Junio de 2010/Agosto 2011
Ana Belén fue la última superviviente del fenómeno de los “niños prodigio” de los años 60 y de Luis Lucía, aquel director de cine que, según los que trabajaron con él, trataba a sus pequeñas estrellas como si fueran ganado. Su primera película, Zampo y yo no obtuvo el reconocimiento del público de la época y aquel primer fracaso en taquilla, fue el trampolín hacia todos sus posteriores éxitos. Quién sabe por dónde andaría hoy Ana de haber sido una niña-actriz-cantante de éxito como Joselito o Marisol.
Sobrevivió también a los clichés de “mito erótico”, “musa de La Transición” y “sonrisa del PCE” que a su pesar le colgó la prensa, sobre todo desde que a finales de los 70 coincidieran en el tiempo un personaje para la televisión, la Fortunata de Galdós, y una canción, Agapimú, que le abrieron definitivamente las puertas al gran público, la consolidaron como actriz y cantante y la convirtieron en el claro objeto de deseo de los directores de cine más renombrados de aquel entonces. La misma prensa que en más de una ocasión la llevó a las portadas para estar la primera o entre las primeras de “Las diez mujeres más… de España”. La misma prensa de la que se ganó el respeto sin conseguir de ella los titulares esperados.
Como actriz, ha protagonizado decenas de películas y obras de teatro. Fue también directora de cine circunstancial al frente de una película basada en una novela de la desaparecida Carmen Rico Godoy, por la que obtuvo además de buenos datos en taquilla, premios y candidatura al Goya a la mejor dirección novel, y todo, a pesar de la crítica.
Como cantante, a lo largo de más de treinta álbumes y numerosas colaboraciones, ha puesto voz a poetas como García Lorca, Pablo Neruda, Bertolt Brecht, Nicolás Guillén, Rafael Alberti. Ha cantado desde temas de Cole Porter hasta coplas de Quintero, León y Quiroga, pasando por los clásicos italianos, la música brasileña, el bolero, el pop, la canción de autor, la zarzuela… ha tocado todos los géneros haciendo siempre suyos todos y cada uno de los temas que ha interpretado. Temas de Sabina, Aute, Serrat, Jorge Drexler, Fito Páez, Mendo y Fuster, Pedro Guerra, José María Cano… y, cómo no, de Víctor Manuel, su compañero de viaje dentro y fuera de los escenarios, hoy en día son para el gran público simplemente canciones de Ana Belén.
En sus casi 50 años de profesión y en sus varios millones de discos vendidos, ha construido uno de los repertorios más extensos y variados de la música española, sin contar con multitud de temas que a día de hoy siguen siendo éxitos y que están en la memoria de varias generaciones de españoles. La historia musical española de las últimas décadas estaría incompleta sin temas como Agapimú, Desde mi libertad, La muralla, El hombre del piano, España camisa blanca de mi esperanza, Sólo le pido a Dios, La Puerta de Alcalá, Derroche, Lía, Peces de ciudad… y quizá muchos de estos temas no serían lo que son de no haberlos interpretado ella.
Hoy, a los 60, todo en Ana tiene más mérito, no sólo porque después de tantos años siga manteniendo su personal voz y esa belleza alejada de cánones convencionales, sino porque a pesar de toda la experiencia y de los innumerables éxitos y reconocimientos que la han convertido en una de las grandes, no ha perdido la frescura, la sencillez ni las ganas de aprender del que comienza.
El trovador cubano Eduardo Sosa falleció a los 52 años a consecuencia de complicaciones derivadas de un accidente cerebrovascular hemorrágico.
Regresamos con nuestra cita anual de nuestros 15 discos imprescindibles, esa lista que no es ni pretende ser una lista de los mejores, sino de aquellos que creemos que son representativos del año que nos acaba de dejar y que consideramos que es una buena herramienta para los amantes de la canción de autor. Este año añadimos dos títulos de alguien que siempre será imprescindible.
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