Amaury Pérez: «Yo no le regalo balas al enemigo»

Por Guillermo Nova para La República

© Juan Miguel Morales

En las canciones de Amaury Pérez se dan citas algunas de las emociones y sentimientos de los cubanos de las últimas décadas, comprometido con la revolución, hombre inteligente, más que una entrevista se convirtió en un diálogo, en el que no hubo condiciones ni preguntas esquivadas, cree que hace en cada momento lo que debe y que la honestidad es lo único que nos puede salvar.

En tus actuaciones, las canciones suelen ir acompañadas de diálogos con el público, incluso donde incluyes el humor

Busco la complicidad del público, aunque hay veces que si no me conocen mucho donde actúo les sorprende, pero a mi me gusta trabajar para público que no me conoce porque eso me recuerda que alguna vez fui joven y que tuve que empezar otra vez.

Creo que el humor acerca más que cualquier otra cosa, la gente se comunica en líneas generales por la risa

En algunas entrevistas decías que tú no tienes tanta popularidad como otros miembros de la nueva trova, ¡pero realmente el éxito lo tienes!

Hay que ser muy cuidadoso al tratar estas cosas porque uno puede rozar los límites de la vanidad y la verdad que no me interesa. Yo tengo un trabajo que hago desde hace cuarenta años, pero cuando hablo de popularidad tal vez me refería a fama internacional, en mi país como en todas partes del mundo unos te quieren y otros no, pero yo he recibido a lo largo de cuarenta años de carrera cariño del pueblo cubano, lo siento en la calle, la gente me saluda con afecto.

Por el número de entrevistas que sueles dar, se podría decir que has hecho una carrera al margen de los medios.

Yo no me prodigo demasiado en los medios ni extranjeros ni nacionales, a mi no me interesan mucho, no suelo ofrecer conferencias de prensa, yo vivo un poco hacia dentro en ese sentido, porque donde yo hablo es en el escenario y ahí digo lo que digo, no ando regalándole balas al enemigo.

Su relación con México es muy intensa ¿hasta el punto de querer que sus restos descansen allí?

Bueno yo se que eso salió publicado en un medio pero lo que realmente quería decir es que me podían enterrar donde me agarre la muerte, pero no oculto que a México le debo parte de mi carrera.

¿Uno de los bloqueos contra Cuba es el informativo?

Mira yo voy de gira a muchos países, entre ellos a Estados Unidos a actuar, por ejemplo en muchas Universidades y como me manejo bien en inglés me gusta hablar después de mis conciertos con los estudiantes, para ver sus opiniones poder compartir con ellos y me llama la atención el tremendo desconocimiento que tienen los jóvenes de la realidad cubana, la gran cantidad de prejuicios que les lanzan.

Tú ves a Yoani por ejemplo que ha recibido un premio como el Ortega y Gasset, ¿pero cuantos grandísimos periodistas españoles y latinoamericanos, con un gran bagaje de carrera han recibido un premio como ese? Y realmente se lo merecen más que ella.

Y encima denuncian que en Cuba se vetan a determinados autores, pero es que también nosotros tenemos el derecho legítimo de vetar a quienes nos vetan, que Alfaguara no nos quiere publicar, pues perfecto, pero ¿porque nosotros si tenemos que publicarles a ellos?

Porque luego hay una cosa, entorno a los escritores que se han quedado en la Isla, para algunos medios es como que el que se queda para ser digno de atención y respeto tiene que hablar mal de Cuba y de su gobierno, que si los que nos hemos quedado y nos decimos esas cosas es porque tenemos la bota de un militar encima, a mi no hay ningún militar que me tenga la bota encima del cuello para que yo diga esto o aquello, digo siempre lo que pienso.

Parece que Prisa tiene mucha prisa con nuestro país, tratando de crear una mística anticastrista, pero sobre todo creando un oficio muy bien pagado, el de los que hablan mal del país.

Acompañaste a Silvio Rodríguez en su gira por varios penales en Cuba, ¿como fue esa experiencia?

Para participar en esa gira una de las condiciones que puse es que quería hablar con ellos sin ningún tipo de restricción, estuve cara a cara con presos de alto peligro, con gente condenada por asesinato y compartimos confesiones, pero ¿sabes con los únicos que no pude hablar?, con esos presos que se hacen llamar disidentes, y no pude hablar con ellos porque ellos mismos no quisieron, porque desde Miami se lo prohibieron.