Tarado
la que me vuelve más clara la madrugada,
y me hace menos torpe, si el amor diluvia,
y tus ojos de arena pone en desventaja;
y un tiempo te contiene y otro te desata,
la que te alivia o mata.
La suerte de que verte sea una marejada,
que llegue como almohada para mis canciones,
la de que un día me inspires y otro me intenciones,
que te despierte y que te duerma enamorada;
la que cubierto el rostro siempre nos llegaba,
hoy viene desnudada.
Y tarado me dice que no entregue tanto,
feliz me aconseja que no la regrese,
aliento me llama y me ofrece su manto,
ingenuo me habla de otras pequeñeces.
Lujuria me tienta y me acaba un anhelo,
vergüenza se posa en la luz que me dejas,
balanza me enseña el centro de la vida,
y de otras cosas me habla la tristeza.
Belleza me mira como quien ve lejos,
otra de sus mañas me hace la mentira,
ternura asegura que tú eres su casa,
y cabizbaja pasa despedida.
La suerte que me llega con tu olor a lluvia,
la de la vida que no me alza la mirada,
que pone en un extremo tu savia bendita,
y al otro extremo pone tímida mi alma;
la del desentendernos hoy, y ser mañana
como una misma gana.
Autor(es): Karel García