Pasión Vega: Oro en la voz

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40 quilates
(Pasión Vega) [2017]

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Pasión Vega tiene un gran secreto… En la música popular cuando alguien tiene el arte de conmover y emocionar con su voz y no compone canciones lo que necesita esencialmente son buenas canciones y compositores que acompañen su talento. Hay cientos de bonitas voces que sin grandes composiciones acabarán siendo solo bonitas voces.

En la búsqueda de la combinación perfecta de ese binomio voz-canción encontramos incansable a Pasión Vega a lo largo de su trayectoria, y ahí permanece, y ahí sigue creciendo en cada nueva propuesta. Pasión Vega no compone, por ahora, pero elige un repertorio que enaltece su voz y la enriquece creativamente, sabe seleccionar con su personal criterio qué quiere cantar y compartir con quien le quiera escuchar, ese es el gran secreto de su éxito. El tiempo dirá de entre sus canciones cuales fueron o serán en definitiva sus aciertos y su legado como artista.

Precisamente por su apreciada vinculación con el mundo de la canción de autor como recurso primordial en la elección de su repertorio incluiremos en breve el cancionero de Pasión Vega como uno de nuestros imprescindibles, entre el centenar ya editado, para su consulta y mejor difusión en Cancioneros.com. Aspectos y detalles que podrán apreciarse en su cancionero-discografía que publicaremos en primicia al completo, sumando su recorrido íntegro desde sus inicios en la música.  Un cancionero elaborado como fruto de cierta pasión personal por el arte de Pasión Vega. Próximamente.

Si en una primera etapa de su carrera el hilo conductor y estilístico fue fundamentalmente la copla andaluza, ya desde hace años se hace evidente tanto en sus grabaciones como en sus conciertos que el cancionero de Pasión Vega bebe de las influencias de autores clásicos de la canción de autor, así como de nuevos creadores como es el caso de su reciente disco 40 quilates. Véase como muestra el repertorio que incluye en su nueva gira, por ejemplo en este concierto de Barcelona.

Tras dedicarle un disco homenaje a Carlos Cano: Pasión por Cano (ver Carlos Cano vive en la voz de Pasión Vega) y tras una exitosa gira veraniega junto a la cantante israelí Noa (ver Pasión Vega y Noa: Suma de encantos e intenciones en «Mediterráneas») que no parece tener como fruto un disco conjunto a la vista, Pasión Vega acaba de publicar un disco propio con canciones inéditas bajo el título de 40 quilates.

Más allá del oro puro encontramos el metal noble de la creación compuesto por esos 40 quilates -14 canciones-  que quiere celebrar 25 años en la música de Pasión Vega, celebrando el camino, celebrando además sus primeros 40 años de vida, una trayectoria reflejada y hecha canción con las emociones que la artista comparte con un público cercano que la sigue desde hace años. Por ese motivo, en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona además de diez de los catorce temas que componen el disco, Pasión Vega cantó algunas de las piezas seleccionadas que la han acompañado en el tiempo.

Fue un concierto generoso con 22 temas en total, dos horas y media de canciones compartidas, canciones que aunque Pasión Vega no ha compuesto, muestran el reflejo de lo que ella es y que nos hablan de su etapa vital. El disco es una suma de creaciones de autores emergentes, algunos ya con su propio camino recorrido durante años, nos encontramos canciones inéditas a excepción del cierre con el tema Como la cigarra de María Elena Walsh, un canto que popularizara Mercedes Sosa y que cantaron además otros intérpretes.

En el Liceu, Pasión Vega se dejó querer en escena por siete músicos que la acompañaron envolviéndola con delicadeza. Los músicos fueron: Jacob Sureda (piano y arreglos), Josete Ordóñez (guitarra), Joaquín Sánchez (clarinete y otros vientos), Mario Carrión (batería), Martín Meléndez (violonchelo), Manu Masaedo (percusión), José Vera (contrabajo).  El concierto fue dedicado a Fernando Velázquez, que dejó su reconocible y siempre elegante firma de autor en la producción del disco, junto a Ernesto Maestro y Satxa Soriazu.  

Con el tema homónimo 40 quilates, obra del cantautor sevillano Fernando Arduán, Pasión Vega abría la noche sentada frente al espejo de un figurado camerino, mientras iban entrando sus músicos que se incorporaban individualmente al hilo de la canción. Sonó Querría, el primer single del disco, obra de Juan Gómez El Kanka, uno de los mejores ejemplos de buen autor entre los jóvenes emergentes, el cantautor malagueño ya incluyó Querría en su tercer disco De pana y rubí en 2015, entre otras cosas dice: “Querría festejar tus alegrías, sufrir tus melancolías y besarte en el corazón…”

Javier Ruibal, un autor clave y muy cercano a Pasión Vega, comparten Cádiz, compartieron el pregón del Carnaval de la ciudad en 2007, y comparten canciones, canciones de Ruibal que Pasión Vega ha ido interpretado a lo largo del tiempo como La flor de Estambul, inédita en la discografía de la malagueña. Llegó Cuando amanezca a volar, un tema con bonita letra que abre esos 40 quilates, obra también de Fernando Arduán: “Yo no traigo vergüenza, te mueres de hambre. De donde vengo, te lleva el viento, te traga el mar…” 

Y una canción ya clásica del repertorio de Pasión Vega en homenaje a Camarón de la Isla, que al acabar levantó los primeros olés de la noche en el Liceu, obra grande de Joaquín Sabina, Pancho Varona y Antonio Martínez Ares: Cómo te extraño. Y adornada por un mantón, Pasión cantó otro tema enorme que ha hecho suyo: María la Portuguesa, inmortal Carlos Cano.

Como hemos dicho, 40 quilates son canciones obra de jóvenes compositores, a los que se suma el bolero original Te creí de Armando Manzanero compuesto para Pasión Vega, el segundo tras Que sea en un parque que el incombustible autor mexicano comparte expresamente con la malagueña. En la noche barcelonesa sonó el regalo de Armando Manzanero: Te creí.

El gran compositor de Algeciras Antonio Romera "Chipi", alma y voz del grupo La Canalla, siempre detallista y juguetón en sus letras y Jesús Bienvenido, otro buen compositor gaditano, fiel a Pasión Vega con la que ha colaborado a menudo y fiel especialmente al Carnaval de Cádiz, ambos como autores aportan a dúo dos temas al nuevo disco de Pasión Vega. Escuchamos Salve del amor perdido, un canto al desamor que borda la voz de Pasión Vega: “Para quien peca de listo en amores no hay más penitencia que llorar escuchando los discos de Cohen y Chavela...”

Lejos de Lisboa, de Pablo Guerrero y Ernesto Halffter, maravilla que cada vez que escuchamos nos hace sentir esos 40 quilates en el canto de Pasión Vega, oro en la voz confirmado, oro puro, grandes aplausos para esta pieza que daba a conocer y cerraba su disco Banderas de nadie (2003). Finalizó este primer bloque del concierto con un tema universal que tantos intérpretes han cantado: Gracias a la vida, de Violeta Parra, además esta joya dio título a un disco de Pasión Vega en 2009, reuniendo grandes clásicos de la canción latinoamericana.    

Cambio de vestuario, vestida de noche en blanco y a ritmo jazzy, menos habitual en su repertorio, Pasión Vega interpretó un tema nuevo de Jorge Marazu, autor abulense que aporta tres temas al disco, escuchamos y sentimos La felicidad. Aquí la noche empezó a adquirir cualidades volcánicas con una serie de temas que fueron superándose para alcanzar una erupción emotiva que también reflejó la artista en sus lágrimas en la interpretación de algunos temas.

Llegaron- uno tras otro- los dos temas que el grande de Antonio Martínez Ares por fortuna le ha compuesto a Pasión Vega para sus 40 quilates: Tierra de nadie y Se te olvidó, que poéticas sus letras. Y supongo yo que alguien tendría que decirles que podrían ir planteándose grabar un disco completo y conjunto, un mano a mano. ¿Hay algo que le siente mejor a la voz de Pasión Vega que una canción de Martínez Ares? No digo más.

Y seguimos en plena erupción, una novedad inédita que ya cantara Pasión Vega en su estreno de la gira en el Teatro Real de Madrid el pasado 23 de octubre, una versión en español de La bohème, una canción que Pasión contó que sonaba en su casa de niñez, el clásico que inmortalizó el no menos inmortal Charles Aznavour, ahí sigue cantando a sus 93 años. Con autoría de Jacques Plante y Charles Aznavour, la pieza sonó de lujo adaptada como La bohemia, con su vestido largo Pasión Vega trepó literalmente al piano de Jacob Sureda y desde allí la interpretó, fue la foto de la noche. Nada menos que Rafael de León fue el adaptador al español de la canción que versionó el mismo Charles Aznavour, ha habido otras con pequeñas modificaciones; otros intérpretes que han cantado la adaptación española de La bohème han sido Laura Canoura, Sole Giménez, Concha Buika, Dyango o Dulce Pontes, entre otros.

No dejamos los aires parisinos, porque a continuación disfrutamos con la pieza París, también obra de Jorge Marazu, sonó más bonita incluso que en el disco, se rodeó física y musicalmente por dos grandes músicos de entre el septeto que la acompañó toda la noche, el joven malagueño Joaquín Sánchez y el cubano residente en Barcelona Martín Meléndez, magnífica recreación con aires intimistas: “Es tu corazón el color, yo el pincel, de un lienzo que no se ve…gira tu tiovivo y giro yo subida en él…”, siguiendo un poco la estela de La bohème.  Por cierto, los aires de la chanson adaptada al castellano también le sientan muy bien a Pasión Vega, otra sugerencia tal vez…

Cambio de registro y con dedicatoria a los cantores, de María Elena Walsh la ya comentada Como la cigarra, en una bonita recreación. Pasión Vega cantó a continuación El rumbo de tus pasos, gran tema de Paloma Ramírez y Alejo Martínez, para Paloma tuvo Pasión un bonito detalle en su memoria, a la que hizo especial mención y en esta noche su recuerdo llenó merecidamente el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, muy aplaudido este tema que seguirá formando parte del repertorio de la gira de 40 quilates, recuperado recuerdo que un día cantó junto a Miguel Poveda. (con un abrazo a Alejo Martínez).

Ya encarando la recta final del concierto, Pasión Vega unió su Málaga y esta Barcelona que tanto quiere y que tanto la quiere a través del mar común, ese Mediterráneo que las comunica, como también las unió Picasso, o esa misma alegría de vivir, así disfrutamos de su siempre magistral y esperada interpretación de Malagueña salerosa (o La malagueña) de Pedro Galindo y Elpidio Ramírez. Y a continuación como digno colofón el siempre celebrado Mediterráneo de Joan Manuel Serrat, adorado Serrat, Pasión Vega deseó que el propio Serrat escuchara desde su casa su canto y seguramente lo logró. Bajó el telón.

Se acababa el recital pero el público pidió más, y llegaron tres bises, el primero fue un popurrí de canciones en un mano a mano con Jacob Sureda al piano, su siempre fiel acompañante a lo largo en escena. Nunca he sido partidario de los popurrís pero así mayor parte del público queda complacido al escuchar alguno de sus temas favoritos, y pudimos escuchar fragmentos enlazados de: Desnuda tengo el alma, Teresa, Tan poquita cosa, La gata bajo la lluvia y Fina estampa. Desde aquí un cariñoso homenaje a la gran María Dolores Pradera, la Fina estampa de Chabuca Granda siempre nos trae su vivo recuerdo.

En la lucha que debe ser tanto individual como colectiva contra la violencia de género, Pasión Vega nos regaló al completo uno de sus primeros grandes éxitos: María se bebe las calles, contando nuevamente de por medio con la sensibilidad de Antonio Martínez Ares, tema que grabó por primera vez en Banderas de nadie en 2003. Ana en su papel de mamá cerró la noche con una canción popular que confesó le gusta cantar en la intimidad con su pequeña Alma, un tema inédito en la discografía de Pasión Vega con el sello de Federico García Lorca: La tarara. Como deseo personal y como curiosidad decir que Pasión Vega cantó una canción en euskera (Maitia nun zira) en un concierto en Vitoria-Gasteiz el pasado 26 de abril, sería bonito escucharle interpretar un canción también en catalán una noche de esas, ojalá sea en la próxima cita...

En definitiva y para acabar, asistimos en el Liceu a otro gran concierto de Pasión Vega que suma a su historia de la música, en el que volvió a sellar su compromiso como artista con Barcelona, Pasión por Pasión y oro en su voz: 40 quilates.

Repertorio: 1. 40 quilates, 2. Querría, 3. La flor de Estambul, 4. Cuando amanezca a volar, 5. Cómo te extraño, 6. María la Portuguesa, 7. Te creí, 8. Salve del amor perdido, 9. Lejos de Lisboa, 10. Gracias a la vida, 11. La felicidad, 12. Tierra de nadie, 13. Se te olvidó, 14. La bohème (adaptada como La bohemia), 15. París, 16. Como la cigarra, 17. El rumbo de tus pasos, 18. Malagueña salerosa, 19. Mediterráneo. Bises: 20. Popurrí de canciones (Desnuda tengo el alma, Teresa, Tan poquita cosa, La gata bajo la lluvia y Fina estampa), 21. María se bebe las calles, 22. La tarara.  

QUISIERA DEDICAR ESTE ARTÍCULO A LA MEMORIA DE JORGE CAMARLENGO, COMPAÑERO DE MELOMANÍAS.