Déjame Tu Sombra


Dos respiraciones a contrapunto,
dos que se hacen los dormidos,
uno esperando el momento
para dar el asunto por concluido,
otro cuyo intento es retener
el calor desvanecido
del hombre sin nombre ni apellido,
al que con asombro nombra.

¡Ay amor, déjame tu sombra!
¡Ay amor, déjame tu sombra!

Te irás como has venido
sin temor y sin zozobra,
sé que lo harás sin hacer ruido
con sigilo de cobra,
no tienes por qué saber
que ésta noche me ha dejado mella,
piensas desaparecer
cuando se apague la última estrella.

¡Ay amor, déjame tu huella!
¡Ay amor, déjame tu huella!
¡Ay amor, déjame tu huella!

Déjame un recuerdo, déjame
tu silueta dibujada en la pared,
déjame en la alfombra
la huella de tus pies,
¡Ay amor, déjame tu sombra!
Dos respiraciones a ritmo lento,
dos que se hacen los dormidos,
de pronto tu aliento se ha detenido,
vigilas atento mi sueño fingido;
no es momento para reavivar
el ardor que se ha extinguido,
ya ha enmudecido el ruiseñor,
ya se alborota la alondra.

¡Ay amor, déjame tu sombra!
¡Ay amor, déjame tu sombra!
¡Ay amor, déjame tu sombra!
¡Ay amor, déjame tu sombra!.