); y la presencia viva de Antonio Vega en una preciosa versión, también en gallego, de La chica de ayer (A moza de onte).
Por otra parte Emilio Rúa mantiene en sus canciones un muy buen equilibrio temático en el que se funden el intimismo relacionado con valor de la vida, del amor o de la felicidad, con canciones de una clara proyección social como Europa do leste en la que reaparece el tema de la emigración no ya de los que se van —que fueron muchos miles, y sigue habiéndolos— sino de los que nos llegan buscando —con frecuencia inútilmente— nuevos horizontes de vida y de esperanza.
Emilio Rúa
© Jesús Burgo
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«Vládimir non veu a roubar
contra eso xa ten que loitar
cruzou un continente en autocar
fronteira duhna terra onde progresar.
E onde comenzar
e a súa oportunidade alcanzar
Europa de leste queda atrás
e unha vida que nunca quixo deixar.
Fía fía a choiva
dende alto dun menhir.
Nunca quixo deixar atrás
a sua xente e o seu fogar
a ganar o pan cas súas propias mans
buscando una saída para poder prosperar».
A todo lo anterior hay que añadir la magnífica interpretación vocal de Emilio Rúa, y la belleza musical lograda y transmitida en todas y cada una de sus canciones, conseguida gracias a la producción del propio Emilio y de Segundo Grandío, y a la participación de un buen equipo de profesionales integrado por Leandro Deltell (batería), Segundo Grandío (bajo y programaciones), Jose Gayoso (dobro y mandolina), y Álvaro Lamas (pedal steel). Destacar también las colaboraciones del gaitero Xosé Manuel Budiño y de las voces de Lucía Pérez y Fabián.
Para ir concluyendo este artículo —por supuesto recomendando que os hagáis con este disco y lo disfrutéis— os copio los títulos de las 13 canciones que lo integran:
1 Destino Sur.
2 En terra de lobos.
3 Cinco flores de lis.
4 María Soliña, con Lucía Pérez. (Celso Emilio Ferreiro)
5 Amareite.
6 A moza de onte (Nacha Pop / Antonio Vega).
7 Eva sin Adán.
8 Land Rober.
9 Europa do leste.
10 Miña Maruxiña, con Budiño. (Andrés do Barro).
11 Nun lugar do arco de vella. (Yip Harburg).
12 Antes que eu a ti, con Fabián.
13 Onde o corazón me leve.
Emilio Rúa
© Óscar Doviso
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Finalmente permitidme compartir el texto de la canción En terra de lobos que particularmente me ha impactado especialmente:
«Toda unha vida buscando a felicidade
sendo unha presa
deste mundo que vai tan apresa
véndose engaiolado
entre mentiras e desigualdades
cando creer na verdade
é sentir o corazón libre.
Fuximos buscando un ceo.
fuximos buscando un paraíso,
fuximos perdidos por los camiños.
Como un corazón libre
na procura dun destino.
En terra de lobos ouvéa coma eles
Defende o teu con unllas e dentes.
Se vivir nuhna falsa felicidade
é vivir sen dignidade.
Só nos queda loitar por que
é o noso corazón libre».
«Toda una vida buscando la felicidad / siendo una presa de este mundo que va tan deprisa, / viéndose engañado entre mentiras y desigualdades, / cuando creer en la verdad es sentir con el corazón libre. / Dejamos todo buscando un cielo, / dejamos todo buscando un paraíso, / dejamos todo perdidos por los caminos. / Como un corazón libre en la búsqueda de un destino. / En tierra de lobos aúlla como ellos. / Defiende lo tuyo con uñas y dientes. / Si vivir en una falsa felicidad es vivir sin dignidad, / solo nos queda luchar porque nuestro corazón sea libre».
El próximo 12 de febrero de 2025, el Wizink Center de Madrid será escenario del concierto homenaje Eternamente Pablo, un evento que celebrará la obra y la figura de Pablo Milanés, uno de los artistas más destacados de la música cubana y universal. El homenaje reunirá a familiares, amigos y artistas nacionales, en una velada marcada por la música y el inmenso amor hacia el cantautor, fallecido en noviembre de 2022.
Regresamos con nuestra cita anual de nuestros 15 discos imprescindibles, esa lista que no es ni pretende ser una lista de los mejores, sino de aquellos que creemos que son representativos del año que nos acaba de dejar y que consideramos que es una buena herramienta para los amantes de la canción de autor. Este año añadimos dos títulos de alguien que siempre será imprescindible.
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