Buscando a Moby Dick
subidos en las ramas de los árboles.
Bien claro está que sus novias
no le duraban demasiado.
Vacilaba al hablar como sui fuera
a preguntar su nombre y su apellido.
Se alejaba siempre de nosotros
para enviarnos nubes desde lejos
Y sigue buscando a Moby Dick
En las noches de resaca mala
sacaba de su pipa una paloma.
Más que a ninguno le costaba creo
moverse entre las normas de la tribu.
Un día dijo adiós y se ha escondido
en bosques de abedules y sirenas,
Y volverá quizás para reírse
de tanta nada y tanto desaliento.
Autor(es): Pablo Guerrero