El trovador Francesc Pi de la Serra, el más veterano de los cantautores catalanes, lanza Dues tasses (Dos tazas, Temps Record 2015), su trabajo número 22, que incluye nuevas canciones y alguna que otra revisitación de temas emblemáticos de diferentes épocas.
Dues tasses (Dos tazas, Temps Record 2015), el álbum número 22 de la discografía de Francesc Pi de la Serra, uno de los históricos del movimiento de la Nova Cançó catalana, que incluye nuevas canciones y temas instrumentales — Quan un es torna gran, Virginia Slims, Flor de clavell, S’ha de parlar per més dir, A una jove, Recordant Chet Atkins, Ukulele Blue…— y alguna referencia de otros autores como es el caso de L'escola de Ribera de Ovidi Montllor.
Retratos personales y sociales que con el enfoque de Quico toman un significado especial. Sin tabúes ni dramatismos pero a la vez con la contundencia, sensibilidad y socarronería que le son propios.
Por otra parte encontraremos también canciones emblemáticas de diferentes épocas —Inventari, Els fariseus, Si la merda fos or els pobres neixerien sense cul, Sóc poeta, Maria Joanna, Suau, El meu cervell, Merda…— y que no han figurado en el repertorio del formato y disco anterior QuicoLabora.
"El blues y yo, nos conocimos a través de la forma de tocar la guitarra de Big Bill Broonzy y vive dentro de mí hace más de 4 décadas. Su aparente sencillez hace que musicalmente hablando me haya podido entender con muchísimo músicos de todo el mundo y también su fuerte carga emocional hace que a menudo se tiña de algo inexplicable que va más allá de la propia música, para volverse respeto, amor y libertad", comenta Quico Pi de la Serra.
Pi de la Serra se acompaña en Dues tasses de Amadeu Casas (guitarras, voces), Joan Pau Cumellas (armónica), Matías Miguez (bajo) y Salvador Toscano (batería).
Francesc Pi de la Serra (Barcelona, 1942) es el más veterano de los cantautores catalanes. Pero es también uno de los que transmiten un espíritu más joven con sus canciones, que tanto ha fascinado a compañeros de oficio de un gran prestigio, desde Caetano Veloso hasta Paolo Conte, pasando por Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, a parte de varios discípulos, entre los que se cuenta a Joaquín Sabina, que lo reconocen como uno de sus principales maestros.
Desde 1962, año en que se incorporó a Els Setze Jutges, colectivo del cual fue el primer cantante profesional, Pi de la Serra ha compuesto una larga serie de canciones que lo han consolidado como uno de los cantautores europeos que han sabido encontrar un discurso artístico más personal e independiente, con un gusto literario que entronca con el surrealismo y las demás corrientes de la gran tradición de las vanguardias de la década de 1920.
Ajeno a las modas y los condicionamientos de la industria musical, Pi de la Serra mantiene un compromiso social insobornable en su ejercicio de la canción, que entiende como una disección crítica de la realidad desde una mirada poética, a menudo teñida de un humor muy sutil e inteligente.
La cantautora Judit Neddermann y el guitarrista Pau Figueres presentan un nuevo álbum conjunto, con doce canciones en castellano, catalán, portugués y francés, grabadas en directo en estudio. Entre ellas, una nueva versión de Vinc d’un poble con Joan Manuel Serrat y temas originales que combinan pop, folk, jazz y música popular brasileña.
El cantautor chileno Patricio Anabalón lanza el single Danza con la participación de Silvio Rodríguez, en una obra producida por Javier Farías y enriquecida con los aportes del Cuarteto Austral, Felipe Candia y otros destacados músicos e ilustradores; en un encuentro generacional de la canción de autor.
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