El sabio Manuel
Sentado en la esquina del barrio
con aires de genio charlaba Manuel,
ilustre decano de lo cotidiano,
notable profeta, puntal del saber.
Rodeado del buen ciudadano,
de gente que viene para conocer,
pues nada en el mundo le pasa ignorado
al vasto dominio del sabio Manuel...
Que sabe
porqué se alumbra la luz
y cómo sube la marea,
y sabe
dónde está el centro del mar
y dónde anida la cigüeña,
y sabe
porqué se puede reír
y porqué no,
y porqué sí,
y porqué gira la Tierra.
Dotado de verbo fluido
como agua del río se expresa Manuel,
expone razones de inmenso sentido,
define el teorema del amanecer.
Se sabe la ley del ombligo
y combate el descuido de desconocer,
la duda es el precio de un tiempo perdido,
de modo sencillo resume Manuel...
Que sabe
porqué se alumbra la luz
y cómo sube la marea,
y sabe
dónde está el centro del mar
y dónde anida la cigüeña,
y sabe
porqué se puede reír
y porqué no,
y porqué sí,
y porqué gira la Tierra
y sabe
porqué mis ojos te ven
y adónde va la primavera,
y sabe
porqué la lluvia se cae
y cómo el fuego te quema,
y sabe
porqué se puede reír
y porqué no,
y porqué sí,
y porqué gira la Tierra.
Autor(es): Carlos Lage