El banquete


Si atravieso la próxima espiral,
complétame la fuga con un beso
por debajo del lóbulo: con eso
vendería mis bienes por el mal.

Qué sencillo intercambio, la moral
se muere entre tus piernas por exceso,
entrego la conciencia y luego ingreso
en tu nerviosa boca de panal.

Inventar un idioma que se calle.
Malhablarnos. Hacer de ti a mordiscos
mi mejor apetito hasta que estalle


la tacaña razón de los ariscos,
la obsesión de ordenar cada detalle,
el miedo a que el placer nos deje bizcos.


Autor(es): Andrés Neuman, Juan Trova