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25 años sin Gato Pérez (2): El Xavier Patricio Pérez cantautor rumbero

Abili Roma: «Gato fue un genio incomprendido»

por Isabel Llano el 23/11/2015 

Continuando con la serie de entrevistas dedicadas Xavier Patricio "Gato" Pérez, conversamos con Abili Roma Subeix, presidente de la Asociación de Fomento de la Rumba catalana (FORCAT) y pionero en la promoción de la música latina, en especial la salsa, desde finales de los ochenta en Barcelona.

Abili Roma y Gato Pérez. © Antonio Narváez
Abili Roma y Gato Pérez.
© Antonio Narváez

 

Abili Roma mantuvo una estrecha amistad con el cantautor argentino en los últimos años de su vida. Fue el primer director artístico de Antilla, sala de baile salsero fundada en 1993, y obtuvo en 1994 un Record Guinness por "El Son Más Largo": más de cien músicos de diversos países del Caribe, Estados Unidos, Catalunya y Europa se dieron cita para tocar un son cubano durante 24 horas en memoria de Gato.

 

Además de haber dirigido la programación en diferentes salas, como la Terraza América, situada en la falda de Montjuic, por donde pasaron todos los rumberos insignes de Barcelona en aquellos años, Abili ha sido representante en Europa de cantantes, músicos y agrupaciones del otro lado del Atlántico, así como agrupaciones locales, como el grupo de salsa pop Caramba, el primero que representó.

 

En esta entrevista hablamos sobre el papel que jugó Gato Pérez en la reactivación de la rumba catalana, cuando este género musical estaba en uno de sus momentos bajos, y como catalizador entre payos y gitanos. Podríamos decir que, además de teorizar sobre la rumba catalana, enriquecerla a nivel de letra y ritmos, en cierta medida Gato fue un mediador cultural. Todo ello se le ha reconocido póstumamente. Hemos tratado de aproximarnos al ambiente de la rumba catalana de finales de los ochenta, cuando estaba previsto que Gato actuara en la clausura de las Olimpiadas de 1992, y al momento actual. Finalizamos la conversación con Abili anticipando el homenaje que se hará a Gato el día 29 de noviembre, en la celebración de la próxima Diada de la Rumba catalana.

 

¿Recuerdas cuándo conociste a Gato Pérez y cómo fue tu primer encuentro con él?

 

Lo vi estando él en un escenario en fiestas, conciertos y demás, pero conocerlo fue una historia bastante divertida: en 1987 decidí hacer una programación que le puse el nombre de Sabor y Salsa, en el Salón Cibeles, en el barrio de Gràcia. Lo llamé…Yo tenía un presentador, el primer presentador de la primera temporada de Sabor y Salsa era Jordi Farràs "La Voss del Trópico", que eran muy amigos, y me dio el teléfono del Gato (no sé si me lo dio él o me lo dio uno de los músicos) y lo llamé. Le dije "mira estoy haciendo una programación en Cibeles, me gustaría incorporarte a la programación" y me contesta radical [risas] "Cibeles no tiene dinero para pagar al Gato, no me moleste, ¡pam!" Me colgó el teléfono. Entonces el siguiente jueves se lo comento a Farràs "escucha, que el Gato me ha dicho esto… ¿qué le pasa?" y Farràs "jua,jua, jua" así como se reía él y me dice "no, tranquilo, ya hablaré con él, ya le explicaré". Al siguiente jueves se presenta el Gato y me dice "perdona, que yo tuve un problema con Cibeles", parece que había tenido un problema con la dirección de la sala y, claro, al oír hablar de Cibeles ya le salía el pronto que tenía, era muy temperamental , tenía reacciones así muy coléricas, pero "no, no, ya me ha explicado Farràs, puedes contar conmigo" y se avino a las condiciones, porque yo también tenía mis limitaciones de presupuesto, le tenía que pagar un poco mejor que a los demás grupos, y bueno, a partir de allí se fue creando una relación y una cercanía, y yo lo asumí como a un amigo y al mismo tiempo, por muchas cosas que me transmitió, al margen de la admiración, yo lo consideraba como un hermano mayor, aquel hermano mayor que no has tenido y que te hace ver las cosas de otra manera, desde otro punto de vista.

 

Luego, me consultaba, me explicaba determinadas cuestiones. Claro, lo conocí en 1987 y él muere en 1990, o sea que eran sus últimos tres años, no era su época más brillante. Yo a él no lo veía como un animal escénico, eso se lo confesé a él, yo lo veía como un creador y que en petit comité, en una juerga, era un tío muy divertido, pero se tenía que tomar el whiskycito aquel para romper el miedo escénico y subir al escenario.

 

Cómo era el ambiente de la rumba catalana en esos años, hasta qué punto este género tenía una respuesta del público en ese momento.

 

Hasta cierto punto yo no considero al Gato un rumbero en el sentido estricto de la palabra. Él hacía rumbas, sus mayores y mejores creaciones son rumbas, específicamente rumba catalana, pero se ha de tener en cuenta que en 1987 Peret está retirado, está en su apostolado evangélico, y la rumba está en uno de sus momentos bajos. Como ha dicho Mingus Formentor, la rumba es como el Guadiana, que tiene momentos que aparece y momentos en que desaparece, y no se sabe bien por qué, si son los gustos, las modas, pero era uno de los momentos bajos. Date cuenta que Gato anima a los jóvenes gitanos, que todavía hoy se lo están agradeciendo, Ramón del Pichón, Yumitus, El Patata, Rafalito Salazar, todos lo dicen públicamente…. Después del descubrimiento de la rumba en el bar Petxina, en 1977, cuando el Gato, en el bar Resolis, se tomaba su botella de whisky, observaba a los gitanos, queda fascinado, fue cuando conoció a Chango.

 

Sí, Gato empezó a hacer rumbas con Chango y Sisqueto, pero se queda solo cuando ellos se van a la iglesia y tiene que buscar a los muchachos jóvenes, que aún se lo agradecen, para seguir haciendo rumba. La canción Mi primo Vicente habla de esto.

 

Sí, la entrada del evangelismo en la comunidad gitana y en concreto en la de Gràcia viene a partir de una reacción de las mujeres gitanas, las madres, que se dan cuenta que muchos de sus hijos están enganchados a la droga, y la droga dura, entonces el Evangelio es una tabla de salvación, como pueden ser otras creencias religiosas, pero optan por esta. Es verdad, en aquel momento Sisqueto, que es vecino mío, y su hijo Juanito Avellán, después forma parte de Estrellas de Gràcia, que cuando todavía no se han pegado el barrigazo sino que están subiendo, Yumitus abandona el grupo porque también entra en la Iglesia, es una situación extraña, convulsa, pero Gato —que es payo como podría haber sido gitano— con sus dotes de observación y su inteligencia es el primero que empieza a teorizar sobre la rumba. A la rumba hasta entonces nadie le prestaba mayor atención, era algo muy vinculado a la canción, como también se vincula por ejemplo, todavía hoy, la salsa a la verbena, a la Fiesta Mayor, no como una música de consumo cotidiano. Él es el primero en entender ese género, primero como el género que a él le va bien para expresar lo que él quiere, o sea, la métrica, la musicalidad, la alegría. Él le puede dar un tono mucho más tanguero, por decirlo así, más cadencioso, más lento, como le puede dar mucha velocidad, es decir, es un género que le va muy bien. Después teoriza y analiza el género y nadie le ha contradicho hasta el momento, y dice que es el único ritmo que se inventa en Europa en el siglo XX. Es un ritmo que evidentemente es una fusión, el Gato es el primero también que teoriza sobre su mestizaje.

 

El hecho de que fuera argentino ¿crees que podía ser que tuviera la mirada más limpia, sin prejuicio, y que le ayudara a conectar la rumba catalana con más ritmos latinos, no solamente antillanos?

 

Creo que Barcelona ha sido siempre muy receptiva, de pequeño escuchaba a Machín en la radio, luego en la televisión.

 

La conexión con Cuba sí, pero la conexión con la milonga y el tango argentino, eso nadie lo había hecho antes ¿no?

 

Yo creo que no lo había hecho nadie al nivel y las características que lo hizo él. Había otra gente que de alguna manera lo había hecho. Ahora, alguien que trabajara un producto de aquí, como la rumba catalana, que además es de una minoría cultural dentro de Cataluña, que es de la comunidad gitana, eso era difícil de entender. Pero es lo que se produjo, todo el mundo ha de concluir que Gato era muy inteligente y vio algo en la rumba, porque hay gente que pasa mil veces por un lugar y no lo ve. Cuando Gato llegó aquí… el catalán lo aprendió aquí pero ya lo entendía allá. Yo tenía un profesor de catalán que decía "mira, los que vienen de fuera, vienen con dos actitudes y en medio hay muchas, una es la mentalidad de ocupante y otra la de integrante. Están los españolistas que vienen con mentalidad de ocupante "esto es España" y vienen con esta mentalidad. Al mismo tiempo está el que viene como integrante y se funde. En medio está el que se integra pero al mismo tiempo conserva las raíces. Pues el Gato hizo eso, llegó aquí, primero con 16 años, que es un palo, en un momento en que te desprenden de todas las amistades.

 

En la canción Sabor de Barrio, que está tocada como zamba argentina y que tiene lunfardo, Gato reivindica la música popular de raíz y la contrapone al pop, que en España hizo que la gente dejara de bailar agarrado, ¿Crees que Gato Pérez encontró en la rumba el género que se ajustaba a lo que él quería decir?

 

Sí, exacto, y sobre esto que decías del pop, una frase de Gato era "La rumba catalana es el pop metropolitano de Barcelona". Luego está todo el tema de las tradiciones, el tema de la catalanidad, etc. La rumba catalana tradicionalmente se había hecho en castellano, pero por ejemplo, la primera vez que oí a Peret, hablaba de rumba gitana, luego oí hablar de la rumba de Barcelona, ya no te digo cuando Gato saca la rumba de Barcelona, y luego, finalmente, se acaba definiendo el género, no sé quién fue el primero, seguramente sería Gato, que habla de rumba catalana. Es la música que inventan los gitanos de Barcelona por la convergencia de influencias musicales diversas —flamenco o els aires de llevant, que era otra variedad, y ritmos caribeños no solamente urbanos, como la bomba puertorriqueña, que luego se extiende— porque las comunidades gitanas aunque sean sedentarias tienen parientes en otras poblaciones sin pretensiones más allá de divertirse, pasarlo bien y expresarse.

 

Al relacionarse con músicos cubanos como Ramón Pérez "Ramoncito" y Mario "Mayito" Fernández "La Araña Negra", Gato acentúa la latinidad de la rumba, le mete salsa y otros ritmos de la música latina.

 

Gato le mete clave cubana. Aunque es así y no es así del todo. Porque, por ejemplo, yo, que en un momento determinado cuando digo "la rumba que está haciendo Peret no me interesa", y descubro la salsa en el Tabú de la calle Escudellers, me suena a algo conocido, que es la clave, porque la rumba catalana lleva clave, pero la lleva desde siempre. Otra cosa son las disquisiciones que han venido, sobre todo en los últimos tiempos y a raíz de criterios de Peret, de lo que es rumba y lo que no es rumba, eso es salsa y esto no es salsa. Peret interpretó rumba de diversas modalidades – orquestales, la clásica de guitarras, palmas, voces y pare de contar porque ni bongó había allí, como lo que hacían los Amaya, producido por Tony Ronald, es pop pero rumba catalana, y hay ventilador o no, pero aquello es rumba catalana. Esto es un gran trabajo para musicólogos, etnólogos, antropólogos, pero fundamentalmente musicólogos, porque hay excepciones que confirman la regla. Entonces, Gato evidentemente le aporta salsa. Resignación es por ejemplo una versión del Gran Combo de Puerto Rico, pasada a rumba, pero si tú lo escuchas dices es rumba y al mismo tiempo parece salsa, no es tan distinto a lo que hace El Gran Combo. Ahora mismo, por ejemplo, la Yumi Gipsy Band ha aparecido, la mayoría de los integrantes son gitanos que han mamado rumba catalana desde que llevaban pañales y la conocen muy bien, y lo primero que vi en su página web fue el género y ellos ponen ahí Salsa, y aunque incorporan palmas, cajón y mucha cosa, es salsa evidentemente. Ya había de eso en Sabor de Gràcia, desde la etapa en la que Yumitus estaba al piano y llevaba la voz cantante en algunos aspectos musicales. Así que los que hablan de pureza de la rumba… la rumba es bastarda de nacimiento, porque es una mezcla, es la primera fusión —ahora ya no se habla tanto de fusión—, muchos de los chavales del mestizaje intentaron inventar y casualmente o como sea han descubierto la rumba y la han mezclado con ska y cumbia y han creado el mestizaje, donde un tema te suena a un género, otro tema pertenece a otro género, y han configurado esto. Yo les decía, la mezcla ya la han hecho los gitanos, ahora le pueden dar un aire más así o asá, pero la mezcla es esta.

 

Tengo entendido que Gato iba a actuar en la ceremonia de las Olimpiadas, ¿Hasta qué punto el ambiente de la rumba era marginal o tenía una aceptación por la sociedad local de entonces?

 

Por un lado, cuando él descubre la rumba catalana, él se convierte en un agitador cultural, un animador. Él, por ejemplo me trajo, a la programación de Sabor y Salsa que yo hacía en Cibeles, a Estrellas de Gràcia, me presentó a Chipén (Peret Reyes y Johnny Tarradellas) y me decía, "los has de programar, ya verás, tal y cual". Él me habló del espectáculo que tenía pensado para las Olimpiadas, me lo explicó el día que estaban probando sonido en la verbena de San Juan del año 1988, en las Fuentes de Montjuic.

 

¿Ya tenía pensado lo que iba a hacer en las Olimpiadas desde entonces?

 

Sí, sí, me lo explicó con esos escritos que él hacía, que ahora he visto algunos en la página que tiene en Facebook, sobre todo de Javier García-Pelayo, que era su mánager, ha publicado algunas de esas notas que enviaba. El espectáculo de las Olimpiadas era Rumbaquetumba. Ya estaba pactado con Maragall, así de claro. Infortunadamente en 1990 fallece y luego, circunstancialmente Peret abandona la iglesia evangélica y se convierte en el artífice o en el principal protagonista de la ceremonia de clausura de las Olimpiadas, con Los Manolos y Los Amaya, pero la figura central y fundamental fue el rey Peret. Gato es eso, cree en la rumba y a partir de los últimos años de su vida es rumba, rumba y rumba. También hace bandas sonoras para películas, porque es un muy buen músico.

 

Por el contrato con EMI, Gato tenía que producir un disco al año, eso significa que estaba en una vorágine de producción tremenda. Volviendo al ambiente de Barcelona, de la fiesta, la rumba, el ambiente, la aceptación que podía tener este género y el propio Gato ¿esta producción tan grande que él estaba haciendo anualmente se correspondía con la recepción del público?

 

Yo creo que no, pero había que hacerlo. Había habido súper ventas, ya no te digo de Los Amaya y Peret, pero la primera fase de Gato, por ejemplo de Carabruta o Atalaya, vendió un montón de discos. Yo me acuerdo cuando iba a sacar el disco Ten, Gato me enseña el arte gráfico del disco y Ten está puesto con el logo de Tenn, el producto de limpieza, y estaba cabreadísimo porque los llama para que le patrocinen y los otros ni caso (Risas). Y me decía "estos imbéciles, coño, les estoy haciendo publicidad".

 

La carátula del disco Ke imbenten eyos, donde está Gato con una hamburguesa en la mano, tiene publicidad encubierta de las hamburguesas Pokin’s.

 

Seguramente algo les pillaría. En aquella época era jodido sacar pasta de donde fuera, pero esto me hizo mucha gracia.

 

¿Podríamos decir que Gato está teniendo un reconocimiento póstumamente, más que en vida?

 

Sí. Bueno, vamos a ver, quiero decir respecto de sus últimos años. Evidentemente, han tenido que pasar muchas cosas para que mucha gente abriera los ojos y se diera cuenta de la cantidad de aportes del Gato, porque como letrista Gato se compara con pocos, como Serrat y para de contar.

 

Con Serrat tiene una foto muy bonita, están ambos jóvenes, Serrat tiene en la mano una carpeta que pone Capablanca, un disco de La Voss del Trópico.

 

La Voss del Trópico era íntimo de Serrat y al mismo tiempo de Gato.

 

Gato Pérez y Joan Manuel Serrat con la carpeta de Capablanca (1982) de La Voss del Trópico.
Gato Pérez y Joan Manuel Serrat con la carpeta de Capablanca (1982) de La Voss del Trópico.

 

La canción La voz de Gato está dedicada a La Voss del Trópico.

 

Había mucha admiración, igual que Serrat siempre ha admirado a Peret y viceversa. Una vez le preguntaron a Serrat, "¿cuál es para ti la mejor canción?", y dijo El mig amic de Peret. Y con el Gato también, y de parte de cualquiera que lo conociera. Fue un genio incomprendido, diría yo. Por ejemplo, yo le pasé una cinta o fue él directamente cuando los presenté porque hice un concierto como promotor de Ray Barretto, que vino a Barcelona, y por la noche me llevé a Barretto y dos músicos más al viejo Bikini, y ahí estaba Gato y montón de músicos, Gato le pasó un casete de sus temas, porque él quería que hicieran versiones de rumbas suyas en salsa, —mira, El Gran Combo de Puerto Rico, por la insistencia de Rafalito Salazar, acabaron haciendo un tema de Los Chavos de Lleida— no es tan descabellado, porque si hubieran prestado atención, pero son aquellas cosas que no pasan y hay que fastidiarse.

 

Gato fue un catalizador para los rumberos gitanos pero también para los cubanos en Barcelona.

 

Mayito y Ramoncito ya habían hecho su camino y ya estaban vinculados con los gitanos. Estrellas de Gràcia están con ellos, y anteriormente estaba Salsa Gitana y Mayito había montado la orquesta Sabor Cubano, creo que ya tocaba con Tarragona, porque siempre que Mayito llamaba a Tarragona (Ricardo Batista Ximénez conocido como "Tarragona"), Tarragona estaba allí. Había mucha afinidad entre ellos, Mayito entendía perfectamente a los gitanos, en su cultura, en su manera de ser y también musicalmente, porque hay mucha relación, hay mucho pozo.

 

Al final hay mucho negro allí, en lo musical son ritmos que motivan al baile y hacen parte de los cantes de ida y vuelta, mezclados, transformados, con préstamos y fusiones, que de alguna manera nos conectan con una memoria musical.

 

Sí, es así. Gato es un personaje clave, también porque habría muchos admiradores de Peret y todo lo que tú quieras, sin embargo esas precauciones que por ejemplo yo tenía y que él me las despejó, sucedían en general en la sociedad paya catalana: se decía, es el artista, pero es un gitano. Gato allanó ese terreno entre la sociedad paya y la gitana.

 

Gato propició una mejor relación intercultural.

 

Claro, eso le ha ido muy bien a la comunidad gitana, pero también a la comunidad paya. En Gràcia yo he vivido muchos años, y cada cual a lo suyo, pero al mismo tiempo ha habido una relación vecinal tan normal como la que pueda haber en cualquier barrio de la misma etnia. Ahí se han encontrado dos etnias distintas, la paya y la gitana, y no ha habido problema. Puntualmente habrá habido alguna cosa, pero porque alguien se ha equivocado, más que por otra cosa, porque cuando tú conoces y tienes convivencia con un gitano se te pasan las tonterías y sabes lo que no puedes hacer, igual que el otro. A partir del conocimiento mutuo es cuando se puede establecer puentes y convivencias.

 

El Gato tuvo mucho contacto con diversos músicos, los cubanos de los que hemos hablado y Ricard Miralles, por ejemplo. ¿Cómo veían los músicos al Gato, qué valoración hacían de él?

 

Yo tuve mucho contacto con Mayito Fernández y sé que sentía admiración por el Gato, como sentía admiración por Moncho, con el que trabajó mucho, como sentía admiración por los gitanos, que decía "los gitanos es que son la hostia", y cuando decía es que son la hostia es ¡qué buenos que son!, porque llevan el ritmo metido como lo llevaba él, como buen afrocubano. Yo creo que por poco que sepas de música, si tú escuchas 2,3 o 4 rumbas del Gato dices "esto es una cosa muy seria", es así.

 

Y los gitanos, ¿cómo lo acogieron?

 

Los gitanos veteranos, Peret, Chacho y otros, todavía tenían sus reservas… Por las palabras del Chacho, con quien hablé del tema lo veían como un intruso. Claro, es que Chacho no trató con el Gato, quienes trataron con el Gato fueron Chango, Sisqueto, Los Pocholos, Petitet, que formaba parte del Rumbeat, y con todo el mundo que se relacionaba.

 

Como mánager, el hecho de que Gato se pudiera vender de tantas maneras —como cantautor, como rock, como grupo para Fiesta Mayor, como rumba—, es decir que no se pudiera clasificar en un solo circuito ¿crees que ayudó a su carrera o lo perjudicó?

 

Creo que le ayudó a él y eso ayudó a la rumba catalana, porque si lo ven como rumbero lo asocian a una parcela, si lo ven como intérprete lo asocian con una canción, como con el tema Santa María, que en todas las Fiestas Mayores y en las fiestas universitarias se tocaba, que además no es un tema del Gato. Mucha gente que tenía sus prejuicios con la rumba catalana vieron que él siendo payo, además argentino, que es un vacilón, que se veía de lejos que era inteligente y al mismo tiempo era un personaje que le podías tener cariño —aunque había gente a la que no le caía bien, porque no les gustaba lo que hacía ni cómo lo hacía ni la pinta que tenía, eso es algo que pasa a todos— le ayudó a la rumba.

 

¿Cuál es la historia de una foto tuya con Gato, en que tú intentas sacarle la billetera?

 

Estaba Antonio Narváez, el fotógrafo chileno, y nos dijo "os hago una foto" y a mí se me ocurrió hacer ver que le estoy sacando la cartera, y le digo "mira, mira", para distraerlo, y mientras tanto le estoy sacando la cartera. Esa foto me la entrega Antonio Narváez una vez muerto el Gato y entonces, claro, yo le estoy metiendo la mano a la cartera, pero está en la parte del corazón. Cuando vi esa foto… ufff.

 

¿Tienes alguna anécdota con el Gato?

 

Era un tío muy divertido, pero al mismo tiempo tenía su temperamento, un pronto de mala leche. Lo que me hizo a mí, de colgarme el teléfono… [risas].

 

¿Al Gato le gustaba la rumba flamenca?

 

La verdad es que nunca habíamos tratado el tema, pero no me extrañaría que no le gustara o que no le diera la importancia que le daba a la rumba catalana por una serie de motivos. Yo no sé si el Gato sistematizó todas sus reflexiones y sus teorizaciones, esto habría que verlo, pero a través de entrevistas y artículos dijo muchas cosas que, luego, estudiosos propiamente dichos han tomado y a partir de aquí han comprendido otras cuestiones.

 

¿Bailaba el Gato?

 

Yo creo que era bastante patoso. Así mismo como no se consideraba un animal escénico, era inconfundible, cuando salía al escenario todo el mundo sabía que era Gato Pérez, con su sombrero, las gafas y el contorno redondito, y no era que subiera al escenario y se lo comiera todo, hay gente que suben y el primer paso que dan en el escenario, ¡cuidado!, no era eso, le echaba mucho coraje, aparte de su whisky, y bailar, pues no.

 

Hemos hablado de que la rumba tiene momentos bajos y altos, desde tu perspectiva como presidente de FORCAT, ¿cómo ves la rumba ahora?

 

La veo bien, lo que pasa es que tiene que enraizarse más y debería haber más plataformas. Los artistas rumberos van encontrando sus huequecitos, que normalmente son baritos, en los que no tienen ni un salario ni un fijo, sino que a veces van por la puerta (lo que obtiene de las entradas vendidas) o por porcentajes de consumiciones, etc., esto al margen de los bolos en verano, en las Fiestas Mayores, que es cuando trabajan más. Desde FORCAT, a finales de julio, se ha conseguido del Parlamento de Cataluña a través de una declaración el apoyo a la candidatura de la rumba catalana como patrimonio inmaterial de la UNESCO. Una de las tareas que tenemos planteadas desde la FORCAT es conseguir que los ayuntamientos de Cataluña, así como lo hacen con el matí de sardanes, el ball del fanalet, el ball de bastons, els gegants, programen una tarde o una noche de rumba catalana. Es lo suyo, si forma parte del patrimonio de Cataluña, aunque no se trata tampoco de enfrentar las diferentes expresiones. Ahora, que la música popular catalana sea la sardana o sea la rumba catalana, aquí comenzaríamos a pelearnos todos. Tampoco es eso. Si se programa la rumba catalana por los ayuntamientos generaría mucho trabajo y ha de subir el nivel.

 

Respecto al nivel musical, los rumberos gitanos, por su propia cultura, hace poco han empezado a tener una formación musical, por ejemplo en el Taller de Músics. En este sentido Gato fue también clave, porque aportó no solamente a nivel de letra sino también musicalmente. ¿Cómo ves la formación musical actual de los gitanos?

 

Yo estoy muy contento de la última generación, de los jóvenes gitanos, que son musicazos. Jack Tarradellas es un todo terreno, se mete en todo lo que le eches, pero claro, ha mamado rumba. También están Jonathan Maya "Petete", el mismo Yumitus de la Payoya, luego instrumentistas increíbles como el pianista Yumitus Tutupá, que está trabajando con El Cigala, de percusionistas y guitarristas ni te hablo, hay un montón. Hace poco lo hablaba con Peret Reyes y le decía: "Peret, ¿te acuerdas que antes erais vosotros y una colla de payos atrás tocando?, ahora ya podéis trabajar grupos completamente gitanos". Así que hay gitanos formados musicalmente, pianistas y demás.

 

Ahora que viene la Diada de la rumba en Barcelona, el 29 de noviembre, ¿qué se tiene previsto a propósito del 25 aniversario?

 

Normalmente damos prioridad a los grupos que tienen al menos un componente que es miembro de FORCAT y que además desde la última Diada hayan sacado un disco, no es el caso de Derrumband, pero en las Fiestas de Gràcia hicieron este año el homenaje al Gato por el 25 Aniversario, en el Teatro Apolo hicieron en 2009 un homenaje al Gato Pérez, ellos nacieron como grupo trabajando los temas de Gato Pérez, y ese será el momento clave de la Diada, porque cada año nombramos socios de honor a alguien muy representativo, de una determinada edad, con una trayectoria, este año se lo hacemos a La Payoya y Maruja Garrido, y tendremos la presencia del presidente honorifico que es Chacho y a Gato Pérez se le homenajeará con Derrumband y todos los grupos que participan, en la descarga final, normalmente acaban tocando un tema del Gato, Gitanitos y Morenos.

 

Para terminar ¿Qué canción de Gato escogerías?

 

Sabor de barrio y Ay, Rumba Calí son las que más me han llegado.

 







 
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