Un Metro Cuadrado
de tierra es bastante,
un metro cuadrado,
con tapia de piedra
todo él rodeado.
Que la gente sepa
que todo eso es mío
y nadie se atreva
a entrar sin permiso
y, dentro, un manzano
o tal vez una parra
para refugiarme
en su sombra en verano,
con una guitarra,
pues no cabe un piano.
Un metro cuadrado
sembrado de hierba
y en él recostarme
un poco encogida,
rozando la piedra.
Un libro en las manos,
con estampas viejas
y canto dorado:
Cuentos de Calleja.
Se escucha el cuclillo
Oculto en la parra
Un cri-cri que accompaña
su canto sencillo,
Son hermano grillo
Y hermana cigarra.
Sobre mi cabeza
será el cielo mío,
todo el cielo propio...
y podré mirarlo
sin pedir permiso
con un telescopio,
y bajo mis pies
un metro cuadrado
de mi propia tierra,
hasta el fondo adentrado,
para que me entierren
bajo la maleza,
junto a mi guitarra,
de pie o de cabeza