Lila Downs en su regia mexicanidad

Lila Downs en el Palau de la Música Catalana de Barcelona dentro de la programación del 49 Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona. © Lorenzo Duaso | Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona

Lila Downs venía de recibir en Las Vegas el Premio Grammy Latino al Mejor Álbum Vocal Pop Tradicional el pasado 16 de noviembre, por quinta vez premiada en esos galardones, más otra con los Premios Grammy al Mejor álbum de música regional mexicana en 2013 por Pecados y milagros. Y una vez más volvía a Barcelona como escenario para presentar su noveno disco de estudio Salón, lágrimas y deseo,  como protagonista de una trayectoria musical que ve reconocida su valía por un público entusiasta que la acompaña en sus giras internacionales y que llenó el Palau de la Música Catalana una noche más el pasado 21 de noviembre, su público barcelonés le es fiel trabajo a trabajo.   

Como siempre Lila se presentó haciendo gala de una puesta en escena colorista como reflejo de un espíritu artístico influenciado por las culturas mexicanas, de las que es embajadora por los teatros del mundo. Este nuevo disco está especialmente dedicado al universo femenino, al que con sus nuevas canciones y algunos boleros míticos prestados intenta aportar su luz creativa a base de tradición sumada a contagiosos ritmos como reivindicación de la mujer en su lucha por la igualdad y la justicia social tan necesaria, contra la violencia machista, sus canciones pretenden influir positivamente en esa causa.

Acompañada como siempre por una banda de lujo que la arropa durante la gira que inició ya hace unos meses y que está formada por Paul Cohen (saxo), Luis Alberto Guzmán (bajo), Ulises Martínez (violín), Rafael Gómez (guitarra), Josh Deutsch (trompeta), George Louis Sáenz (trombón), Sinhué Padilla (jarana), Marcos López (percusión) y Edgardo Serka (batería). Lila vino a hacer disfrutar a su público con algunos temas que levantaron literalmente de sus asientos al público del Palau en un concierto en el que interpretó la mitad de los catorce temas que contiene su nuevo disco, sumados a algunos de sus éxitos anteriores que sus seguidores agradecen.

Para calentar los ánimos, el concierto se inició con Mezcalito, mezcal del bueno desde su Oaxaca natal; siguió con una pieza de entre las novedades, la belleza más reposada en Inmortal, un tema que Lila escribió como autora junto a su inseparable Paul Cohen. Luego vuelta al ritmo y la alegría con una interpretación siempre celebrada con La iguana, energía sobre la escena.

Lila Downs y su banda en el Palau de la Müsica Catalana de Barcelona. © Lorenzo Duaso | Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona

Hubieron después tres nuevos temas de Salón, lágrimas y deseo con Seguiré mi viaje, obra del gran Álvaro Carrillo, bolero sin fecha de caducidad que han cantado entre otros Pablo Milanés o María Martha Serra Lima. Compartió a continuación Peligrosa, otra pieza de Lila Downs y Paul Cohen, otro tema lento lleno de sentimiento, el disco contiene dos versiones de la pieza, en una de las cuales Lila se acompaña por la voz de Mon Laferte.

Señalar aquí que la mitad de los temas del disco llevan la firma como autora de Lila Downs; y seguimos en el directo con otro de ellos: Son de Juárez, pieza para bailar a ritmo de cumbia, la banda suena buenísima, sin duda uno de los temas fundamentales y más hermosos del nuevo disco. Como Lila se presentaba por primera vez en este Festival Internacional de Jazz de Barcelona, hubo además un guiño a la voz de la gran Nina Simone, interpretando en inglés Keeper of the flame (autor: Charles Derringer), un tema que la cantante estadounidense grabó en 1967, Nina Simone es una de las influencias artísticas de Lila.

Cambio de aires para escuchar y disfrutar con uno de los temas más aplaudidos de la noche, el clásico Vámonos, el poder de José Alfredo Jiménez, puro México para el mundo. Llegó Urge que es el tema que abre el nuevo trabajo, obra que Lila Downs toma prestada de su autor el michoacano Martín Urieta, amor en vena: “Urge una persona que me arrulle entre sus brazos, a quien contarle de mis triunfos y fracasos, que me consuele y que me quite de sufrir...”. La que sonó a continuación fue la canción más aplaudida y disfrutada del concierto, a la reacción del público me remito, gran recreación de Cucurrucucú paloma, de Tomás Méndez, celebradísima versión que Lila grabó en Pecados y milagros en 2013.  

Viene la muerte echando rasero, cantando a la muerte se canta a la vida, pura tradición mexicana representada en esta pieza con letra de Asunción Aguilar musicada deliciosamente por Lila Downs y Paul Cohen y que grabaron en su anterior Balas y chocolate. También disfrutamos de un clásico que Lila ha grabado en su última obra, De un mundo raro de José Alfredo Jiménez. Y con Envidia, un tema propio que en el disco la artista comparte junto a Andrés Calamaro, pidiendo respeto por la mujer lakota, inca, azteca, mapuche, maya… o de cualquier otra etnia. Se cerraba la noche con Son de difuntos, tema propio grabado en Balas y chocolate, que es uno de sus más recientes grandes éxitos, con muerte, vida y ritmo al tiempo, la pelona manda siempre finalmente, un temazo coreado por el público que fundió a negro, negro.

Reclamada por el respetable, Lila volvió a escena con su banda para interpretar tres temas extras, gozados fueron Zapata se queda, inmenso tema propio, un clásico ya del repertorio de Lila; Paloma negra, la ranchera de Tomás Méndez que cantaron antes Lola Bertrán y Chavela Vargas: “Ya me canso de llorar y no amanece. Ya no sé si maldecirte o por ti rezar. Tengo miedo de buscarte y de encontrarte, donde me aseguran mis amigos que te vas…” y final de cine con La cumbia del mole, otro de sus clásicos con raíz, raíz profunda, en conjunto tres grandes títulos que pusieron el colofón a otra noche de éxito de Lila Downs en Barcelona, Lila Downs in crescendo en su eterna y regia mexicanidad.

Lila Downs. © Lorenzo Duaso | Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona