Los misterios del Santo Rosario, desde la Anunciación hasta la Resurrección, ha desgranado esta tarde en Valladolid en un poema musical de aire flamenco el cantaor José Mercé, acompañado de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (OSCYL) en el tradicional concierto extraordinario de Año Nuevo.
EFE - Arrebatado, místico y pasional, con la rúbrica sinfónica de la OSCYL, el cantaor jerezano José Mercé ha comprimido en diez estaciones los hitos gozosos, dolorosos y gloriosos que José Évora compuso en Misterios: la pasión perpetua, una pieza estrenada en 1998 en Sevilla en el marco de la X Bienal de Flamenco.
El auditorio del Centro Cultural Miguel Delibes ha cubierto su aforo para asistir a esta mixtura sagrada y profana, flamenca y sinfónica, en la que también ha participado el Orfeón Burgalés bajo la dirección de Juan Gabriel Martínez.
La Anunciación, la Nana del Pez, la Soledad de María, Getsemaní, Rosa Púrpura, Sudario y La Hora Sexta son algunas de las estaciones que ha recorrido Mercé junto a su guitarrista Antonio Pazos y los palmeros y bailaores Manuel Pantoja "Chicharito" y Mercedes García "Merce".
La próxima actuación de la OSCYL será también otro concierto extraordinario, en este caso en Ávila (Palacio de Exposiciones y Congresos Lienzo Norte), para abrir en esta ciudad los actos conmemorativos del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús (2015-2015).
El programa, dirigido por Jaime Martín, consta de una primera parte con el concierto para violonchelo y orquesta en mi menor (opus 85), de Edward Elgar, y una segunda con la Sinfonía Número 1 en do menor, opus 68, de Johannes Brahms.
La OSCYL ofrecerá tres conciertos más enmarcados en los actos conmemorativos del V Centenario: en Valladolid (26 de marzo), Zamora (27 de marzo) y León (28 de marzo), todos ellos dirigidos por Paul Godwin con el mismo programa: Las siete últimas palabras de Cristo en la Cruz, de Franz Joseph Haydn.
A causa de la pandemia últimamente hemos visto cosas que los humanos no creerían. No han sido naves en llamas más allá de Orión pero hasta un replicante al estilo Blade Runner se asombraría de haber asistido en una catedral gótica a una comunión profana en la que el cantautor murciano Paskual Kantero "Muerdo" ofició de pastor de ceremonias en su altar.
Este año ha sido sin lugar a dudas para todos —y especialmente para el mundo de la música— un annus horribilis. Nos ha dejado mucha gente buena a la que seguiremos recordando e invitando a esta nuestra mesa siempre que podamos. Para los que siguen cantando ha sido un año económicamente difícil, por no decir catastrófico. Aun así, la canción —como arma de construcción masiva—, nos ha seguido dejando obras para una antología. Por noveno año consecutivo hemos elaborado una lista con los discos imprescindibles del año que se ha ido.
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