La china morena, personaje del tradicional baile de la morenada en los carnavales bolivianos, pone luz y color al folclore nacional desde hace treinta años para reivindicar el papel de los travestis como iconos, cuya historia recoge una exposición.
EFE | Elena Rodríguez - "La historia comienza hace unos treinta años atrás cuando compañeras travestis comenzaron a bailar en diferentes agrupaciones folclóricas en diferentes fiestas, principalmente en el Gran Poder", explica a Efe Pamela Valenzuela, presidenta del consejo ciudadano de las diversidades sexuales y de género de La Paz.
El Gran Poder es una fiesta paceña en honor al Señor Jesús del Gran Poder, que se celebra desde 1940 y que consiste en una procesión musical y una masiva muestra folclórica.
"Las compañeras bailaban como figuras, de chinas, pero estilizando la ropa, su misma presencia. Era muy novedoso, muy llamativo, y además había mucha convocatoria, era muy aplaudida", reconoce Valenzuela.
Los trajes de las chinas, más conocidas ahora como figuras, consiste en vestidos muy cortos y de colores llamativos que mueven al son de las morenadas, una música tradicional boliviana, en un alarde de reivindicación y respeto.
Valenzuela considera que este tipo de eventos es "único" en Latinoamérica, ya que no tienen información de que "las compañeras travestis de otros países participen en entradas folclóricas".
Pero esta aceptación y respeto no siempre estuvieron presentes, ya que por un decreto del dictador y luego presidente constitucional de Bolivia Hugo Banzer (1971-1978 y 1997-2001) se prohibió la entrada de travestis en los desfiles, luego de que la famosa Barbarella le diese un beso.
"En la gestión de Banzer una de las compañeras, Barbarella, se acercó a saludar, a darle un beso, por lo cual fueron vetadas, sacaron un decreto por el que las compañeras travestis no podían ir a las entradas", destaca la presidenta.
El gesto de Peter Alaiza, más conocido como Barbarella, llenó titulares y la encumbraron como icono homosexual y trans de la época.
En la actualidad la sociedad boliviana aplaude que las chinas morenas hayan vuelto a institucionalizarse en las entradas folclóricas y "alaban sus bailes", apunta Valenzuela.
Toda esta historia la recoge el libro La China Morena de David Aruquipa, investigador y miembro del movimiento de Gais, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales (TLGB) de Bolivia, así como una exposición fotográfica presentada anoche en el Museo Tambo Quirquincho de La Paz.
"La china morena es la reivindicación del personaje travesti en estas festividades que se representa en los años 70 en grandes divas como Liz Taylor", argumenta Andrés Mallo, presidente del colectivo TLGB.
Mallo destaca la evolución de las figuras y subraya que se han vuelto "como iconos de los bloques fraternos que se crean en cada carnaval".
"Se ha vuelto un icono de representación boliviana, que la gente respeta y admira, hay una participación importante, se ve además in situ en las entradas, la gente es donde más aplaude", agrega.
Mallo subraya que la china morena ha marcado "una trascendencia histórica" en el país y que ha servido como reivindicación "no solamente desde las poblaciones TLGB, sino también al folclore boliviano".
La exposición La china morena se inauguró anoche con motivo del Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia.
Durante todo el mes y hasta el 30 de junio, día de la marcha del Orgullo Gay, el colectivo TLGB realizará diversas actividades de visibilidad y reivindicación de derechos de este colectivo.
"Lo que nosotros pedimos es respeto a nuestros derechos humanos y que se abran las mentes, esto no es antinatural, somos seres humanos y tenemos los derechos de mostrar nuestra identidad, nuestra orientación sexual a toda la gente y no ser discriminados", sentencia Valenzuela.
La cantautora Judit Neddermann y el guitarrista Pau Figueres presentan un nuevo álbum conjunto, con doce canciones en castellano, catalán, portugués y francés, grabadas en directo en estudio. Entre ellas, una nueva versión de Vinc d’un poble con Joan Manuel Serrat y temas originales que combinan pop, folk, jazz y música popular brasileña.
El cantautor chileno Patricio Anabalón lanza el single Danza con la participación de Silvio Rodríguez, en una obra producida por Javier Farías y enriquecida con los aportes del Cuarteto Austral, Felipe Candia y otros destacados músicos e ilustradores; en un encuentro generacional de la canción de autor.
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