El ángel de Miguel Poveda

Miguel Poveda en el Teatro Coliseum de Barcelona. © Carles Gracia Escarp

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Sonetos y poemas para la libertad
(Miguel Poveda) [2015]

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Miguel Poveda

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Miguel Poveda pone voz a los poetas en «Sonetos y poemas para la libertad» [05/02/2015]

De Miguel Poveda se han escrito tantos elogios que ya resulta difícil no coincidir con halagos y palabras expresadas anteriormente con absoluto merecimiento, en cada nuevo trabajo discográfico sigue creciendo a la vez que sumando seguidores y alimentando pasiones musicales, artistas de tal calibre aparecen solo muy de vez en cuando, el verso libre de Miguel Poveda.

En los últimos años y como fruto de su evolución como artista, Poveda ha ido a más y a más también en cuanto a reconocimientos. "Hacía años que no le veía en directo y cómo ha crecido en escena", me comentaba un amigo, se ha despojado de la timidez y se muestra mucho más desenvuelto, con el gesto justo y el cuerpo libre, seguro y convencido, convertido en dueño de las tablas por las que pisa. Ya sea enamorando en sus sutiles movimientos, flamenquísimo siempre, o en su faceta de “crooner” emulando a figuras estimadas como el mítico Jacques Brel o al más cercano Michael Bublé, muy del gusto del cantaor, adoptando entonces el porte preciso para la interpretación elegante como desarrolla en los temas poéticos de su último trabajo.

En su anterior gira que llevaba por título “Íntimo” ya adelantó algunas de las piezas impregnadas de poesía que caracterizan la presentación de su disco “Sonetos y poemas para la libertad”, grandes poetas clásicos y contemporáneos reivindicados en la voz y en la forma de hacer del cantaor badalonés, asociado en esta ocasión con Pedro Guerra como autor principal de la mayor parte de las composiciones musicales del proyecto y haciéndoselos suyos, con este disco Poveda está nominado por quinta vez en los Premios Grammy Latinos.

No es cualquier cosa cantarle a Miguel Hernández, Lope de Vega, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Francisco de Quevedo, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, José Antonio Muñoz Rojas, Ángel González, Rafael de León o Jaime Gil de Biedma, de éste último al fin dejó grabada esa maravilla que nació durante su proyecto Desglaç: No volveré a ser joven. Y al mismo tiempo cantarle también a Joaquín Sabina, Luis Eduardo Aute o Pedro Guerra, casi nada.

No es éste el primer trabajo poético de Miguel Poveda, fuente de inspiración en su obra a la que nos tiene acostumbrados como mostró en algunos de sus anteriores trabajos, en parte o por completo (Desglaç, Poemas del exilio de Rafael Alberti...). Destacar especialmente el acercamiento progresivo de su obra al universo de la canción de autor, repasando el listado de sus numerosas colaboraciones discográficas y en directos es un detalle que no pasa desapercibido. A lo largo de su trayectoria ha colaborado entre otros con cantautores como Joan Manuel Serrat, Víctor Manuel, Pedro Guerra, Joaquín Sabina, Maria del Mar Bonet, Marina Rossell, Javier Ruibal, Santiago Auserón, entre otros.

Así vemos de nuevo que en sus recientes sonetos con la creativa colaboración de Pedro Guerra, Poveda profundiza en ese vínculo personal y artístico con la poesía y muy en cercanía a la canción de autor, podemos decir que es un disco de autor, el trabajo también incluye un tema de Sabina y otro de Aute. Destacar además en el disco la participación vocal en un par de temas de Joaquín Sabina y de Ana Belén y Miguel Ríos. Si el flamenco y la copla siempre van en su maleta, Poveda es ante todo cantaor flamenco, en este momento el protagonista principal del nuevo repertorio de Miguel Poveda es la poesía.  

Poveda vuelve a Barcelona después de haber presentado ya en el reciente verano su espectáculo en el Festival de Pedralbes, y vuelve una vez más al Teatro Coliseum de la Gran Vía barcelonesa en la que canta en este octubre otoñal durante cuatro noches seguidas, un reto que para el artista no es nuevo. Poveda divide el espectáculo en tres partes: poesía, flamenco y copla, separados entre sí por dos solos protagonizados por sus dos fieles compañeros y aliados en el viaje de la música: Juan Gómez “Chicuelo” y Joan Albert Amargós.

En escena ocho músicos le acompañaron en la noche inaugural del 8 de octubre en la que fuimos testigos de su nuevo éxito. Estuvieron al piano y dirección musical: Joan Albert Amargós, guitarra: Juan Gómez “Chicuelo”, bajo: Guillermo Prats, batería: Antonio Coronel, percusión y coros: Paquito González, teclados: Xavi Capellas, palmas y coros: Miguel Ángel Soto Peña “Londro” y Carlos Grilo, así como la voz flamenca de Esperanza García de Soria, que tuvo especial relevancia en un par de temas.

Poveda encendió poéticamente la noche con Para la libertad y siguió con Hielo abrasador, Desmayarse, atreverse, La lluvia, Amor mío, si muero y tú no mueres, Donde pongo la vida pongo el fuego, Querido Guerra (compuesta por Luis Eduardo Aute), El poeta pide a su amor que le escriba y Guerra a la guerra por la guerra, tema en el que hizo un alegato contra la barbarie y la violencia que sigue presente en nuestros días. 

Llegó la hora del flamenco con el celebrado solo de Chicuelo y en esas lides Poveda es un maestro, donde aún es más deseado por su público si cabe, tanto como cuando se pone coplero. Metidos en faena nos cantó una malagueña y una rondeña, por abandolaos le escuchamos: “Se quedaron sin caballos campo de Ronda la vieja se quedaron sin caballos y sus jinetes pelean valientes y sin desmayos campos de Ronda la vieja”. Desarmó al público con la letra "Ya nunca podrá olvidarte mi corazón dolorido, y aunque no es correspondido como loco va a buscarte pensando que me has querido".

Nos abrazó a Cádiz por alegrías y por bulería, paseamos por Sevilla y por Triana en los tientos tangos, ahí nos dejó entre otras la letra de Soledad Sonora de Perico Sambeat "Compañero de mi alma dime donde estás metío, dónde estabas metío que a voces te estoy llamando y tú a mi no me has respondío", en los tientos también cantó: "Dejarme llorar porque en mi cuerpo fatiguita tengo, se está muriendo mi niño, de fatiguita se está muriendo", y compartió en su voz también parte de la letra de En aquel pocito inmediato.

En este monumental bloque flamenco, Poveda lo dio todo como siempre, y lo cerró con un emotivo homenaje a Manuel Molina como autor y a Lole Montoya como alma y voz flamenca, un ramillete musical con flores como Nuevo día, La plazuela y el Tardón, Todo es de color...punto y aparte en emoción.

Del arte de Joan Albert Amargós bebimos los presentes a continuación con un solo en el que mostró su buen hacer y maestría, fue el prólogo al último apartado del concierto con un muestrario de coplas que Poveda quiso compartir con su público cerrando su primera velada en el Coliseum, debía guardar energías y voz pues le esperaban tres noches consecutivas más en el teatro barcelonés.

Desde La radio de mi madre sonaron estribillos de algunas coplas reconocibles, y ya más desarrolladas compartió Vente tú conmigo, Y sin embargo te quiero, En el último minuto, una concesión a su Desglaç con un fragmento de Cançó del bes sense port, con letra de Maria Mercè Marçal, luego la camaroniana y aclamada La leyenda del tiempo, y lo cantó todo seguido y en conjunto, del tirón, como queriendo darlo todo con un poquito de cada pieza, al final ese trencadís supo a poco.

Ya en la despedida, Poveda cedió el protagonismo a el Londro que nos cantó una bulería, profundo y poderoso, Carlos Grilo (el mejor palmero del mundo) y Paquito González nos bailaron y el fin de fiesta lo puso el protagonista de la noche, un fin de fiesta en el que Poveda rindió homenaje a Fernanda y Bernarda de Utrera, y también a la inmensa Lola Flores, al final se fue y nos dejó su voz y su alma en Mis tres puñales, pieza con la que cerró la noche dejando al público como siempre satisfecho y seducido por ese ángel particular que nace noche a noche del arte de Miguel Poveda

¡Viva su Ángel!