Cañero del norte


El norte. Las grandes moles de los ingenios azucareros. Los cañaverales. De estrella a estrella, siempre postergados, los cañeros, trabajando. Y sus hijos, no en la escuela, en el surco, ayudando.
Ceniza, sudor. Los camiones llevándose la caña. Y en las aripucas de paja y rama se queda el cañero con su miseria.
El norte, la caña, el hombre. Todos juntos, ardiendo. Y el grito del cañaveral, con cortadera y con faca, creciendo, marchando.


Cañero del norte,
cortadera en mano,
la faca afilada,
ceniza y sudor.

La caña es amarga,
amarga pa’ vos,
que al dueño lo endulza
con plata y alcohol.

Apanela pindurada
con grasa, carne y fideo,
tomando algún trago ’e caña
junto al fogón, los cañeros.

Una caña que te anima
y otra que te da dolor,
los bonos sirven pa’ poco
en la cantina ’el patrón.

Cañero del norte,
cortadera en mano,
la faca afilada,
ceniza y sudor.

Niño sin escuela
ayudando al padre,
qu’en la azucarera
se aprende a sudar.

Te está esperando el lucero,
Peludo, ‘el cañaveral,
con una luna de azúcar
pa’ un día con gusto a sal.

Al hombre que pita rubio
un día ha de llegar
con cortadera y con faca
la voz del cañaveral.


Autor(es): Juan Capagorry, Daniel Viglietti