TRISTEZA CREPUSCULAR


El espanto de la sierra no claudicaba en su menester automático, desgarrante, impío arrazando con la incertidumbre vegetal de no conocer su destino nadie da explicaciones ya es tarde, todo se desmorona irremediablemente y los asombros ya innecesarios en estampida despavoridos huyen de si mismos los efectos del horror, no queda nada que buscar ya todo fue violentado y los jueces miran a otra parte tampoco podrían justificar la complicidad en el suicidio masivo de sus congéneres las aguas mansas, cristalinas en su andar,me recordaban ¨deja vú¨ ahí estaba , frente al espejo craquelado del tiempo reflejando todas y las sucesivas estaciones andadas en el trayecto no había final, solo los alaridos naturales. Sin pausa ni tregua: despiadada mano que ahogas la vida que dinamitas las entrañas, que manchas los ríos y mares, contaminas el aire y ni siquiera tu propia muerte te quita el sueño, despiadada mano que ahogas la vida ves ese arbol mutilado me ves? Acaso me ves?, despiadada mano que ahogas la vida derramas tus deshechos ves esa mancha en las aguas me ves ? acaso me ves?, despiadada mano que ahogas la vida la polución ha quebrantado el cielo mirá la niebla como sombra de muerte que apagan los colores me ves ? acaso me ves? despiadada mano que ahogas la vida quitas el sueño de los que aman de los que nacen de los que juegan de los que se maravillan con un amanecer de los que pintan un cuadro de los que se sacan una foto con los amigos de aquellos que componen una canción de los que enseñan y de los que aprenden de los que gritan libertad de los que perdonan de los que salvan una vida despiadada mano que ahogas la vida ni siquiera tu muerte te quita el sueño.
Juan Ariel Brandamix F.