Llámame loco
cuántas veces caminamos de puntillas,
dos ciegos sin luz, mirando al amor,
dañándonos tal vez sin darnos cuenta.
Nos bebimos de una vez las palabras y la piel,
fue creciendo el corazón
como el tiempo en los zapatos
que se olvidan desgastados.
Cuántas veces remendamos las heridas,
cuántas veces reinventamos la salida,
y allí estabas tu y allí estaba yo,
luchando sin temor sin condiciones,
y aquella canción que cruzó el corazón
entre las calles de tu risa y la placita de mis sueños,
lo intento cada día, he vuelto vida mía.
Dándolo todo, tu llámame loco,
pero aquí me tienes hoy después de todo,
he vuelto de nuevo a este mundo de lobos,
para abrazarte y decirte de un grito que este amor no se ha roto.
Tu llámame loco,
pero aquí me tienes apostando todo, dónde dejé tu mirar,
y es que al fin he podido volver a la orilla de tu alma,
a la orilla de tu alma.
Voy de frente desnundando mi alegría,
recorriendo lentamente tu carita.
Un rayo de luz que alumbra a los dos,
llenándonos de besos y caricias,
y aquella canción que cruzó el corazón
entre las calles de tu risa y la placita de mis sueños,
lo intento cada día, he vuelto vida mía.
Dándolo todo, tu llámame loco,
pero aquí me tienes hoy después de todo,
he vuelto de nuevo a este mundo de lobos,
para abrazarte y decirte de un grito que este amor no se ha roto.
Tu llámame loco,
pero aquí me tienes apostando todo, dónde dejé tu mirar,
y es que al fin he podido volver a la orilla de tu alma,
a la orilla de tu alma.
(BiS)