María Teresa


María Teresa,
hoy me llega desde ayer tu vientre
remolcado por las riendas,
de aquel día de mi adolescencia
cuando fui pequeño ante tu desnudez,
cuando me mataste la inocencia
y mis fantasmas se perdieron entre un beso
y tus tormentas de mujer algo mayor.

María Teresa,
ojalá naveguen en tu almohada
mis difuntas primaveras,
ojalá me nombres en silencio,
y te nazca un ánimo febril,
que lleve mi mano hasta tu seno
y en la cima de tu lecho aún me sueñes
como el niño tibio y húmedo que fui.

María Teresa
a pesar de tanta madrugada dibujado en otras piernas,
a pesar del frío y de las piedras,
a pesar del odio de vivir,
a pesar del polvo y de la ausencia
yo te guardo como fuiste,
doblemente mi
maestra.


Autor(es): Carlos Lage