Navega sola
despierto siempre preguntando donde está,
con mi aliento empaño, el cristal de mi ventana,
y veo mi barquilla echarse a la mar.
Navega sola,
mi barquilla velera,
sobre las olas.
Aunque te alejes de mí te seguiré queriendo,
porque tu amor fue la luz que iluminó mi sendero,
yo me moriré de amor y tú serás mi cielo.
Ay amor, eres mi cruz y mi herida,
llevaré tu amor a cuestas para los restos de mi vida.
Ay, que soledad más grande siento yo sin ti
cuando al despuntar el día tú te separas de mí.
Ay, que soledad más grande.
Autor(es): Mayte Martín