Kevin Johansen visita estos días España con un nuevo CD DVD bajo el brazo en el que recoge el original formato multidisciplinar que practica desde hace años y de manera esporádica junto a Ricardo Siri, alias Liniers, "un poeta que dibuja", un amigo y su principal adversario en la disputa por la atención del público.
![]() Liniers y Kevin Johansen se marcan una coreografía en el Kafe Antzokia de Bilbao.
© Xavier Pintanel
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EFE - "Es una guerra de vedettes", bromean Kevin Johansen y Liniers ambos en una entrevista con Efe celebrada en Madrid, donde actuaron ayer en el primero de los cinco conciertos que ofrecerán en el país para presentar Bi(vo) en México (Octubre/Sony Music).
En la "enredadera" que fue su última gira por América, México fue una de sus últimas paradas. De allí les cursaron una invitación para grabar este DVD "entre frío y caliente", con público pero en un estudio, coproducción de Matías Cella y bajo la dirección de Ariel Hassan.
"Nunca ensayamos nada, hay una complicidad empotrada y el Bi(vo) en México refrenda esa dinámica, en una muestra fiel de nuestra amistad, que también es artística", afirma Johansen, que nutre este nuevo trabajo con material de su último disco de estudio, Bi (2012).
Esa amistad se remonta al inicio del siglo XXI. Liniers lo incluyó en una de sus tiras cómicas por su primer disco, que le había gustado mucho: "No te llamas Kevin Johansen, seguro que es Jorge Gómez y te haces el raro", le espetó en su chiste gráfico. El músico le invitó a uno de sus conciertos y así comenzó el idilio.
En 2005 empezaron a maridar música y dibujo siguiendo el consejo de un tercer amigo, Gastón Piñero. Al principio Liniers realizaba sus obras "entre penumbras", pero fueron cambiando los formatos progresivamente y el dibujante ganó cada vez más protagonismo.
"Poner a alguien ahí dibujando tiene un efecto casi hipnótico, el ojo se va hacia el pincel", reconoce Liniers sobre una atención que no despierta recelos en Johansen. "Lo que él hace no se escucha y lo que yo hago no se ve, así que son complementos ideales", asegura, antes de apostillar con sorna que "el truco es decirle a la gente que cierre los ojos para concentrarse en la música".
Cada canción, un dibujo. "Algunos se van acomodando con el tiempo y otros se van viendo en el momento. Incluso siendo el mismo dibujo, nunca lo es exactamente, porque a veces agarro pintura, otras acuarelas... Yo también quiero divertirme, así que no hay dos recitales parecidos. Además, Kevin varía los repertorios", apunta Liniers.
![]() Cada canción, un dibujo. Liniers y Kevin Johansen.
© Xavier Pintanel
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Coinciden en algunos de sus referentes musicales, como Bob Dylan, del que suena una versión de Knockin' on heaven's door en la que se intercambian los roles.
"Todos los dibujantes son muy melómanos, cada uno en su gusto. Estamos solos todo el tiempo y necesitamos algo que nos envuelva, que nos lleve mucho para un lado u otro. Durante un época, yo utilizaba música deprimente para ideas idiotas, por ejemplo Radiohead", revela.
Junto a ellos, colaboran en algunos temas artistas como Natalia Lafourcade, Rubén Albarrán (de Café Tacvba), Leonel García... Gente "muy buena onda" que se fueron cruzando en México y que ilustran ese "karma interesante" del país, "demasiado cerca de EE.UU., demasiado lejos de Dios y con una identidad propia muy fuerte", destacan.
"Macanudo 11", el nuevo volumen recopilatorio de las tiras cómicas de Liniers, "está al caer" en España, según el dibujante, y en Año Nuevo habrá nuevo disco de Johansen, con canciones en castellano y en inglés y "esa amplitud estilística genérica con la cosa folk" que le caracterizan, bajo el "desafío" de acotar el repertorio a un máximo de 13 canciones.
Hasta entonces, el público español tiene la posibilidad de disfrutar en primera persona de su último directo. Ayer actuaron en la sala But de Madrid, hoy en Bilbao (Kafe Antzokia), el 13 en Barcelona (sala Bikini), el 14 en Valencia (Ágora Live) y el 15 en Cartagena (sala Budokan).
La cantautora Judit Neddermann y el guitarrista Pau Figueres presentan un nuevo álbum conjunto, con doce canciones en castellano, catalán, portugués y francés, grabadas en directo en estudio. Entre ellas, una nueva versión de Vinc d’un poble con Joan Manuel Serrat y temas originales que combinan pop, folk, jazz y música popular brasileña.
El cantautor chileno Patricio Anabalón lanza el single Danza con la participación de Silvio Rodríguez, en una obra producida por Javier Farías y enriquecida con los aportes del Cuarteto Austral, Felipe Candia y otros destacados músicos e ilustradores; en un encuentro generacional de la canción de autor.
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