En la conmemoración de los 100 años de Violeta Parra, la presidenta de Chile Michelle Bachelet resaltó que "no sólo rescató el pasado de nuestro canto tradicional como pocas; también fue capaz de proyectar, a través de la Nueva Canción Chilena, esa tradición hacia un nuevo futuro como nadie. Es por eso que Violeta es un hito mayor en nuestra patria".
Isabel Parra y Michelle Bachelet.
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Hasta el Museo Violeta Parra llegó este mediodía la Jefa de Estado, Michelle Bachelet, junto a los ministros Presidente del Consejo de la Cultura y las Artes, Ernesto Ottone; de Educación, Adriana Delpiano; y de Transportes y Telecomunicaciones, Paola Tapia, para conmemorar el centenario del nacimiento de la folclorista nacional.
Al hacer uso de la palabra, la Gobernante señaló que "estamos aquí, rodeados de cantoras, de flores, de pajaritos, en este Museo que tanto costó sacar adelante y que es, desde hace dos años, una hermosa realidad" y agregó que "desde que decidimos, el año 2014, que el centenario de Violeta Parra debía tener una conmemoración a la altura de su obra inmensa, de su desgarradora vitalidad, hemos vuelto sobre su vida y su creación una y otra vez. Hemos logrado que muchos compatriotas se motiven, se acerquen y conozcan a esta Violeta múltiple, compleja, de una profundidad que maravilla y sorprende, y de una profundidad que no envejece".
Durante el día de hoy, en el museo que lleva su nombre, se invita a la comunidad a participar de la "Fiesta en casa de Violeta", donde podrán escuchar su obra musical, interpretada por el grupo Las Primas; participar del Taller de Libro Textil sobre Arpillera, basado en las Décimas Autobiográficas de la cantautora, entre otras.
En todo Chile se celebrará con una destacada parrilla de artistas, contemplando 46 conciertos a nivel nacional, con al menos un escenario en cada región y 30 conciertos en diferentes comunas de la Región Metropolitana. Además, se estrenará el proyecto "Coros Ciudadanos", de los hermanos Visnu y Gopal Ibarra, en el GAM.
"Todas las emociones, todos los matices del sentimiento humano caben en la obra de Violeta Parra. Sus canciones nos interpelan desde la denuncia, desde la ternura, desde la humanidad que se conduele de situaciones intolerables, y que demasiadas veces siguen vigentes aún hoy", destacó la Mandataria.
Igualmente, subrayó que "fue capaz de llevar esa tradición, ese patrimonio, a su momento, transformar ese pasado en presente y darle, además, una carga profunda, lúcida, inédita, al plasmar en ella su mirada crítica del mundo, generando una nueva vertiente para nuestro canto".
Finalmente, la Presidenta Bachelet afirmó que "Violeta abrió la puerta para que esa tradición renovada fertilizara las ansias de cambio de una juventud que buscaba mejores horizontes para este Chile nuestro y una cultura más nuestra, más sentida y más auténtica. En otras palabras: no sólo rescató el pasado de nuestro canto tradicional como pocas; también fue capaz de proyectar, a través de la Nueva Canción Chilena, esa tradición hacia un nuevo futuro como nadie. Es por eso que Violeta es un hito mayor en nuestra patria. Es ese prisma rarísimo, a través del cual pueden apreciarse y transformarse todas las formas de nuestro arte".
Michelle Bachelet, presidenta de Chile, pronuncia su discurso presidido por las fotografías de Ángel Parra, Violeta Parra y Antar Pregnan Parra.
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Discurso íntegro de Michelle Bachelet:
Amigas y amigos:
Noventa y una sorpresas
noventa y dos veces tuve,
noventa y tres que yo anduve
noventa y cuatro asperezas.
Noventa y cinco rarezas
tu amor dio noventa y seis,
noventa y siete de rey,
noventa y ocho ironías,
noventa y nueve agonías,
cien años recibiré.
Llegó, por fin, el día tan esperado. Ese día tan principal —como nos cantaban las niñas del Liceo 1 afuera—, el día de tu cumpleaños número cien, Violeta.
Estamos aquí, rodeados de cantoras, de flores, de pajaritos, en este Museo que tanto costó sacar adelante y que es, desde hace dos años, una hermosa realidad.
Y permítanme que haga aquí también un brevísimo paréntesis para recordar a Ángel, su cara de niño travieso, su sonrisa imborrable: es como si lo estuviéramos viendo el día que inauguramos éste, el Museo de su madre.
Gracias, también, a Isabel y a toda la familia Parra, por cierto, por haber perseverado con la convicción de que la obra de Violeta —como ella misma dijo alguna vez— le pertenecía al pueblo de Chile.
Desde que decidimos, el año 2014, que el centenario de Violeta Parra debía tener una conmemoración a la altura de su obra inmensa, de su desgarradora vitalidad, hemos vuelto sobre su vida y su creación una y otra vez. Hemos logrado que muchos compatriotas se motiven, se acerquen y conozcan a esta Violeta múltiple, compleja, de una profundidad que maravilla y sorprende, y de una profundidad que no envejece.
Y lo interesante, Isabel, es que al lugar de Chile donde yo vaya, por pequeñito que sea, la obra artística, son personas cantándole a Violeta. O sea, mucha gente se motivó y se inspiró.
Exposiciones, conciertos, obras de teatro, encuentros corales, un cancionero popular, muestras y recitales dentro y fuera de Chile, son parte de las iniciativas que han hecho de este centenario una fiesta popular, y de su protagonista, un espejo vivo del Chile de ayer, de hoy y de siempre.
Porque Violeta, como escribió Neruda alguna vez —aunque en otro contexto— está "en la tierra, en el agua, en el aire / de toda nuestra extensa latitud silenciosa".
La niña provinciana, la niña de San Carlos, de Lautaro, la chillaneja universal, es chilena, es americana, es patrimonio de la humanidad, porque entiende que la existencia humana es un tejido de dolores, amores, solidaridad y trabajo.
Y si uno hoy día se mete a Google, lo que está arriba es el cuadro "El árbol de la vida", de la Violeta.
Entiende que la música "se desliza como cariño de madre", y que, si la obligaran a escoger entre las canciones, las arpilleras, la pintura, la poesía popular y la investigación y el rescate de la cultura campesina, su respuesta siempre sería: "elegiría quedarme con la gente".
Con la gente, con sus luchas, con sus fracasos, con la fraternidad natural de los pobres, con su fortaleza, con sus quiebres y sus esperanzas.
La gente, que da gracias a la vida, que para olvidar cultiva la tierra, que recibe una carta por el correo temprano.
Todas las emociones, todos los matices del sentimiento humano caben en la obra de Violeta Parra. Sus canciones nos interpelan desde la denuncia, desde la ternura, desde la humanidad que se conduele de situaciones intolerables, y que demasiadas veces siguen vigentes aún hoy.
Violeta supo ver que Chile limita al centro de la injusticia, y denunció antes que nadie lo que ocurría y ocurre con los pueblos originarios.
Violeta vio el deterioro de nuestras ciudades bajo la presión de un progreso cuando no admite más lógica que la del beneficio económico.
Violeta entendió que sólo el encuentro libre entre seres humanos iguales podía llamarse amor. Así lo cantó y así lo vivió.
Su vida no fue fácil, pero la vivió siempre en sus propios términos. Fue irreductible y porfiada, y actuó movida por eso que veces llamamos "sentido de urgencia". Como si supiera que tenía poco tiempo.
Y en algún sentido era así, porque esa cultura popular campesina que ella ayudó a rescatar y a poner en valor estaba, a fines de los años 40 y principios de los 50, desapareciendo lentamente.
Violeta Parra, con intuición profunda, no sólo la salvó del eclipse definitivo, la rescató y le dio nueva vida, nuevas alas. La recogió en su canto y la convirtió en un nuevo caudal, la conservó y la difundió.
Pero hizo mucho más que eso. Fue capaz de llevar esa tradición, ese patrimonio, a su momento, transformar ese pasado en presente y darle, además una carga profunda, lúcida, inédita, al plasmar en ella su mirada crítica del mundo, generando una nueva vertiente para nuestro canto.
Violeta abrió la puerta para que esa tradición renovada fertilizara las ansias de cambio de una juventud que buscaba mejores horizontes para este Chile nuestro y una cultura más nuestra, más sentida y más auténtica.
En otras palabras: no sólo rescató el pasado de nuestro canto tradicional como pocas; también fue capaz de proyectar, a través de la Nueva Canción Chilena, esta tradición hacia un nuevo futuro como nadie.
Es por eso que Violeta es un hito mayor en nuestra patria. Es ese prisma rarísimo a través del cual pueden apreciarse y transformarse todas las formas de nuestro arte.
Amigas y amigos:
Han sido meses intensos, ha sido una hermosa experiencia celebrar a Violeta Parra, ver cómo su obra y su legado despiertan al diálogo con nuevas generaciones de chilenas y chilenos que no habían nacido cuando Violeta nos dejó.
Ha sido hermoso verla ocupando portadas, protagonizando nuevas investigaciones, rescatada como poeta por derecho propio, valorada como la creadora múltiple que fue.
Despedimos este año de Violeta Parra con la convicción de que su obra, su mirada sobre nuestra identidad y nuestros conflictos, seguirá viva, porque la verdad de su canto nos explica, nos define y nos constituye.
Porque cien años, a veces, pueden parecer —a primera vista— como mucho; pero en el caso de Violeta Parra, son poco tiempo para apreciar su densidad y su alcance.
Porque Violeta Parra, como Gabriela Mistral, como Neruda, nos descubrió y nos inventó al mismo tiempo. Y es tarea nuestra estar a la altura de su imaginación, construir un país donde estén en armonía el pan con el instrumento / el beso y el pensamiento / la pena con l’alegría (sic).
Muchas gracias.
Michelle Bachelet inaugura, ante la presencia de Isabel Parra, la «Sala La Jardinera» en el Museo Violeta Parra.
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Después de 50 años, sale a la luz la grabación de la actuación de Mercedes Sosa en el Town Hall de Manhattan, un testimonio único de su arte y compromiso y de la fuerza artística y política de La Negra. El disco aparece solo unas semanas después del lanzamiento de otro disco póstumo e imprescindible: En Vivo en el Gran Rex 2006.
Nano Stern y Luis Emilio Briceño presentan en Europa, En septiembre canta el gallo —ganador del festival In-Edit Chile—, un documental sobre la Nueva Canción Chilena, desde sus inicios hasta el golpe de estado de Pinochet; todo ello narrado a través de las voces de sus protagonistas y de imágenes, algunas de ellas inéditas hasta la fecha. Esto será hoy 2 de noviembre en el marco del festival In-Edit de Barcelona.
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