Siesta en una casa de citas
La jaula del canario limpia aflora.
Sara, sobre un sofá, yace tendida
dejando ver su carne pecadora
a través de la bata descosida.
Elisa peina a Elena, la señora
con su mano enjoyada y presumida
acaricia una gran gata de angora
en su falda de raso adormecida.
Cose Amelia a la luz de la ventana,
los compases de un tango marca Juana
que un piano en el salón repiquetea
mientras llevando un cubo la Felisa
con el pelo engreñado y en camisa
por el largo pasillo chancletea.
Autor(es): José Pedro Nand Gallardo