Michael Jackson fue sin duda alguna la estrella más grande del pop del siglo veinte, y uno de los cantantes más populares de la historia. Jackson reunía todas las cualidades necesarias para dominar las listas de venta: una voz inmediatamente reconocible, espectaculares pasos de baile, una sorprendente versatilidad musical y toneladas de carisma. Thriller, su álbum de 1982 y aún hoy su obra más conocida, se convirtió en el disco más vendido de todos los tiempos. Desgraciadamente, a medida que la carrera de Jackson perdía ímpetu, sus cada vez más bizarras excentricidades comenzaron a acaparar la atención de los medios. De todas maneras, la verdad es que tanto como ícono de la cultura pop o como triste caricatura de sí mismo, Michael Jackson fue siempre un personaje extraordinario. ~ Steve Huey