La canción de autor rinde homenaje a Luis Eduardo Aute

Con apenas 15 minutos de retraso sobre el horario inicial previsto, se apagaron las luces del abarrotado Wizink Center de Madrid (15.000 localidades). Apareció Pastora Vega en el escenario para oficiar de presentadora del evento. Cuando digo "presentadora", me refiero a que salió, presentó el evento y ya no volvió a aparecer por el escenario.

Entre la larga lista de agradecimientos, principalmente destacaré a Miki Aute (hijo pequeño de Luis Eduardo), Antonio Peña (su representante) y sobre todo, a Luis Mendo, amigo y fundador del grupo Suburbano, que le acompañaron en los escenarios durante muchos años y en nueve maravillosos discos y también, como no, a Cristina Narea, la voz femenina que acompaña a Eduardo desde hace muchos años. Cristina y Luis, siguen yendo a visitar cada semana a Eduardo a su casa, para seguir cantando con él.

Pastora abandonó el escenario, dejándonos con un vídeo de la canción Invisible. A partir de ahí, cada artista era presentado apareciendo su nombre en la gran pantalla gigante que había en el escenario. El primer nombre que apareció fue precisamente el de "Suburbano", la que fuera su primera banda, encabezada por sus fundadores, Luis Mendo y Bernardo Fuster (que es la voz del grupo), que interpretaron precisamente Ánimo animal, la canción que ha dado título al concierto. De todos los músicos que a lo largo de los años han ido pasando por Suburbano, pudimos disfrutar de una de "las clásicas" formaciones, de las primeras: Luis Mendo (guitarra y coros), Bernardo Fuster (guitarra y voz), Lorenzo Solano (saxo), Billy Villegas (bajo), Tino di Geraldo (batería), Caelo del Río (piano) y a las voces Alicia Alemán y Cristina Narea.

A partir de la siguiente canción, la banda que acompañó a los músicos estuvo formada por José Romero y Osvi Greco a las guitarras, Billy Villegas al bajo, Mario Carrión a la batería, Cope Gutiérrez y Basilio Martí a los teclados y a los coros, Marcela Ferrari y Cristina Narea. Los músicos, parte importantísima del concierto y algo que yo eché en falta, que alguien los presentara al público. En mi caso, que conocía a muchos e incluso soy amigo de varios de ellos, he tenido que apoyarme en Luis Mendo para que me ayudase a identificar a todos, ya que desde mi localidad era imposible distinguirlos con claridad.

En segundo lugar, apareció en el escenario Dani Martín, que nos hizo una linda versión de Las cuatro y diez, canción que ya ha cantado en varios de sus conciertos. Tercer lugar para Pedro Guerra, que interpretó Pasaba por aquí, una canción que ya había grabado en el disco ¡Mira que eres canalla, Aute!, publicado en el año 2000, donde varios artistas homenajeaban a Aute, cantando sus canciones. En cuarto lugar, un "peso pesado", Víctor Manuel, con Sin tu latido, el quinto lugar fue para Rosa León, que nos deleitó con una canción que ella popularizó, antes que el propio Aute, Al alba. El sexto lugar fue para Cristina Narea, dando a conocer al gran público una versión preciosa de Acaso que ella ha grabado en su último disco. A continuación, en séptimo lugar, apareció en el escenario Ismael Serrano, con una ya conocida versión suya de Mira que eres canalla y en octavo lugar, Ana Belén, con De paso, una gran versión de una canción que ella ya grabó en un disco que precisamente llamó así, De paso, en 1977, grabándola un año antes que incluso el propio Aute. El noveno lugar fue para Marwan, que bromeó quejándose de haber tenido la mala suerte de cantar después de Ana Belén, haciendo una gran interpretación de Siento que te estoy perdiendo, acompañado tan sólo al piano por Alejandro Martínez y luego, en décimo lugar le tocó a Andrés Suárez, que también, acompañado sólo de un piano cantó Volver a verte (tal vez no deberían haber salido los dos seguidos).

No sé si el lector habrá podido aguantar la emoción de leer el magnífico elenco y el ramillete de míticas canciones, pero si piensa que es así, que "se ate los machos", que aún nos quedan otras 10 canciones.

En algunos interludios, cada tres o cuatro canciones, pudimos disfrutar de la voz de Luis Eduardo, recitando alguno de sus poemigas y a mitad del concierto, medio centenar de tamborileros de Calanda, el pueblo de Luis Buñuel, quisieron acompañar al homenajeado, recorriendo la pista, desde el fondo hasta el escenario, atravesando entre el público, que los recibió con sorpresa. Luis Eduardo Aute homenajeó a Calanda en su canción Allí (Un perro calandaluz).

El undécimo lugar fue para el uruguayo Jorge Drexler con Slowly (por cierto, el concierto fue "muy español, ya que de 20, 17 lo fueron, con tan sólo hubo 3 latinoamericanos). El siguiente lugar, el décimo segundo, fue para Massiel, que nos hizo volar a los sesenta, con Rosas en el mar, muy coreada por el público y a continuación, en el trece, aunque no le acarreó mala suerte, al contrario, Miguel Poveda se marcó un Prefiero amar, que levantó al público de sus asientos. El decimocuarto fue Vicente Feliú, mítico trovador cubano, que cantó Anda y el siguiente, el decimoquinto fue Luís Pastor, acompañado, como casi siempre, por Lourdes Guerra, que nos regalaron su Dos o tres segundos de ternura. La última cuarta parte de la noche, la abrió una emocionada Rozalén, que se marcó su gran versión de La belleza, una canción que ella suele llevar en su repertorio y a continuación, el decimoséptimo fue José Mercé que nos volvió a hacer Al alba, pero esta vez muy distinta a la de Rosa León.

Si la noche ya había sido de por si intensa, los organizadores se guardaban para el final un trío de ases: Joaquín Sabina, con ¿Quién es Abel, quién es Caín?, Joan Manuel Serrat, con De alguna manera y Silvio Rodríguez con Dentro.

Por cierto, antes de la actuación de Silvio, Pere Camps, Director del festival BarnaSants, anunció que Aute recibirá el premio "Noel Nicola", premio que homenajea al ya desaparecido cantautor cubano y que es un "homenaje a trovadores y trovadoras en activo que han dejado huella en los pueblos iberoamericanos".

Seguramente se haya dado cuenta el lector, que en esta crónica, más que una crónica habitual, cargada de adjetivos y la mirada subjetiva del narrador, he intentado ceñirme al nombre de los artistas, a la canción que cantaban y al orden, para que quién no estuvo allí, pueda hacerse una idea de por "dónde fueron los tiros". He intentado guardarme para otra ocasión mi narración personal, porque si los amigos de cancioneros me dejan, me gustaría dedicarle otro artículo a narrar qué ha supuesto para mí este concierto, con todo lo bueno y malo que conlleva un homenaje así. Bueno por lo que disfruté, de los excelentes músicos y de las maravillosas canciones, pero lo malo que significa, para un "autista" recalcitrante, como yo, saber que esto ya prácticamente supone un punto y final en la carrera como músico, de Luis Eduardo Aute.