Con los santiagueños batiendo un nuevo récord de entradas vendidas, culminó el Festival de Doma y Folklore. Detrás quedaron noches de música y jineteada con algunas polémicas, pero con un saldo a favor, artístico e institucional.
![]() Los Manseros Santiagueños.
© Paul Amiune
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Los Manseros Santiagueños cerraron la última noche del Festival de Jesús María rodeados de una multitud en lo que fue —para ellos y el festival— una nueva noche récord, con más de 22 mil entradas vendidas. Detrás quedaron noches de color, coraje y folklore y algún que otro sonido alejado de eso que manifiesta desde el título, el encuentro festivalero de enero. Sin embargo, en esta edición, donde el saldo final dio positivo, más allá de las polémicas generadas por algunas inclusiones en la grilla, el festival dejó también artísticamente, una buena impresión.
A los históricos Manseros que cerraron la última jornada (aún queda la yapa del lunes, dedicada a otras músicas, con la artista pop Lali Espósito) junto con Brisas del Norte, Senderos y Florencia Paz, les precedieron, en cada una de las noches del Festival los clásicos con su trayectoria y los nuevos compositores e intérpretes que —apoyados por una buena idea de las nuevas autoridades del festival— han dejado un muestrario de lo que actualmente tiene para ofrecer la música popular, algo impensado para un festival que siempre ha priorizado lo popular y comercial.
Un guiño de la nueva comisión comandada por Nicolás Tottis, por ejemplo, fue abrir el festival con Pedro Aznar, un artista ecléctico, cuya presencia ha generado polémica y por otro lado, aplausos, por la apertura de las autoridades hacia propuestas un poco más sofisticadas. Aznar brindó un concierto antológico donde mixturó su repertorio más folklórico y su costado más rockero, bajo una lluvia torrencial, la primera noche de la edición 51ª.
Los Alonsitos, Los Nocheros, Los Tekis y Soledad, ya no como los integrantes de la troupe de jovencitos que en los noventa batían records de venta de entradas, han tenido sin embargo buenas noches, con propuestas de buen nivel. Clásicos como Los 4 de Córdoba, Coplanacu, Los Carabajal y El Chaqueño Palavecino no defraudaron y —en el caso de los primeros—, demostraron que aun ofreciendo un repertorio de clásicos, se pueden reinventar en un espectáculo conceptual dedicado a Córdoba que se llevó los aplausos de la tercera noche. Raly Barrionuevo y Sergio Galleguillo pusieron el broche de oro a dos noches temáticas: La Rioja y Santiago del Estero, cada uno en su estilo, con una multitud de fiesta hasta entrada la madrugada. Abel Pintos y Luciano Pereyra confirmaron un año más que con repertorios alejados del folklore con el que nacieron en los festivales, aún pueden mantener sus improntas de artistas interesantes, con una puesta en escena muy cuidada y grandes convocatorias.
Los que vienen creciendo: Memo Vilte, Emiliano Zerbini, La Callejera, Los Huayra, Fran Salido y Fabricio Rodríguez, nuevos compositores e intérpretes que, de forma independiente se hacen lugar en los festivales y consiguen ocupar aquellos nichos donde hace falta talento y originalidad.
Y, terminando con las grillas, un detalle importante es que la previa también ha ofrecido buenos momentos, con artistas que merecen atención y que tuvieron como espectadores a los primeros en ocupar las populares: Mariano Luque, Proyección Salamanca, Tulma y Gustavo Chazarreta, todos merecedores de un lugar en la grilla televisada en las próximas ediciones.
Los Manseros se llevaron la noche más convocante con 22 mil entradas vendidas, mientras que la segunda noche fue para Abel Pintos con 18 mil. En líneas generales, hubo buena concurrencia en las 10 noches jesusmarienses.
En cuanto a la parte musical cuatro premios reconocieron números artísticos destacados. El premio consagración fue para el grupo Los Trajinantes, la revelación para Emiliano Zerbini y hubo menciones especiales para los dúos Orellana-Lucca y Alma Carpera.
Jesús María llega a su fin con un balance positivo en muchos sentidos. Eso, para un festival que lleva 51 años apostando a lo más popular de la música argentina aún con las polémicas que genera, es una muy buena noticia.
La cantautora Judit Neddermann y el guitarrista Pau Figueres presentan un nuevo álbum conjunto, con doce canciones en castellano, catalán, portugués y francés, grabadas en directo en estudio. Entre ellas, una nueva versión de Vinc d’un poble con Joan Manuel Serrat y temas originales que combinan pop, folk, jazz y música popular brasileña.
El cantautor chileno Patricio Anabalón lanza el single Danza con la participación de Silvio Rodríguez, en una obra producida por Javier Farías y enriquecida con los aportes del Cuarteto Austral, Felipe Candia y otros destacados músicos e ilustradores; en un encuentro generacional de la canción de autor.
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