Marzo de 2007
Si Cuba es música, Augusto es trova. O mejor, TROVA. Con mayúsculas. Perteneciente a la generación de los renovadores, esa generación tan determinante entre los que se encuentran nombres como los de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Noel Nicola, Sara González o Vicente Feliú, por citar algunos, Augusto –también compositor de las piezas que interpreta- siempre ha sido, además, un gran conocedor de la trova más tradicional; de las raíces. Por eso, este trovero ha sido capaz de jugar con el concepto “trova” y llevarlo a mundos donde habitualmente no solemos encontrarla. Augusto ha mezclado ese género cubano -o esa forma de afrontar la “canción”- nacido en la parte oriental de la isla, como él, lo ha mezclado con el teatro, con el mundo infantil, y lo ha reinventado encontrándole otras dimensiones: “Teatrova” es el nombre que define uno de los caminos tomados por nuestro cantautor. Pero también es autor de algunas de las piezas más inolvidables de esa Nueva Canción cubana que tanto le ha dado al mundo. “A golpe de canción”, “Amor en los tiempos” o “Soñar a toda costa”, son algunos de los títulos imprescindibles de nuestro artista. Augusto ha viajado por el mundo regalando sus canciones de amor —Rosy, siempre en su corazón—, y de vida, pero sus grabaciones han sido escasas —si tenemos en cuenta que hablamos de una trayectoria larga— y mal difundidas. Quizá sea hora ya de hacer justicia, o simplemente de aprovecharnos de ese maestro de la canción como buenos buscadores de la belleza y el talento... Y Augusto Blanca es toda una mina abierta al cielo. Sirvámonos.
El trovador chileno Nano Stern se encuentra actualmente en Europa. Este sábado actúa en Barcelona y el domingo en Madrid en donde estrenará sus nuevo disco Nano Stern canta a Víctor Jara (2023) y presentará Aún creo en la belleza (2022). Sin embargo hoy hablaremos con él de un extraordinario disco que lanzó el año pasado con Gina Allende —bajo el nombre de Ensamble La Misola—y que pasó injustamente desapercibido: Más vale trocar. Canciones de la España renacentista.
Víctor Casaus dice vivir en una constante contradicción. Por una parte su obra personal como creador —poesía, cine, testimonio— y por otra, esa absorbente e imprescindible labor como gestor cultural por la que es constantemente requerido. Ambas necesarias, ambas destacadas, pero a veces incompatibles porque "hay más tiempo que vida".
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