Pirata por un día


Madre, mira qué guapa estoy
de pie, en la silla más alta:
de la sala soy capitán
Pirata.

Madre, deja que me sienta la mujer
que no se cansa nunca
de luchar contra los vientos,
que ahora no me derrotan
porque me siento fuerte.

Y pirata, pintada, pequeña o grande,
eso no importa.
Puedo demostrarle a la vida
que la vela aguanta
si el corazón canta.

Ay, que las heridas se curan rápido
y no me hacen mal
si llevo la frente bien alta y el gesto
bien claro y enérgico.

Mira, ay, el mundo parece
más enigmático encima de una silla,
si juegas a ser pirata por un día.


Autor(es): Guillem Sansó, Joan Bibiloni